El Rey Doncel | Kookv

Capitulo 45

La paz reinaba en el castillo de Busan con el perdón concedido por el príncipe y los esfuerzos del rey por tener a los padres de este fuera de peligro. A pesar de que Taehyung insistió en conocer la razón por su ausencia, Jungkook no proveyó muchos detalles además de decir que se trataba de una amenaza de bajo nivel que fue puesta bajo control. Con el conocimiento de que se encontraban a salvo, el castaño decidió no ejercer más presión y esperar al siguiente gran evento que tendría la provincia para poder verlos.

Dicho evento se trataba de la muy esperada boda del rey Kim Namjoon con su prometida Im Myeongsuk. Las invitaciones habían sido entregadas dos semanas antes de la ceremonia decoradas son flores en relieve ilusivas al verano. Para el encanto del castaño, esta se haría en una de las playas pertenecientes a la familia real; de las más hermosas de la provincia. Desde el momento en el que se enteró de la ubicación, se permitió el lujo de distraerse un poco con el diseño del traje que le daría a su amigo. Cada noche llamaba al rubio a su despacho para tomar las medidas de su cuerpo e imaginar nuevos estilos, jugando con texturas y siluetas. Jimin se sentía encantado de que el príncipe se estuviera esforzando tanto por hacer algo para él, y estaba muy emocionado por portar el diseño tan exclusivo.

En una de las noches en vela del castaño, el rey, preocupado por sus pocas horas de sueño en esos últimos días, se escabulló en el despacho con una bandeja que portaba una rebanada de pastel de fresas con crema y un té de canela. Subía las escaleras a la segunda planta sonriendo para sí mismo hasta que se encontró con la escena de su príncipe completamente dormido sobre su máquina de cocer con metros de tela rodeándolo. Jungkook solo pudo apretar sus labios en desaprobación, pensando en el dolor de espalda que podría tener en la mañana.

—¿Por qué eres tan terco con tu salud, mi amado príncipe? —Pronunció para sí mismo, dejando la bandeja a un lado y yendo a tomar a su castaño en brazos para llevarlo a la habitación. —Al menos has estado comiendo bien. —Razonó, tomando pasos cuidadoso para no despertarlo.

Después de pedirle a uno de sus trabajadores que organizara el despacho, fue directo a la habitación que también se había convertido en suya para dejar que Taehyung durmiera apropiadamente. Puso mucho empeño en no permitir que nada lo despertara, acomodándolo entre las sábanas con la poca luz que entraba por el balcón y caminando casi de puntas por todo el lugar para él mismo acostarse a su lado. Soltó un suspiro, por fin relajándose sobre el suave colchón más el sonido del castaño moviéndose a su lado hizo que detuviera cada uno de sus movimientos. Se quedó quieto, esperando que el otro volviera a la normalidad y continuara con su sueño, pero cuando volteó su rostro para cerciorarse de que siguiera en brazos de Morfeo, se encontró con los ojos almendrados abiertos de par en par observándolo. Su cuerpo se relajó rendido.

—¿Te desperté, amor mío? —Giró su cuerpo hacia él por completo, apoyando su cabeza sobre su brazo y usando su otra mano para retirar el cabello castaño del rostro de Taehyung.

El príncipe negó con la cabeza. —No se preocupe. He tenido el sueño ligero estos días. —Tomó la mano que lo peinaba y entrelazó sus dedos— Creí que despertaría en mi despacho. —Comentó pegando sus manos enlazadas a su pecho.

—No podía dejarte ahí. ¿Qué clase de esposo sería si dejo a mi lindo príncipe dormir en tal incómoda posición? —Taehyung rio.

En esa semana, Jungkook había estado más insistente en llamarse a sí mismo su esposo y habla sin para sobre sus vidas de casados. De la misma forma, él no se cansó de contestar cada vez con la pista de su espera por la pregunta oficial. Parecían jugar un vaivén sin fin en el que el castaño solo esperaba que el rey algo cabeza dura captara sus indirectas.

—En dos días será la boda. Debo terminar el traje de Jiminie. —La última sílaba fue interrumpida por un bostezo, como si su propio cuerpo le estuviera reprochando por su falta de cuidado.