Capítulo 37

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Horas después el rey abrió los ojos, sintiendo una combinación bastante particular de energía y cansancio por los eventos sucedidos esa mañana. Sonrió ampliamente para sí mismo, apenas procesando la unión que ahora tenía con su amado. Sus mejillas ardían por el esfuerzo de sus músculos para formar su radiante sonrisa, y por el calor que subía repitiendo cada escena de lo que consideraba lo mejor que había vivido por mucho. Cada exhaustivo año de espera parecía valioso para llegar a ese punto; el compartir ese tipo de amor con la única persona con la que se veía pasando el resto de su vida.

Sus brazos estaban estáticos acogiendo la suave cintura del príncipe, uniendo sus pechos y dándole la oportunidad de esconder su rostro en el cuello ajeno, deleitándose con el resultado de sus dos aromas naturales mezclados en la piel acaramelada. No controló las cosquillas que provocó en Taehyung, causando que se despertara poco a poco.

El castaño se sentía algo adolorido, sufriendo las consecuencias de no haber dejado su cuerpo descansar apropiaba, más en su interior no había cabida para arrepentimientos ni deseos de cambios. Cada segundo, cada caricia y cada palabra había sido mágico para él, excediendo cualquier expectativa que pudiese tener de un acto como ese. En el pasado no se había molestado en siquiera imaginarse compartir algo tan íntimo con alguien, demasiado desinteresado en cada propuesta superficial que era lanzada en su dirección. Ahora se atrevió a pensar que tal vez su desinterés funcionó a su ventaja, destinado a esperar al rey que llegaría imponente a apropiarse con una delicadeza inmaculada de sus suspirar y fantasear, y lo haría caer con toda la seguridad en su ser de que sería atrapado y amado.

Taehyung comenzó a moverse, tratando de girar entre los brazos del rey para quedar cara a cara. Cuando lo logró, agachó un poco su rostro para quedar a la altura del cuello del otro, dejando algunos besos y acurrucándose un poco más. Jungkook lo aprisionó aún más, enterrando su nariz en los cabellos castaños y trazando la espalda bajo sus manos como si de una pintura se tratase.

—Creo que deberíamos ir a tomar una ducha, amor mío. Así podré volver a aplicarte la pomada e ir a preparar el almuerzo, ¿te parece? —Ofreció, él mismo deseando quedar así para siempre. Tal como se lo esperó, Taehyung se negó, escondiéndose aún más en su cuello y fingiendo estar dormido. —Vamos y en la noche prometo dormir aquí. —Descubrió que negociar con el castaño era la única forma para lograr que saliera de su encaprichamiento.

El príncipe mostró su rostro. —¿Podré comer pastel de fresas con crema también? —Batió un poco sus pestañas, testeando qué tanto podría conseguir del rey. Jungkook solo rio, sabiendo tiempo atrás que estaba a la merced de su príncipe y con solo una simple petición, tendría cualquier cosa que deseara.

—Haré todo lo que quieras. Pero debemos ducharnos primero. —Juntó sus narices, cambiando de posición sus manos preparándose para alzar al castaño en brazos.

—Bien. —Accedió ya saboreando el exquisito sabor del pastel.

Tal como quería, Jungkook lo cargó para llevarlo al baño. Ambos seguían completamente expuestos, dejando de lado cualquier vergüenza que pudiesen sentir mostrarse de forma tan vulnerable. El rey dejó al castaño en la tina, abriendo la llave para comenzar a llenarla con agua tibia para después él mismo sentarse detrás de él, dejando que se recueste en su pecho y apoye su cabeza en su hombro. Taehyung se relajó por completo, encantando con la sensación del agua en su piel y descanso que le daba a sus músculos. Cuando la tina estuvo decentemente llena, el pelinegro alcanzó el jabón que usaba el príncipe, esparciéndolo por su cuerpo sin dejar espacio descubierto y después tomó la luffa natural para crear más burbujas y asegurarse de dejar bien limpio el cuerpo de su amado. El castaño lo disfrutó, sintiendo como si estuviera recibiendo un extensivo masaje. Una vez terminado, Jungkook vertió un poco de champú en su palma, frotando un poco para empezar ahora con el masaje en el cuero cabelludo del príncipe. Lo hizo lo más cuidadosamente que pudo, tratando que no cayera ni una gota de espuma en los ojos almendrados. Con un pequeño recipiente de madera, recogió agua para retirar el jabón y el champú, poniendo su mano en la frente de Taehyung para que funcionara como barrera entre el agua y sus orbes.

El Rey Doncel | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora