—¡Tae! —Exclamó Taeyang al ver a su hijo alejarse a paso rápido en el pasillo. La mano de su esposa sobre su brazo le impidió seguir el camino de este y lograr tener una última oportunidad de expresar sus palabras y obtener el perdón de su ser más amado.
Los ojos del monarca Kim se cruzaron con los del rey Jeon para compartir una lastimera disculpa que le otorgue un gramo de misericordia por parte del gran soberano y que este comparta una buena palabra con el príncipe de su parte. Estar en buenos términos con el gobernante de Busan era su única oportunidad de mantener una relación de confianza con su hijo.
Jungkook salió del despacho con el corazón estrujado en su pecho en busca de su prometido. La molestia que el menor había expresado incontables veces hacia él no le impediría estar a su lado después de una noticia de tal calibre. Lo siguió con calma y manteniendo la velocidad de su amado hasta llegar a la última puerta al final de castillo. Taehyung la atravesó dejándola abierta y conceder en silencio el paso del rey. Supuso que se trataba de su antigua habitación por la forma en la que el castaño se lanzó a la amplia cama y se sumergió en las sábanas suaves a la vista. Cerró la puerta detrás de él, deteniendo su caminar para observar con gran dolor el subir y bajar del pecho de su amado y los sollozos desgarradores que este emitía. Llegó a su lado, sentándose sobre la cama y pasando sus dedos delicadamente sobre los cabellos castaños.
Lo dejó lagrimar, hipar y suspirar tanto como quiso con su rostro escondido en una almohada, simplemente acariciando sus cabellos y espalda en una forma de consuelo. No forzó un abrazo o un contacto que el príncipe tal vez no quisiese, simplemente permaneció sentado junto a él y esperó que el silencio y su presencia lo calmaran. Sintió impotencia por no poder hacer desaparecer las preocupaciones que lo pusieron en tal estado. El dolor de su adorado era su propio dolor. Su propia garganta se cerraba ante la desesperanza en los gimoteos de Taehyung.
—Mi amor. —Le llamó, no pudiendo contener sus palabras—. Por favor, habla conmigo. —Podría parecer un acto egoísta el querer que hablase con él, pero debía calmar la presión en su pecho y asegurar el bienestar del príncipe.
Los sollozos comenzaban a menguar y solo quedaban los suspiros involuntarios que hacía su cuerpo. Después de unos momentos de silencio incierto, Taehyung giró su rostro apoyando su mejilla en la almohada y revelando el color rojizo de su piel y los rastros de lágrimas. La hinchazón de sus mejillas le hacían recordar a aquel pequeño niño que vio por primera vez tantos años atrás. Estrujarlo entre sus brazos se había convertido en una necesidad. Con su dedo índice retiró un par de mechones que se aferraban a la piel bronceada y esperó pacientemente a que hablara sin más insistencia de su parte.
—Mi pecho duele. —Pronunció con voz entrecortada y sus ojos perdidos en algún punto del espacio. Su mano se posó inconscientemente donde declaró se encontraba su dolor y mordió su labio para suprimir su llanto.
—Lamento mucho todo esto, mi príncipe. No mereces pasar por esto, no mereces sentir esto. —Negó enfatizando el significado de sus palabras sin para por un segundo de acariciar su cabello.
—He tenido a papá en un pedestal durante toda mi vida. Crecí queriendo convertirme en un rey en el que las personas lo puedan ver reflejado. —Sorbió por su nariz y soltó una gran bocanada de aire—. Saber cómo él mismo ha llevado a la ruina a su propio reino es como si todo lo que una vez quise ser fuese una mentira. Como si hubiese crecido para cumplir con el mismo destino.
Jungkook tomó su rostro y lo guio hasta que aquellos ojos almendrados estuviesen sobre los suyos. —No tienes por qué sellar tu futuro por las malas decisiones que tu padre ha tomado. —Buscó en sus ojos la determinación que lo caracterizaba, el brillo que tanto conocía. Finalmente, lo sostuvo por los hombros e hizo que se incorporara y mantuviera su rostro en alto. —En una semana, en el primer día de julio se llevará a cabo la reunión de los reinos de Corea para dialogar sobre los temas que ha sacudido la monarquía durante estos últimos días. —Mantuvo su mano bajo la mandíbula del castaño para que lo mirase solo a él—. Esa reunión será crucial para determinar el futuro de Daegu. Quedará en tus manos determinar qué será de este. Confió plenamente en tu valentía y determinación, mi príncipe. Y yo estaré a tu lado para ayudarte en cada momento. ¿De acuerdo? —Sus ojos negros no dejaron ir a los de Taehyung, mostrando una intensidad inmensa en su mirada que no le permitiría al castaño declinar tal ofrenda.
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El Rey Doncel | Kookv
Romansa"Me parece que no he escuchado tu voz en toda la noche." Su mirada bajó posando su atención en los labios en forma de corazón del castaño durante un milisegundo. "Mis palabras están reservadas para aquellos que sean merecedores de recibirlas." Dijo...