Su cabeza dolía como nunca, sintiendo un punzar como el de un martillo golpeando directamente en su cráneo. No lograba enfocar muy bien la vista a su entorno, diferenciando lo que pensaba era el despacho gracias a la luz que entraba por las ventanas. Con mucho esfuerzo, se empezó a levantar, siento esto complicado por el temblor de sus piernas y sus brazos. En cuanto se reincorporó vio la puerta abierta, siendo sostenida por el cuerpo inconsciente del teniente Bogum.
Jimin pasó su mano por su cabeza intentando recordar cada evento que había sucedido, quedándose con la sola memoria del príncipe siendo sostenido por hombres con los rostros camuflados y las horrorosas armas de fuego dirigidas directamente a sus cabezas. Su pecho se estrujó cuando no vio señales del castaño por ninguna parte, ni un signo de su presencia o siquiera un simple suspiro. Con luces rojas girando en su cabeza, se acercó al teniente inconsciente, arrodillándose frente a él para sacudir su cuerpo en un intento de despertarlo. Al no obtener respuesta alguna, volvió a ponerse de pie para caminar a paso lento hacia el castillo, atravesando el kiosco y el colorido jardín. Todo estaba tan calmado que daba la impresión de que nada hubiese pasado. Tuvo que adentrarse un poco más para encontrarse con el primer centinela, casi cayendo en sus brazos por el intenso mareo que aún sentía.
—¡¿Dónde han estado?! —Tomó los brazos de guardia con todas sus fuerzas, sintiendo una desesperación inmensa. Sus ojos comenzaban a picar y las lágrimas se acumulaban lentamente en sus ojos— ¡¿Por qué no estaban vigilando?!
Los gritos del doncel se podían escuchar más allá de la primera planta, llamando la atención de la servidumbre y de un consejero que coincidentemente pasaba por la escena. Viendo al rubio en un estado de desespero soltando fuertes gritos, se puso alerta encaminándose hasta donde él estaba. Unos pasos más cerca, pudo ver claramente la parte trasera de la cabeza del rubio, sorprendiéndose enormemente al ver rastros de sangre manchando los cabellos. Tomando al más bajo entre sus brazos, hizo que se separara del guardia y giró su cuerpo para que lo viera.
—¿Qué sucede? ¿Por qué estás sangrando? —Cuestionó manteniendo la calma que lo caracterizaba.
Ante la mención de sangre, Jimin pasó su mano por su cabeza, sus dedos sintiendo la humedad de aquel líquido rojo. Descartó cualquier preocupación por su cuerpo volviéndose a concentrar en el problema más grande. Cuando quiso hablar, su garganta se cerró, impidiéndole decir cualquier cosa o siquiera respirar apropiadamente. Comenzaba a hiperventilarse, sus pulmones ardiendo como nunca y sus ojos desviándose a todas partes para lograr enfocar algo entre las imágenes borrosas que se atravesaban en su vista.
Yoongi vio cómo empezaba a perder la lucidez de Jimin, por lo que puso sus manos a ambos lados de la cabeza del doncel, ejerciendo un poco de presión para que este lo sintiera presente frente a él.
—Jimin, mírame. Respira conmigo. —Pidió con voz suave, acariciando las mejillas rojizas y exagerando su respiración para que el doncel lo pudiera imitar— Estoy justo aquí. Mira el movimiento de mi pecho e imítalo, ¿está bien? —A pesar de que Jimin no contestó, poco a poco sincronizó sus bocanadas del aire con las del mayor— Bien. Lo estás haciendo muy bien. —Tomó una de las manos más pequeñas y la puso sobre su pecho, dejando la suya sosteniéndola para traerle más calma— Concéntrate. Siente mis latidos y respira.
Unos momentos de respiración guiada fueron suficientes para lograr que el doncel saliera de aquel estado ansioso, logrando enfocar sus ojos y dar breves respuestas al concejero. Cuando el de ojos felinos concluyó que estaba lo suficientemente calmado, volvió a insistir con su pregunta.
—¿Qué sucedió? —Una de sus manos seguía sobre la mejilla regordeta, dejando caricias y compartiendo la calidez de su palma.
Jimin tomó una larga bocanada, tragando un poco listo para hablar. —El príncipe fue secuestrado. —Yoongi sintió su boca completamente seca.
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El Rey Doncel | Kookv
Romance"Me parece que no he escuchado tu voz en toda la noche." Su mirada bajó posando su atención en los labios en forma de corazón del castaño durante un milisegundo. "Mis palabras están reservadas para aquellos que sean merecedores de recibirlas." Dijo...