Capítulo 32

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Muy temprano en la mañana, el príncipe fue despertado abruptamente para ser llevado al baño para un aseo profundo y su preparación para desayunar con el rey Jeongsuk. Con el cansancio condenando sus músculos, no pudo resistirse a los bruscos tratos, simplemente dejándose hacer y esperando que todo acabara pronto. Al momento en el que vio lo que usaría ese día, su desprecio por Jeongsuk no pudo volverse más grande; fue envuelto en telas en forma de un sari hindú como si de un disfraz se tratase, revelando parte de su abdomen y su brazo derecho junto con su hombro y clavículas. Su cabello fue estilizado en rizos y aplicaron una capa bastante gruesa de maquillaje con un énfasis en sus ojos y un fuerte tono rojo en sus labios. Se sentía como un muñeco en el peor sentido de la palabra.

En cuanto estuvo listo, fue encadenado nuevamente y arrastrado fuera de la habitación en dirección al comedor donde el rey lo esperaba sentado en la punta de la mesa. Las personas que lo habían llevado allí lo forzaron a sentarse a mano izquierda de su secuestrador, permitiendo a sus manos la movilidad exacta para comer, sin llegar a poder hacer algo más.

—Buenos días, mi príncipe. ¿Cómo has pasado la noche? —Pronunció Jeongsuk pareciendo de buen humor, paseando sin vergüenza alguna sus ojos por las partes de piel expuestas del castaño. Por ese pequeño detalle, descartó su molestia al no recibir respuesta a su pregunta y siguió con el pasear de su mirada— Espero que te haya gustado el traje. Fue confeccionado especialmente para ti.

Taehyung no podía morderse la lengua por tanto tiempo, así que soltó un poco. —El sari hindú no es un disfraz y yo no soy un muñeco al que puedas vestir como te plazca. —Escupió palabra por palabra, deseando que el primer bocado que aquel hombre tomara fuera suficiente para ahogarlo hasta su muerte.

Jeongsuk descartó su comentario con un simple movimiento de sus manos, casi que mandándolo a guardar silencio. Si Taehyung se mordía más fuerte, pronto se sacaría sangre.

El rey, después de que el desayuno fue servido frente a ellos, tomó un bocado, mirando el abdomen del príncipe, encontrando unos oscuros moretones. Los señaló indicando que diría algo más aún estaba masticando. Esperando a que este terminara, el castaño bajó su mirada viendo las grandes manchas por primera vez, recordando el incidente en medio del viaje.

—Me disculpo por la agresividad de los hombres que te fueron a buscar. —Dijo por fin— Solo los criminales del reino fueron lo suficientemente osados para ir a Busan, por lo que no son las personas más pacientes y delicadas que hay. —Rio como si de una conversación común se tratara— De todas formas, si no hubieras puesto tanta resistencia, no estarías en estado. —Encogió sus hombros volviéndose a concentrar en su comida.

Taehyung no dedicó ni una mirada al plato frente a él. —¿Qué quiere de mí?

Jeongsuk detuvo todo movimiento, dedicando su atención a él. —¿Que qué quiero de ti? No hay nada que me puedas dar. Un príncipe doncel que no puede reinar si no está casado, ¡bah! No sirves para más que cargar bebés y verte lindo en bailes y reuniones importantes.

—¿Por qué me tiene aquí entonces? Cualquier otra persona puede cumplir esa función sin necesidad de que la secuestre. —Condenó tratando de mantenerse al margen con los insultos del rey.

—Eres el doncel más codiciado de la nación. Es una completa prueba de estatus el que me pertenezcas. —Explicó con simpleza— Y una vez se esparza la noticia de que fuiste arrebatado de las manos del inútil de Jeon por nadie más que el inminente rey de Ilsan, solo bastará un par de días para derrotarlo por completo.

No pudo seguir mordiendo más. —Dejarse llevar por los celos hacia el rey Jungkook no lo llevará muy lejos. —Sonrió ladino. No duró mucho puesto que toda facción de su rostro fue borrada cuando una fuerte cachetada fue suministrada en el mismo lugar que la noche anterior.

El Rey Doncel | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora