Capítulo 46

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El atardecer comenzaba a caer en el horizonte pintando el cielo y la playa de colores cálidos con un solo atisbo de morado en ciertas partes más melancólicas. Taehyung ya estaba completamente listo portando el traje que Jungkook preparó para él. Las perlas y cadenas en oro se ajustaban perfectamente en su cuerpo, dándole un toque elegante y moderno, lo suficiente para resaltar sin parecer escandaloso en la multitud. La habitación que le habían asignado en el palacio tenía vista perfecta hacia la playa, permitiéndole ver los cambios de colores mientras esperaba a ser recogido por Jungkook. Su piel se sentía cálida por el tiempo que absorbió el calor del sol, por lo que estaba casi seguro de que había alcanzado a broncearse siquiera un poco. Cuando fue a abrir la puerta después de los toques en esta, las pelas tintineaban con cada paso que daba y las cadenas se ajustaban y se aflojaban con el movimiento de sus músculos.

—Tienes un talento innato para robarte mi aliento con cada cosa que portas. No hay instante en que piense que eres menos que absoluta y perfectamente precioso. —Soltó Jungkook en cuanto tuvo vista de él, sacando una risa de Taehyung por su manera de arrojar versos enteros sin aviso.

El detalle de combinación en los trajes de ambos era muy sutil, pero lo suficientemente inteligente para dejar claro el mensaje de que se habían vestido para homenajear su fuerte cortejo. El rey, a pesar de portar un traje negro muy parecido a sus ropas diarias, tenía una cadena perlada colgando de sus dos solapas reposando sobre su corbata negra. Sus hombreras, un poco más pequeñas que las de Taehyung, estaban decoradas con perlas más discretas e incrustaciones de oro sin mucho alboroto. Envolvió todo el atuendo cargando sus dedos con anillos complementarios con el resto de la decoración, posando como la continuación perfecta del conjunto del castaño.

—Usted luce muy bien con perlas. —Piropeó Taehyung, yendo a tomar el brazo del pelinegro para empezar a caminar.

—Si no estuviésemos en esta situación, diría que estás intentando seducirme. —Acusó con una sonrisa ladina y juguetona.

—Debe salir de su imaginación de vez en cuando, Jungkook. Esa no es una buena señal para un rey cuerdo. —Se burló sintiendo cómo la sonrisa del monarca solo se expandía cada vez más.

—Lo de rey cuerdo queda un poco difícil cuando mi futuro esposo me lleva a la completa locura con su mera existencia. —Taehyung abrió sus ojos en sorpresa recibiendo toda la culpa de su falta de cordura.

—No me involucre en temas que no me incumben. Su locura debe tratarse de algo más bien nato en usted. —Su mirada estaban en el piso y sus cejas algo levantadas, disfrutando el jugar con el pelinegro.

Continuando con el musgo vaivén, llegaron a la entrada de la capilla del palacio donde se sostendría la ceremonia. Jungkook soltó la mano del castaño luego de dejar un beso en el dorso de esta como despedida para formarse en el altar junto a Namjoon como el padrino de la unión. Taehyung solo entró, encontrando rápidamente a Seokjin y al general Jung en la primera fila acompañados por Misuk. Caminó hasta ellos, saludándolos rápidamente y tomando asiento en la segunda fila del lado del novio junto a Jimin quien brillaba con luz propia portando su traje hecho a la medida con orgullo mientras el señor Min parecía luchar por quitarle los ojos de encima.

—Pareces todo un doncel nacido en cuna de oro. —Halagó Taehyung admirando la apariencia tan pulcra que tenía el rubio.

—La única cuna de oro a la que he estado cerca ha sido la suya y los infinitos regalos que esta me ha dado. El atisbo a la nobleza que vivo es gracias a usted y estaré infinitamente agradecido por ello. —El rubio tomó su mano ofreciéndole un firme apretón. Sus ojos saltaban en el gran salón, buscando algo en particular que no ha visto en mucho tiempo— ¿Sus padres no han logrado venir hoy?

El Rey Doncel | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora