¿La vida es una comedia romántica? | Kaguya-sama: Love is war

CAPÍTULO 33

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La suerte se agota y la voluntad es la única que se levanta para luchar
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—¿Estás lista?

—Lo estoy. —Iino deslizaba un dedo a través de su mano y después la acercaba a su boca—. Recuerda que esta no es la primera vez que intento ser presidente.

Al acercar la mano a su boca, imitaba un sonido similar a cuando alguien está comiendo.

—¿Y qué estás haciendo?

—¿Hablas de esto? —Señala con la vista su mano y Osaragi asiente—. Dicen que puedes calmar el estrés si escribes en tu mano el sinograma "persona" y luego te lo comes. ¿Quieres intentarlo?

—¿Comerte a una persona...?

Osaragi miraba la palma de su mano con extrema atención, y completo el primer paso. En cambio, el siguiente paso resultó ser más difícil para ella de completar; se mostraba reacia a siquiera pensar en comérselo. Después de todo, ya se había encariñado con él, su dibujo.

—No puedo hacerlo...

—¿Por qué no?

—Se supone que colocas todas tus preocupaciones dentro de está "persona", solo para que al final te la comas. —No dejaba de ver su mano—. Es demasiado triste...

—¿De qué estás hablando?

—Solo imagina si él tiene padres junto a una familia que lo ama, y solo esperan ver feliz a su hijo por un largo tiempo.

—No, no tiene familia.

—Así que es un huérfano, pobrecillo...

—No, no es nada —dijo Iino cansada del drama—. Solo es un dibujo.

—Te voy a llamar Manuel. —Seguía atenta a su mano—. Eres un chico pobre y huérfano, que aún con las dificultades que te impone la vida intentas ser el mejor baterista de jazz.

—Si sabes que aun tendrás que comértelo, ¿no? Lo único que haces es volverlo más difícil...

Las manecillas del reloj marcaron las doce en punto, las elecciones estudiantiles iban a comenzar.

Iino sostuvo la mano de Osaragi y le otorgó una pequeña, pero linda sonrisa.

—Prometo dar lo mejor de mí...

Osaragi sonrió de igual forma, y de imprevisto, acercó a "Manuel" la mano, a su propia boca para comérselo; lo cual hizo sin titubear.

—¡No, Manuel! —Intentó detener a Osaragi, pero no lo consiguió a tiempo.

—¿No era yo la que se había encariñado?

Iino respondió con un quejido y desvió la mirada. Ella estaba tan avergonzada en el momento como para responder con palabras, y tal reacción era obvia para Osaragi, quien ya estaba lista para reír; sin embargo, frente a ellas, parte de los antiguos miembros del consejo estudiantil avanzaron en dirección al escenario, y ni uno solo tenía cara de tener muchos amigos.

—Tienes razón Miko, el truco funciono.

—¿Enserio? —Arrugó los ojos y miro su mano—. Tal vez con cada persona funciona diferente. Lo probaré tres veces más.

—No, ya no hay tiempo. —Empujó a Iino hacia adelante, camino al auditorio principal.

La academia Suichi'in estaba lista para el día de elecciones. Una gran cantidad de sillas —ordenadas en filas— repartidas por todo el lugar estaban siendo llenadas por la presencia de una igual cantidad de estudiantes. Las luces se apagaron por tiempo, después apuntaron al centro del escenario, donde se encontraba un podio de madera con un pequeño micrófono sobresaliendo de él.