CAPÍTULO 37

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Establecido/Turista atrapado
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Un tambor estaba sonando: «Pum, pum, pum...». Y sus incesantes golpes no estaban solos, eran acompañados por gritos que, al momento de atravesar los tímpanos, comenzaban a taladrar la cabeza de cualquiera. Estar vivo era opcional.

La encargada de tocar el gran tambor, la secretaria Fujiwara, miraba con desdén los pasos de baile del presidente Shirogane; dudaba que a eso se le pudiera llamar así. Hasta que no logró aguantar más y comenzó a regañar a el presidente:

—¡Eres un mentiroso! ¡Eres un gran mentiroso! —Dio un golpe al suelo con su zapato—. ¡Tú dijiste que no eras malo bailando!

—No creo ser tan malo, ¿o sí?

—¡Deja de pensar que eres bueno para todo! ¡Porque no lo eres! —señaló a Shirogane—. ¡Lo que sea que estabas haciendo no era bailar! ¡Parecía que te retorcías al ritmo del tambor! ¡Sentía que estaba haciendo un exorcismo!

—Entonces tengo que practicar más...

—¡Absolutamente debes hacerlo! —Empezó a arquear las manos—. ¡Yo te enseñare si es necesario!

Alguien quien enseña y alguien a quien enseñar. Las lecciones especiales de condicionamiento de Fujiwara: el metrónomo en sesenta, estiramientos de cuerpo completo y mantener la hélice de un helicóptero en una órbita rectilínea perfecta. Todo era para conseguir un solo objetivo, el que Shirogane aprenda a bailar, y tras largos días de arduo entrenamiento, él ya era capaz de hacer un baile decente; apenas.

—¿Qué opinas? —preguntó con algo de sudor en su rostro. Bailar era agotador—. No es por presumir, pero yo le daría un pulgar arriba.

—Todavía te falta mucho, un cuatro como puntaje sería ser demasiado amable —suspiró—. A este punto deberías saber que no es suficiente con solo imitar el video, presidente. —Levantó el dedo apuntando hacia el techo—. El soran bushi es una canción basada en la vida de pescadores de arenque. Así que debes mostrar todas las emociones que experimentaron esos pescadores estando en el mar. ¡Incluso lo que sintió la red que usaban para capturar a los peces! ¡Sentir como eres estirado hasta el límite!

—¿Por qué te importa tanto que exprese emociones? Todo va a estar bien si no doy vergüenza en el festival.

—¡Comprender, experimentar y retratar los sentimientos de todos los involucrados en el baile es fundamental! ¡No tendrás oportunidad de ser un buen bailarín si no lo entiendes!

—No tengo que llegar a ese extremo, solo es suficiente con que el baile no sea horrible.

De todas las palabras que Shirogane pudo haber dicho, de todas las cosas que pudo haber hecho, ninguna se comparó con lo que esa frase hizo sentir a Fujiwara. Aunque ella no lo dijera, le dolió mucho. Tanto que salió corriendo de la sala de danza, con los brazos tapando sus oídos y gritando: «¡Suficiente, no me vuelvas a pedir ayuda!». Ella enserio estaba molesta, y Shirogane lo sabía, lastimó a su amiga. Él siempre dependía de su ayuda para las cosas que estuvieran fuera de su zona de confort, y al final siempre le ocasionaba problemas. De ahora en adelante, el presidente tendría que esforzarse sin la ayuda de Fujiwara. Por lo que entrenó, entrenó y entrenó hasta el cansancio, alcanzando así su objetivo: bailar de manera decente.

—Ahora ya puedo hacerlo como en los videos. —dijo recostado en el suelo—. Ya no haré el ridículo frente a toda la clase...

La sensación de ser estirado, estar tenso y relajado como la red al momento de pescar. Los «sentimientos» de los que Fujiwara había hablado no dejaron de molestar a Shirogane. Todos se habían plantado en su cabeza y no parecían querer irse de ahí pronto.

¿La vida es una comedia romántica? | Kaguya-sama: Love is warDonde viven las historias. Descúbrelo ahora