28. 𝕰𝚕 𝕯𝚞𝚎𝚝𝚘 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚎𝚕 𝓟𝚎𝚛𝚛𝚘 𝚢 𝚎𝚕 𝕲𝚊𝚝𝚘

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【𝙱𝚛𝚒𝚕𝚎𝚢】

Theo me mira con odio en cuanto entramos a la clase de Yoga, sólo para contentar a Harmony de que es una buena forma de que la gente nos vea hacer cosas juntos fuera de la casa. Le he contado una mentirijilla sin importancia, diciéndole que fuéramos a hacer un poco de deporte y así, de paso, se sintiera más relajado al medio día.

─Soy el único hombre sexy en la sala ─sisea con molestia. Lleva una ajustada camiseta de tirantes, unos pantalones de chándal negro y la frase "os voy a matar a vosotros dos" en la cara─. Todo lo demás son mujeres de todos los tamaños.

─Harmony y yo estamos. ¿No somos hombres también?

─Tú eres un puto perro mentiroso, y Harmony parece un gallo con ese moño desaliñado ─gruñe.

─Bueno, entonces somos el perro, el gato y el gallo. ¿No es gracioso?

─No.

Pongo los ojos en blanco al verle tan gruñón. Antes ayer estaba encantadísimo por el beso, e incluso por la noche se puso un poco tonto cuando le dije de si quería dormir conmigo. No lo hizo, sólo se hizo el difícil.

Ahora la cosa parece distinta. Es un poco presuntuoso catalogarse así mismo como "el único hombre sexy", cuando Harmony tiene un cuerpo bastante esbelto y yo me veo bastante contento con el mío. No sé por qué debe de decir tonterías. Aun así, le alegrará saber que el hombre que nos dará la instrucción es ─según palabras de Harmony─ un auténtico bombón que les gusta a las chicas de la clase. 

Lo es. Un hombre cercano a sus treinta con músculos muy trabajados, mientras realiza "un saludo al sol" a todos para conseguir que las señoras dejen de mirar a Theo. Es divertido verle intentarlo, y diría que hacer otra cosa más allá de hacer pesas le hará sentir mejor.

─Ahora pasad de la cobra al perro hacia abajo, y a la paloma controlando el movimiento. Tomaos vuestro tiempo ─indica el profesor.

Theo es más o menos flexible, lo que me no me sorprendería demasiado si no recordara algunas posturas que hicimos en aquel edificio. Pese a quejarse y gruñir, las hace lo mejor que puede.

─León, tortuga, flamenco, camello, perro... ¿por qué todo me suena a posturas sexuales? ─pregunta en voz baja.

El aire se me escapa de los pulmones sin poderlo evitar, riéndome por el comentario.

─Eso es porque no dejas de mirarme el culo de reojo, Theo.

Él sonríe un poco por mi puya, ya que él mismo se ha delatado a sí mismo. Sólo era una broma.

─Oh, pobre... Se te nota un poco tenso ─me dice a mí, dirigiéndose en mi dirección hasta que noto que me toca de las caderas. La mirada de Theo pasa de la diversión a un abrasador fuego de celos cuando me ayuda con la postura, casi como si quisiera saltarle encima y darle una somanta de puñetazos─. Bien, ahora respira lentamente. Leeento...

Harmony no paró de reírse durante gran parte de la clase de yoga, viendo lo incómodo que me ponía mientras me ayudaban en algunas posturas un poco ridículas, y ver a Theo queriendo matar al chico que me estaba tocando. Pero más se rió cuando, el profesor, le tocó a él e hizo que sacara el culo hacia fuera porque estaba más tenso que una tabla.

Cuando termina la clase, inclinándonos al decir "Namasté" como despedida, Theo está tendido en la esterilla sobre un charco de sudor, lágrimas, saliva y su hombría herida por la postura del culo.

No hablemos del trayecto en coche, recordándonos Harmony entre risas todo lo que ha presenciado y que fuimos grabados por alguien. A mí enterarme de eso no me gustó, pero a él le pareció bueno... pese a no poder ver la cara de celos de Theo cuando otro hombre me ponía una mano encima. El "secreto" de que ya habíamos tenido algo más allá de "estar de buen humor" o "risas" se había transformado en algo más altísono.

𝕭𝚛𝚘𝚔𝚎𝚗 𝕮𝚑𝚘𝚛𝚍 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora