18. 𝕷𝚊 𝓣𝚎𝚜𝚜𝚒𝚝𝚞𝚛𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝕺𝚛𝚍𝚎𝚗

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【Briley】

Me dirijo hasta el baño de abajo para buscar las aspirinas para Numbus, cuando de repente abro la puerta y Theo expresa un gruñido que me hace trastabillar. Mi hombro golpea el marco de la puerta, pero no duele tanto. Tampoco esperaba encontrármelo ahí, sino en el gimnasio o toqueteando su guitarra en la habitación conforme hace sus cosas de siempre. Aunque me sorprende encontrármelo sin camiseta, tironeando un paquete de vendas en el que se centran los gruñidos de antes.

Maldito Numbus... seguro que sabía que estaría ahí, por eso me ha sonreído como si fuera un angelito inocente. 

Cabrón. 

─No sabía que estabas aquí ─respondo un poco evasivo, conforme doy la vuelta. Algo me agarra del bolsillo del pantalón antes de que dé mi primer paso para alejarme, lo que me hace mirar por encima del hombro a Theo─. Qué.

Parece un poco incómodo, o quizás se ha quedado sin frases de mierda que soltarme a la cara antes de reírse en mi cara. Supongo que llamarme feo ya está muy usado... cuando tienes seis años.

─¿Puedes abrirme el paquete? ─pregunta en voz baja, como si le diera vergüenza que otros se rían de él por no poder algo tan sencillo. Mi cerebro tarda unos segundos en saber que se refiere al que mueve en su otra mano, haciendo algo de ruido─. ¿Por qué te sonrojas?

Idiota. Soy idiota. ¡¿En qué demonios estoy pensando!?

Suspiro, quitándole la mano del bolsillo de mi pantalón y me giro para darme cuenta que tiene un corte en la frente y otro en el pecho.

¿Se ha metido en una pelea a navajazos o qué demonios?

─Está bien ─concedo, entrando para que así tome mejor posición y yo cierre la puerta tras de mí. Seguramente es mejor que lo haga así, ya que no parece muy cómodo de pedirme algo, pero es lo que hay─. Venga, siéntate sobre el váter o en el borde de la bañera. Está empezando a sangrarte demasiado el corte del pecho.

Ver sangre no me asusta ni me molesta, ya que cuando vives en la calle por un tiempo terminas viéndola a diario. O cuando estás en medio de un trabajo y los borrachos se pegan botellazos por alguna tonterías que sólo ellos entenderán, ya que yo no puedo comprenderlos del todo. Abro la puertecita acristalada que hay sobre el lavamanos y me agencio del algodón, el cual mojo un poco con el desinfectante para poder limpiarle bien el corte. 

No sé por qué debería de ser amable con él ahora. Theo se ha estado comportando como un auténtico cretino, y el hecho de quedarme de rodillas mientras mis dedos tocan su piel me crea una pelotita en el estómago por los nervios. ¿Quién iba a decirme que "El Gran Theo Sonner", iba a pedirme que le curara como si fuera un niño? 

Supongo que no les pides a tus fans que te curen heridas, ¿verdad, Theo?

En cuanto el algodón toca la herida, él aspira con fuerza, aguantando un poco la sensación de picazón mediante golpecitos. Ese es mucho más largo que el de la frente, pero ninguno de los dos es profundo, así que la opción de que se la cosan en el hospital queda absolutamente descartada. 

─¿Por qué me lo pones todo tan difícil, Theo? ─le pregunto mientras continúo limpiándole la herida, mojando pedacitos con el antiséptico. Lo hago después con su frente mientras se mantiene callado, pero como ese está bastante seco vuelvo al pecho─. Sería todo más fácil si habláramos las cosas y no te escondieras en tus territorios para no confrontar los problemas que tenemos.

─Eres demasiado fácil de leer ─comenta en voz baja. Estamos tan cerca que huelo que ha ido a beber vino con Numbus, pero no está borracho y a duras penas sus mejillas se perciben un débil tono rosa conforme me mira.

𝕭𝚛𝚘𝚔𝚎𝚗 𝕮𝚑𝚘𝚛𝚍 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora