【𝙱𝚛𝚒𝚕𝚎𝚢】
En cuanto Theo se fue tan enfadado, supe a mis adentros que esto que teníamos que crear jamás se volvería una armonía. Que, aunque falsa, debería de sonar al mismo ritmo aunque la gente no pudiera saberlo de puertas para fuera.
Elvira, que se ha puesto a toquetear su teléfono con movimientos rápidos, parece que algo le hace bastante gracia. La veo soltar una risita al principio, pero después termina levantándose y tomando un puñado de papeles hasta irse hacia la puerta. No puedo más que seguirla con la mirada con curiosidad, ya que algo me dice que esta mujer no es tan airada como puede aparentar de buenas a primeras. Hay algo ahí, en ese comportamiento de antes, que me da la información de que es demasiado buena en su trabajo.
Diez minutos después Elvira vuelve a entrar, diciéndome una sola frase:
─Sé natural y las cosas funcionarán por sí solas.
Pasados mis últimos días de vacaciones, iniciamos el lunes con una mañana de lo más pintoresca y con todas las caras distintas posibles. Yo llego al estudio con el estómago algo revuelto por los nervios, ya que no es agradable que un par de ojos te mire con furia, otro con rencor y un tercero con un deje divertido al ver la situación en la que me encuentro. Supongo que no fue buena idea quedarme parte de la noche dándole vueltas a la frase de "Sé natural".
Natural. ¿En qué sentido? ¿Sin límites? Y si los hay, ¿cuáles son, ya que Theo tiende a hablarme con monosílabos antes de perderse en su teléfono móvil o la libreta?
El antiácido por el pequeño ardor del café a duras penas me ha ayudado.
En el momento que salimos del coche ─ya sin necesidad de ir disfrazados con pelucas y esas cosas─, mucha gente es bien ruidosa a las seis y media de la mañana. Y madrugadora. Los escuchamos todos haciendo todo tipo de comentarios, pero es en especial llaman a los cuatro integrantes conocidos de los siete que somos.
Theo saluda con el puño alzado y todos gritan, Harmony hace un gesto con el cabello para llevárselo hacia atrás y lo llaman "hermoso vikingo" y Numbus manda besos que parecen que a algunas les encanta atraparlos aunque sean invisibles. Thunder ni siquiera se molesta en pasar de un gesto vago de la mano. Siempre está con su teléfono, aunque supongo que eso se debe a que es un adicto a las redes sociales y siempre anda metido en ellas para enterarse de todo sin perder ningún detalle por muy fugaz que parezca.
Es lunes, por lo que es el inicio de la semana. Conforme ingresamos, la gente que trabaja en el edificio nos saluda a todos ─aunque tres de nosotros, como grupo, seamos unos extraños─ mientras nos cruzamos de camino, a lo que yo adjunto un saludo escueto que no destila demasiada efusividad. Creo que Theo se ha dado cuenta, porque se ha destensado un poco pese a no hablarme.
Ese lunes Tank termina con los dedos adoloridos por las clases intensivas al ser el batería. Le tiemblan mientras está sentado, ya que una hora y media ininterrumpida parece ser su tope para no empeorar sus articulaciones. Elvira apunta algo en su libreta, pareciendo bastante disconforme.
Cyrus se desenvuelve bastante bien en su espacio, dando vueltas con la guitarra hasta que al tomar el violín eléctrico se aprecia la poca práctica con ese instrumento. No suena horrible, pero sí desentrenado. Su voz, ya que puede ejercer también de coro o "voz trasera", brilla lo justo y necesario para que sepas que está ahí pero poco más. El dinamismo de sus piernas, brazos y siempre con una sonrisa divertida en el rostro parece que le gusta a Elvira, ya que la observo asentir conforme sigue apuntando cosas. Por desgracia, la hora y media que también dedica él parece haberlo trastocado un poco, o al menos lo suficiente para sentir su lengua pesada y tener un tic nervioso en la mano izquierda.
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𝕭𝚛𝚘𝚔𝚎𝚗 𝕮𝚑𝚘𝚛𝚍 [También en Inkitt]
CasualeTheo Sonner, vocalista principal del grupo de rock llamado «The Sinners», tiene un pasado turbulento del que no se siente orgulloso pero tampoco se lamenta de ello. Cree que todo eso se superará en cuanto se demuestre a si mismo que, siendo reconoci...