【Theo】
Me gustaría decir que las navidades iban a ser perfectas, o al menos me lo estuve recordando en nochebuena mientras Briley y yo terminamos en la cama sin hacer nada más que apretarnos el uno con el otro. No hubo sexo. No hubo besos. Sólo él permitiéndome explotar cada parte de su piel protegida por el pijama afelpado con mis manos. Siempre recordándome "Si me besas, muerdes o metes mano sin mi consentimientos hoy, te pintaré bigotes de gato y no te los podrás quitar hasta la noche del día siguiente".
Fue muy molesto.
Aun así, ese veinticuatro de diciembre pude hablar con él en voz baja entre la oscuridad. Quise escuchar cómo se sentía en estos momentos, qué había en su cabeza, qué era lo que lo hacía moverse con tanta libertad, qué era aquello que lo hacía feliz aunque todo fuera horrible, qué clase de justificación se daba cada vez que algo malo llegaba a su vida... Algunas respuestas me resultaron una estupidez, y otras bastante profundas.
El veinticinco y veintiséis me sentí como una mierda, supongo que por la lluvia, al igual que Briley también tenía algo de fiebre y las mejillas sonrojadas por la temperatura. Di gracias de que a Thunder no le importa mandarnos medicina y pedir comida para que la trajeran a casa, pero mucho más que no le importara saber que pasé esos dos días en la habitación de Briley... en la misma cama. Sólo me dijo que era mi obligación cuidar a "nuestra segunda voz principal o me pegaría una patada en las pelotas".
El veintisiete y el veintiocho estábamos casi mejor y puedo decir que fueron dos días en los que me permití reírme a carcajadas cuando Briley pisaba el gimnasio de casa y se ponía rojo por el esfuerzo. Supongo que me aproveché un poco en verle sufrir un poco, pero también en pegarme por detrás de él y orientarle en el movimiento correcto de las pesas o cómo tenía que flexionar el cuerpo para entrenar algunas partes en concreto sin hacerse daño.
Todo parecía ir bien.
Sin embargo, la vida no es amable con las personas que siempre se esfuerzan por sonreír pese a que el mundo se oponga a su felicidad o el cielo se cubra de nubes de tormenta
La vida es un caos de palabras que a veces funcionan, y otras no tanto. Es un surtido de emociones que apenas puedes encontrarle sentido, ya que no todas las personas reaccionan de idéntica forma al mismo evento. A veces siquiera puedes imaginarlo pese a que parezca obvio. La vida no es bonita y perfecta. Viene con anticipaciones, con preguntas, con casualidades, con riesgos... La vida era una hija de puta que esperaba hacerte daño para asegurarse ver tu cara, impresionada o adolorida, y arrancarte el corazón para que lloraras muy fuerte.
Sin felicidad.
Sin esperanza.
Sin apoyo.
El treinta de diciembre, mientras Briley y yo peleamos ─siendo bastante habitual en nosotros─ en la mesa sobre año nuevo mientras Thunder nos ignora con su teléfono. De vez en cuando cuela alguna noticia que no escuchamos al completo.
En cuanto el móvil de Bri vibra, él se calla y lo mira confundido.
─Seguro que es la imbécil de Samantha ─suelto con los ojos en blanco, pinchando sobre la pasta, aunque por la ausencia de respuesta me lo quedo mirando─. ¿Bri? ¿Es ella?
Es la primera vez que veo una expresión tan... ¿fría? ¿dura? ¿congelada? por parte de él que, siendo honesto, me hace sentir un poco incómodo. Sé perfectamente que él siempre intenta sonreír o poner buena cara en lo malo, pero haya lo que haya en la pantalla tiene que ser muy importante.
Thunder también se percata del silencio.
─Hey, Bri. ¿Cuál es el problema?
Pone el teléfono boca abajo y aparta su plato a medio comer, lo que significa que su estómago se ha cerrado por lo que ha leído.
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𝕭𝚛𝚘𝚔𝚎𝚗 𝕮𝚑𝚘𝚛𝚍 [También en Inkitt]
РазноеTheo Sonner, vocalista principal del grupo de rock llamado «The Sinners», tiene un pasado turbulento del que no se siente orgulloso pero tampoco se lamenta de ello. Cree que todo eso se superará en cuanto se demuestre a si mismo que, siendo reconoci...