【Cinco años después】
«𝙴𝚕 𝚙𝚎𝚛𝚛𝚘, 𝚎𝚕 𝚐𝚊𝚝𝚘 𝚢 𝚎𝚕 𝚌𝚘𝚗𝚎𝚓𝚒𝚝𝚘»
【Theo】
Dicen que la vida es complicada porque naces sin una decena de manuales bajo la almohada: No sabes cómo ser buen amigo, buen hermano, buen novio, buen compañero, buen esposo... Todo debes de hacerlo mediante prueba y error, donde a veces un traspiés puede hacerte caer de bruces y perder demasiadas cosas por no haberlo pensado bien.
Supongo que, gracias a los estúpidos de mis primos, tuve que arriesgar con Briley aunque todos mis planes se jodieran al jugármela por una sola carta.
No me arrepiento.
¿Cómo puedo arrepentirme de haberme casado con el hombre más bueno, divertido y amoroso de esta región? De hecho, ahora mismo le veo de espaldas a mí porque no me ha visto, mientras le canta al niño que adoptamos el año pasado y al hijo de la vecina que se queda con Bri. Son canciones infantiles, por supuesto, pero prácticamente se emboban del mismo modo que lo hace todo el mundo cuando le escucha cantar.
Bri tiene magia.
Pese a llevar cinco año casados, nunca consigue embrujarme de la misma manera que he visto en las personas. Es imposible. Soy capaz de atravesar cada nota que sale de sus labios, aunque parezcan tormentas eléctricas o vientos huracanados, para siempre llegar hasta él y cerrar su boca con la mía para demostrarle que él siempre será mi musa cada vez que componga una canción o improvise alguna melodía tonta.
─¡Papi! ─grita el niño desde el asiento, dando un salto sin miedo a caerse de boca como ha ocurrido en varias ocasiones.
Briley se da la vuelta, sorprendido de que he llegado antes de lo esperado, y el niño duda en bajar los escalones mediante saltitos hasta que lo atrapo y levanto del suelo.
─¿Te has portado bien, conejito? ─le dedico una enorme sonrisa que él me devuelve en medio de una risa por estar demasiado alto del suelo.
Su nombre es Eike, y procedimos a adoptarlo cuando tenía tres años de un orfanato de Hamburgo. La adopción en Alemania no es estrictamente complicada: Tras unas cuantas citas de asesoramiento, orientación sobre lo importante que es tener a un niño en la vida de una pareja, y números de entidades para ayudar a los padres primerizos, sabes que esto es serio y no puedes echarte atrás. Las personas casadas ─a ser posible viviendo en Alemania─ tienen prioridad, independientemente de si es una pareja homosexual o heterosexual. No te ponen pegas. En teoría, aunque no fue nuestro caso.
Briley cumplió el año entero junto a The Sinners, donde hicimos muchas cosas tanto en grupo como en solitario para tachar cada línea de su interminable lista de deseos. Por supuesto, eso también demoró años. Cuando le preguntó Elvira si deseaba renovar el contrato su respuesta fue un feliz "NO". Ella se quedó perpleja, los chicos un poco decepcionados. Pero yo no.
A Briley no le gusta la fama, sino ir a su aire y hacer cientos de cosas que a veces yo ni entiendo el por qué le gusta tanto. No se fue de la casa, sino que decidió quedarse para ser nuestro apoyo emocional mientras estábamos aquí y nuestro grupie cuando salíamos fuera de gira.
Hasta que, un día cuando terminábamos de acostarnos, me lo preguntó.
─Una de las listas está apunto de completarse. ─Habían pasado dos años desde que se casó conmigo.
─¿Y qué es lo que falta para cumplir uno de tus hitos acumulativos?
─Tener nuestra casa y un hijo.
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ðððððð ð®ðððð [También en Inkitt]
Ngẫu nhiênTheo Sonner, vocalista principal del grupo de rock llamado «The Sinners», tiene un pasado turbulento del que no se siente orgulloso pero tampoco se lamenta de ello. Cree que todo eso se superará en cuanto se demuestre a si mismo que, siendo reconoci...