Wishes (traducción)

Introducción

Esta historia no es mía pertenece a Yolandally.

N/T: Le mandé mensaje a la autora para pedir permiso y no me ha contestado, yo creo se mete cada mil años a wattpad idk, so recen para que si me conceda el permiso porque hasta que diga que sí la continuaré, no sé ustedes díganme si espero o no.

***

"¡ODIO ESTO!" La latina grito, mientras se encogía en el sofá. Sinu, su madre, que leía una revista sentada a su lado, alejó los ojos de la revista de decoraciones, mirando sólo a su hija, que ya no soportaba más tantos cólicos.

"Cállate, Camila." Sinu pidió, luego volvió a la revista.

"Madre, me duele."

"Genial."

"¡POR QUÉ NO NACÍ HOMBRE, DIOS!"

"Voy a tirar mi zapato en tu cara si no dejas de gritar."

"¡Lo siento!" Sinu volvió su atención a la revista y Camila gimió de dolor. "Hmmm...
¿Sinuhe, me das alguna medicina?"

"Tomaste dos pastillas hace dos horas, Camila. No quiero que tengas una sobredosis, aunque seas una niña insoportable."

"Vaya madre, también te amo." Camila bufó y giró los ojos, al darse cuenta de que su madre apenas la miraba. "También no lavare más la vajilla..." Reclamó bajo, antes de sentir la pantufla en su cara. "¡Ay madre!"

"Di eso otra vez y te haré lavar el techo de la casa con una esponjita, Karla Camila."

Camila movió la punta de su propio cabello e hizo un puchero, viendo que su madre podría tirarle la otra pantufla en su cara, si ella no usaba las palabras correctas. "Tengo hambre..." Sinu tiró la revista en la mesa de centro y miró a Camila; la terrible mirada de muerte. La latina se encogió. "Madre, ¿ya te dije que estás linda, y que tus ojos son muy bonitos?"

"Hija, ¿ya te dije que Dios te dio dos brazos, dos piernas y un esqueleto para levantar la mierda de ese culo e ir a la cocina a comer si tienes hambre?" Camila hizo un puchero y Sinuhe sonrió. "¿Quieres salir a comer algo?"

"¿Sinu... eres bipolar?"

"No, Camila, soy una mujer y soy madre, ¿quieres salir o no?"

"Quitando el hecho de que estamos aquí... tú yo... solas... sin comida... y tú en el SPM, por el amor de Dios, vamos a algún lugar público antes de que no haya testigos para tus agresiones."

***

"¿Dónde está Dinah? Ella es tu mejor amiga, Dinah es quien tiene que pasar el día contigo, soportándote, no yo." Sinu exclamó. Camila la miró y sonrió débil, luego abrazo los hombros de la mujer. Las dos estaban caminando en un centro comercial, yendo hacia la plaza de comida.

"Sé que me amas."

"Soy tu madre, ¿tengo opción?" Sinu rió de la cara malhumorada que Camila hizo, y luego abrazo la cintura de la chica.

"Podrías haberme arrojado al basurero, madre Lucinda."

[N/T: Personaje de la novela Avenida Brasil]

"Sí... tu abuela fue quién me mandó a volver a buscarte... pero yo no quería." Camila otra vez hizo una mueca, y ante eso, Sinu sólo miró una vitrina, donde había una bolsa realmente bonita.

"Madre, eso duele..." Sinu sonrió y giró la cara, dejando un beso rápido en la mejilla de su hija. "Ew." Camila se limpio, mientras sonreía débil. "Dinah salió con la chica que le gusta..."

"Mi Dios, Camila. ¿Tienes alguna amiga que no sea gay?"

"¡TENGO A ALLY!"

"Esa niña las salva y aún limpia los pecados para Jesús... Quisiera que fueras como ella, Camila."

"Tía Pat crío a su hija bien, ¿cierto?"

"Repite eso y te araño, desgraciada, ridícula." Camila se rió y luego entraron a un restaurante japonés.

Ambas se sentaron en una mesa ceca del buffet, donde sería más rápido levantarse y tomar la comida. Táctica infalible de Camila.

"¿Qué vas a querer, mamá?"

"¿Tienen pastel de flango?" Camila cayó en una carcajada, tuvo que taparse los labios con la mano para ser discreta, algo que era realmente imposible cuando salía con Sinuhe.

"¡Madre!"

"Increíble como tus cólicos pasan rápido, ¿no?"

"Creo que era hambre..." Camila dijo simplemente. Sinu giró los ojos y agarró el menú de la mesa, así como Camila lo hacía. "Ay, carajo mujer, ¿por qué tenias que tocar el tema? Ahora voy a tener que ir al baño, si no ese mini alienito va a correr mi útero con una especia de ácido especial..." Sinu rió.

"Te has equivocado, eso viene de tu abuela, yo ya ni tengo cólicos."

"Maldita afortunada." Camila bufó. Se levantó incómodamente y luego caminó hacia donde quedaba el sanitario. Antes de entrar, terminó siendo llamada por un camarero bajito.

"Disculpe, señolita. ¿Acepta la galleta de la suelte?" Camila quiso reír, pero fue lo suficientemente humanista para aceptarla, luego agradeció. "Cuidado." El camarero sólo avisó. Camila paró por uno segundos intentando imaginar si el camarero al menos percibía... el bullying.

Camila abrió la galleta tan pronto como atravesó la puerta del baño. Saco el papel pequeño con la frase impresa y se rió.

"Los deseos se hacen realidad cuando realmente quieres." Leyó en voz alta, ya que estaba sola. Camila giró los ojos. No creía mucho en supersticiones como aquella. Sintió una contracción débil en el útero y bufó. "En este momento, sólo quiero tener una polla de 25 cm, y ganaría en la vida."