8.- Your Dad Touched My Dick

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Esta historia no es mía pertenece a Yolandally.

***

¿Cuán extraño era encontrar a una chica consultando un urólogo?

Mírelo sentado delante de mí y frunciendo el ceño. Él estaba con la boca abierta, casi durmiendo –creo –y parecía tener sus 90 años. Su cabeza caía, pero él se despertaba rápidamente.

Sólo espero que realmente sea sueño, pues si el hombre levanta el brazo sólo para estirarse, Dios tirara de él y se lo lleva. Credo.

[Credo: Expresión de espanto.]

¿Su juguete funciona todavía?

"Camila, para con eso." Lauren exclamó, riendo bajo mientras estaba en el móvil. Le había pedido que al menos me acompañara, aunque esperara en el carro, pero no rechacé su compañía. Estábamos lado a lado en la sala de espera del consultorio.

La miré confusa.

"¿Qué?" Ella me devolvió la mirada y sonrió débil.

"Las personas mayores se cuidan también. Sé lo que estabas pensando, mirando a aquel señor allí." Deje escapar una risa bajita y asentí. "No todos están aquí para tratar cosas sexuales, Camz, tú no lo estás." Lauren, que había vuelto a mirar la pantalla del celular, volvió a devolverme la mirada. "¿O lo estás?" Sonrió maliciosa y negué, aunque aún teniendo pensamientos inapropiados de lo que podría hacer con ese juguete en especial.

Puedo decir que mantenerlo, no era tan asustador. Era realmente más simple. No desmereciendo el órgano femenino, que amo/soy. Pero era maravilloso estar equipada casi un mes –sí, ya había pasado todo eso. Simplemente no tenía coraje para consultar –no sintiendo dolores en el útero o simplemente queriendo morir. Hasta Sinuhe parecía más genial. El único problema, era despertar dura y no tener coraje –o sentir recelo –de aliviarme. Es extraño. Lo sé. El pene continuaba siendo una cosa con la que evitaba mantener contacto.

¡Pero ya hasta aprendí a mirarlo!

"¿Necesitas saber?" Ella se rió y negó.

"No lo necesito, pero quiero." Otra vez, sonreía maliciosamente.

"¿Y por qué quieres saber, Lolo?"

"¡No pienses mierda, Camila!" Lauren se rió. "Soy tu amiga, sólo quise saber." Lauren cruzó los brazos y yo seguía mirándola, sonriendo débil. Miré sus brazos caer y sostuve su mano, entrelazando nuestros dedos y viéndola observar el tacto.

"Gracias por ayudarme con esto, Lolo. Gracias por todo." Ella sonrió y apretó mi mano devuelta.

"¿Camila... Cabello?" Fui llamada, antes de que Lauren pronunciara cualquier cosa. Miré a la señora parada delante de una habitación y me puse de pie, soltando la mano de Lauren.

"Hey, puedes esperarme en el carro si esto se pone aburrido." Avisé. Lauren asintió y sonrió, luego asintió, caminé hasta la señora, que me sonrió.

***

"¿Camila?" El Dr. Jauregui preguntó, juntando las cejas. Sí, debería estar pensando en lo que una chica como yo estaba haciendo allí.

"Hola, Dr. Jauregui." Me senté y él junto las manos.

"¿Entonces...?" Preguntó. Me ajusté en la silla, eligiendo las palabras para conseguirle contar.

"Bueno... ¿Usted ya ha oído hablar de la intersexualidad? Digo, no estoy segura, al menos nunca había oído hablar de eso..." Fui directa y él asintió.

          

"¿Eres intersexual?" Asentí lentamente y él sonrió. "Bien, estoy enterado de eso."

"No sé bien si es eso, a decir verdad. Es una historia confusa... medio deseé tener un pene y sucedió. Sirvo para ser cínica, no irónica... creo. En fin. Que importa no interesa. Gané este órgano y no tengo idea de nada." Michael rasco su nuca y vi la duda en sus ojos.

"Lo siento, pero... ¿cómo?"

"Bueno, empezó medio que... así, estaba con unos cólicos terribles. Entonces fui a un restaurante asiático –no sé diferencias, lo siento – y abrí una de esas galletas de la suerte... fui irónica al pedirlo, pero desperté con un pene al día siguiente. Y... creo que sólo debería venir aquí."

"Okay, creo que lo entendí."

"Bueno, si eso es dudoso... tal vez yo encuentre algún ultrasonido antiguo de mi madre... y... usted..." Me sonrojé intensamente. ¿Tendría que mostrárselo?

"Pesando por un lado, me parece sospechoso... pero estás realmente hablando enserio." Asentí. "Nunca lidie con un caso como ese, Camila, pero puedo intentar. Me gustaría que confiaras en mí, para que sólo examine bien. No te preocupes." Oh, no, no, no, no. "¿Puedes venir conmigo?" No.

"Claro." No, no, no, no.

"Entra aquí, y puedes desnudarte." Él habló, parando cerca de una puerta, que imaginé sería otra habitación. No, no, no, no. Jesús, no quiero. "Sólo quítate la ropa de la cintura para abajo."

Jesucristo. ¡Donde está Iggy Nazarte cuando se necesita, señor!

Aun dudosa, obedecí, respirando profunda y tomando coraje, pronto descubriendo la otra habitación, con camilla, algunos estantes y varios carteles con esos dibujos de libros de biología. ¡Cuánto pito en ese gallinero, santa Iggy Azalea!

Hice lo mandado y luego estaba con el prototipo de pierna libre, feliz y sonreí con la libertad del short apretado.

Confieso que intente hacerme un pirocoptero una vez –semana atrasada –pero las cosas terminaban chocando y terminé desistiendo.

[Pirocoptero: Girar, mover el pene como la hélice de un helicóptero.]

"¿Puedo entrar?" Oí la voz de Michael otra vez. Tragué seco.

No.

"Puede." Hablé simplemente. Él entró, y luego sus ojos se abrieron, pero rápidamente volvió a su expresión normal. "Lo sé, eso es horrible-."

"No, eso es sólo sorprendente." Caminó hasta uno de los estantes y saco una caja, que descubrí que era de guantes. Fue hasta el lavabo y lavó sus manos, antes de secarse y ponerse el mismo objeto de látex.

Casi salí corriendo cuando empezó a acercarse.

"Abra un poco las piernas." Pidió. Me ruboricé horrores, pero sólo le obedecí.

Jesús. Él va a tocar. No, no, ay, mi polla; la toco.

¡¿Qué gran situación, he Camila?!

Eres lesbiana, pides una polla, y entonces un hombre se inclina ante ti. ¿Cuán contradictorio eso suena?

Jesús. Los testículos no.

Mis bolas, nadie salió.

Ahí toco de nuevo.

¿Ya acabó, Michael?

Dios.

"Parece que todo está bien, Camila." Gracias a Dios se acabó. "Puedes vestirte, te voy a esperar fuera." ¡AMÉN!

          

Él salió, sacando los guantes de sus propias manos, y luego cerró la puerta otra vez, dándome privacidad para vestirme.

Fui tan rápida como nunca, lo que me hizo salir de aquella habitación sonrojada como un tomate, y otra vez encontrando a Mike escribiendo en su computadora. "Puedes sentarte otra vez. Ahora vamos a hablar." Suspiré aliviada y asentí. "¿Qué tal si... intentamos...." Él escribió algo y esperé unos segundos. "Así que haré algunas preguntas, me responderás todas, ¿okay?"

"Está bien."

"Bueno, voy a sacar sólo algunos puntos más importantes, entonces... para orinar. ¿Sucede normalmente?" Asentí. "¿No incluye ningún dolor?"

"Sólo cuando despierto." Él se rió y asintió.

"Ok, normal, ¿hace cuánto... lo tienes?"

"Un mes, más o menos, un mes y dos días." Él asintió, nunca parando de escribir.

"¿Tenías alguna ETS antes del acontecimiento?"

"No."

"¿Y erecciones?" ¿Por qué recordé a Lauren? Ah, debe ser porque ella ya me dejó así, y mirando a Mike, eso sería realmente vergonzoso de admitir.

"Sí." Hablé después de carraspear.

"¿Tienes relaciones sexuales?"

"No."

"¿Cómo es la masturbación? ¿Puedes tener un orgasmo normalmente, o sientes alguna dificultad?"

"Yo no... no intenté..." Él me miró por encima de la pantalla donde estaba enfocado y levantó una ceja.

"¿Nunca se masturbó?" Asentí. No, no con pene. "¿Por qué no?"

"Es incómodo en mi posición, soy lesbiana y no... sabe... no puedo..." Él asintió y limpió su garganta.

"Bueno, tienes que intentarlo." Amplié mis ojos, y cuando estaba a punto de gritar un 'no', arrojarme al suelo y empezar a llorar, volvió a hablar. Esta vez sonriendo simpático. "No tienes que hacerlo aquí y ahora." Mi cuerpo –de repente – se relajó completamente, haciéndole reír con un suspiro de alivio. "No te sientes cómoda hablando sobre eso... pero espero sepas que puedes confiar en mí, Camila. Soy un hombre profesional, y sólo estoy ayudando y haciendo mi trabajo, ¿está bien?"

"Sí, señor." Sonreí y me recargue en la silla.

"Y puedes llamarme Mike. No es como si no nos viéramos casi cada semana... en estos últimos... meses –quien sabe sobre eso, ¿es sólo una pregunta personal?" Jesucristo. Está desconfiando. Él está desconfiado.

"Lauren es una gran amiga, y en quien más confié cuando percibí eso... le pedí ayuda, ya que no tenia coraje de contarle a otras personas y necesitaba de alguien que me escuchara y me diera ideas. Ella está aquí, junto con usted, ambos son los únicos que saben." Mike cerró los ojos y sonrió aliviado. "Resaltando la respuesta de su preguntas anteriores, no tengo relaciones sexuales y ni me masturbo... sólo para... recordar." Él asintió lentamente, y entonces volvió a digitar.

"Está bien, Camila, creo en ti completamente, creo que por el momento, lo que podrías hacer sería investigar... no sé, intentar descubrir algo, pero como un médico en una simple consulta, me pareces completamente sana, sólo necesitas tratar de aliviarte. Sobre sostener e ignorar... Eso no es bueno para nadie, ¿entiendes?" Asentí.

"Hay otro problema, de hecho."

"Entonces dime."

"Educación física." Amén que si Dios quiere, yo podría quedarme sentada viendo. No correría nunca más. "¿Tiene alguna forma de que pueda suspender esas clases con una receta suya?"

"Normalmente las escuelas piden trabajos, en lugar de hacer las clases, cuando se ha certificado algo grave, puedes evitarlas, pero tendrás que explicar un poco la situación. La verdad es siempre el mejor camino, y puedes pedir privacidad en el tema y decir que sólo tu intersexualidad te estorba, y es algo que quisieras evitar por ser incómodo, yo te haré un certificado confirmando eso, si lo deseas."

"Vaya, quiero eso mucho." Hablé, ya pensando que en el día me quedaría viendo a todas las chicas correr mientras me quedaba mirando sus traseros estando sentada y quieta.

Lo sé, medio perverso.

Mike se rió y tomo un block de notas, luego garabateo –así entiendo la letra de médicos; garabatos, me entregó el papel y sonrió.

"Marqué un retorno de aquí a dentro de una o dos semanas, como prefieras, e intenta tener un orgasmo entre estos días, toda información nutrida puede ayudar, no sientas vergüenza y ni asco, Camila se trata de ti y de tu cuerpo." Asentí. Él me extendió la mano y la apreté, luego nos pusimos de pie.

"Bueno, gracias yo... voy a intentarlo, hasta pronto." Dije. Me respondió brevemente, y luego caminé hasta la puerta de salida.

Sólo paré en la recepción para programar otra consulta y pagar, marcando otra para dentro de una semana. La recepcionista me avisó de que Lauren había ido al auto y le agradecí, saliendo del consultorio y luego entrando en el coche, rápidamente encendiéndolo.

"¿Y entonces?" Lauren comenzó. "¿Cómo fue?"

Me encogí de hombros y miré por la ventana.

"Tu padre toco mi polla."

Wishes (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora