Capítulo Veinticuatro. Te Odio, No Me Dejes.

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// Bien, pues como también soy medio fan de Demi y está canción describe tan bien algunas de las emociones de Jo decidí que quedaba bien... ¡así que escúchenla!


Y porque sé que todas quieren matar a Tom, éste capítulo está narrado por él, venga, ¡disfrútenlo! //


*Tom*

Desperté ante la figura durmiente de Jo, sabía que le había dado suficiente mierda la noche anterior, pero me molestaba lo fácil que ella pensaba que era la única con dudas aquí. Sí pasé el día con Michelle, y Jo lo sabía. No podía negarlo.

Michelle era rubia y graciosa, de un modo fue eso lo que me hizo hablarle en primer lugar, y luego estaban esas grandes diferencias entre ella y Jo. Michelle era rubia, de botella, pero lo era; tenía acento americano y un bronceado demasiado oscuro para ser verdad, sabía que tendría que ser un par de tallas más grande que Jo, y tal vez la diferencia más grande era la manera en que me hablaba: como si estuviera constantemente intentando complacerme.

Jo era mucho más transparente. La conocía como la palma de mi mano, ella tenía un cuerpo menudo, aún en tacones era más bajita que yo y siempre le avergonzaba comprar pantalones tan pequeños. Su cabello aún tenía unos mechones rubios, pero en su mayoría lucia como su tono de castaño natural. Siempre era sonriente, no necesitaba actuar infantilmente para que sonriera, ella tenía una increíble buena actitud y gran sentido del humor. Nunca sentí ganas de llenar los silencios con ella y ella tampoco lo intentaba nunca. Ella nunca se apresuraba a darle problemas a la gente, siempre pensaba bien las cosas antes de hablar y ahora estaba teniendo una guerra de estira y afloja consigo misma por mi culpa.

La miré hacia abajo; Jo estaba acostada dándome la cara. Le había hecho el teatrito de los celos la noche anterior, pero no lo pude evitar, Michelle me había dicho sobre ella y el tipo danés... sabía que debía de disculparme pero no ahora, ahora me iba a levantar. Ella había dicho que le dolía la cabeza antes de irse a la cama, la dejé dormir como el día anterior, tal vez tendría que forzarla a ir al médico pero por ahora lo dejaría ir.

Después de hacer el desayuno fui de vuelta a ver la cama, Jo seguía durmiendo. Intenté despertarla; sentándome a su lado en la cama e intentando hablarle suavemente para que abriera los ojos, su rostro estaba escondido en las cobijas, las sabanas la cubrían completamente.

- Oye, es hora de despertar... - Froté su brazo sobre las cobijas e intente hacer que se moviera. Ella se apartó. – Anda, sí fui... Fui un idiota anoche, pero anda, ¡no seas así! Lo siento...

Volví a frotar su brazo y esperé, ella ni siquiera abrió los ojos cuando me incliné hacia abajo a ver su rostro, no pensé que sus mejillas fueran de ese tono de rosa el día anterior. Puse mi mano en su frente; no estaba solo tibia; estaba caliente -hirviendo, caliente -.

- ¿Qué pasa contigo, Josefine...? – Le quité las sabanas de encima, su frente estaba sudada y protestó suavemente cuando aparté las sábanas.

- No... no... - Intentó volver a poner las sábanas sobre su cuerpo. – Mamá no... mamá... - Se quejó mientras cogía sus manos y la hacía detenerse.

- ¿En serio, Jo? – Puse las manos en su rostro, sí, no había duda de que se estaba cociendo. - ¿Qué hago contigo ahora? – La miré; lo único que se me ocurrió fue ponerle algo frío en la frente, pero no tenía idea de qué tan bien fuera a funcionar.

2. Are You Still Mine? *En Español*(Tokio Hotel/Tom Kaulitz fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora