2. Are You Still Mine? *En Español*(Tokio Hotel/Tom Kaulitz fanfiction)

Capítulo Diecinueve. Pensamientos Felices.

// ¡Hola!

Bueno, inicio de semana y yo aquí animándolas con un capítulo :)

¡Disfrútenlo!//

Al día siguiente tuve que leer más contratos que Miriam me había enviado, ahora tenía representación en Hamburgo, London y Barcelona también, así que había muchas más oportunidades para mí, iba a leerlo todo con cuidado mientras los chicos iban a hacer más trabajo.

- ¿Estás mejor? – Tom me preguntó; sabía que él se sentía extraño hablando de esto. Sonreí.

- Sí, anoche me salvaste la vida. – Él acababa de terminar su rutina matutina y ya iba de salida con los demás.

- Bien, pues ¡nos vemos! – Me besó la cabeza. - ¡Te quiero! – Se fue hacia la puerta y no se fue hasta que se lo dije de vuelta; a veces esperaría un poco para fastidiarlo... él podía ser tan impaciente algunas veces.

- ¡Yo también te quiero! – Puso los ojos en blanco y se fue. Volví a ver la pantalla de la portátil. Después del intercambio de palabras con Tom anoche decidí concentrarme en el trabajo mientras él no estaba. Volví a leer los contratos y luego recibí un mensaje de Mikkel, lo cual era raro.

Me preguntaba sobre un desfile que haría en Londres la semana siguiente. Yo no tenía nada para esas fechas, así que eso contesté. Luego me pregunto que si de verdad me lo perdería. No respondí a eso, ahora tenía trabajo que hacer, debía leer los contratos y enviarle un correo a Miriam.

Para cuando había terminado de hacer mis cosas decidí que era hora de hacer las compras, al día siguiente me volvería a ir para hacer una sesión de fotos, aunque sería en Las Vegas, así que no estaría muy lejos pero sabía que Tom no era muy bueno para mantener la cuenta de la comida que teníamos en el refrigerador, siempre había sido Bill quien llenaba la cocina cuando vivían juntos y ahora era yo.

Los chicos llegaron a casa más tarde ese día mientras yo estaba en el estudio observando mi desorden de líneas negras – ahora así lo llamábamos. – Intenté verlo desde distintos ángulos y distancias, así que cuando Georg se asomó por la puerta yo estaba tumbada en el piso admirando la pintura sin terminar.

- ¿Qué haces? – Georg se recargó en el marco de la puerta.

- Estoy... ughhh... no sé. – No me puse de pie. - ¿Ustedes?

- Hicimos algo de prensa, ¿quieres venir afuera? Vamos a escuchar las canciones.

- ¿Ya están listas? – Me senté sorprendida.

- Sí, todas. – Georg sonrió. – Vamos, ya le veras forma más tarde.

- ¿Cómo se supone que desenrede las líneas? – Georg encogió los hombros.

- No lo hagas. – Me dio la mano para ayudarme a ponerme de pie. – ¿Escuché que pusiste a Tom en deber conyugal anoche? – Había una sonrisa en su rostro, me sonrojé un poco y sonreí también.