- Bueno, si dices algo malo sobre éste...Bill... - Le advertí al salir del probador con un vestido puesto. Se sentía bien y mientras salía y me miraba a mí misma sentí que éste era el vestido que había estado buscando, aunque estaba un poco grande.
Mamá debería haber estado allí para ayudarme a encontrar el vestido, pero me alegré de que en su lugar fuera Bill quién aplaudía al mirarme.
- ¡No tengo nada que decir sobre éste! - Maldijo en voz baja. - ¿Alguna vez te he dicho lo afortunado que es Tom? - Asentí. - Porque desde que te conozco, sentía que él tenía algo contigo que ninguno de nosotros tenía...y... ¡ahora se van a casar! - Su sonrisa se hizo aún más grande y yo sonreí también. - ¿No es tan loco?
- Sí... - Estuve de acuerdo.
- Él es feliz, ¿sabes? - Mire a Bill por el espejo. - Él no ha dejado de escribir música, es que está como... súper inspirado. Creo que es por ti.
Esa misma noche fuimos a cenar a un restaurante con algunos amigos de Bill y Tom, me perdí en la conversación con ellos, todos bromeaban y charlaban acerca de cualquier cosa que se les viniera a la mente. Mi teléfono sonó y le dije a Bill a un par de asientos de distancia que iría afuera mientras salía hacia la acera a contestar el teléfono lejos de las fuertes risas y el ruido del restaurante.
- Hello, Jo Jurado. - Contesté el teléfono.
- Hola, ¿ho-hola? - La mujer del otro lado de la línea hablaba español, pero tenía un acento extraño que nunca en mi vida había escuchado.
- Sí, ¿diga? - Le hablé en español a la mujer. Ella suspiró y continuó hablando.
- ¿Josefina Jurado? - Murmuré un "sí".
- Digo...sí, sí...soy yo. ¿Quién habla? - Le pregunté a la mujer que llamaba quién era.
Inmediatamente supe de qué se trataba cuando dijo que llamaba de un hospital en Méxic, casi se me resbala el móvil de las manos; tuve que retroceder hasta la pared y apoyarme en ella mientras ella seguía hablando.
- Estuvieron en un choque de autos. - Repetí después de la mujer. - ¿Cómo están? - Mi cerebro estaba funcionando demasiado rápido para tan siquiera descifrar mis propios pensamientos, pero aun así podía hablar en español, de alguna manera...
- No puedo dar información de pacientes por teléfono, lo siento; tendrá que venir al hospital. - Me enfurecí en ese mismo instante.
- ¿Está consciente de que me está llamando a Los Angeles? ¡No es como que pueda subir al auto e ir al hospital, no puedo estar allí en cinco minutos! - Grité a la bocina del teléfono.
- De verdad, disculpe. Son reglas del hospital. - La mujer mantuvo la calma mientras yo intentaba no vomitar.
- ¡Bien, pues gracias entonces! - Estaba molesta. - Si algo más llega a ocurrir llámeme, ¿eso no esta contra las reglas?
- No, señorita...
- Mire... lo siento. ¿Cuál es el nombre del hospital y exactamente dónde está? - Me calmé y escuché con cuidado antes de agradecerle a la mujer mexicana y colgar el teléfono con lágrimas en el rostro. Escribí la información en una nota en mi teléfono y grité hacia la calle ganándome un par de miradas desaprobatorias de gente que iba pasando. - ¡Mierda!
- Oye, ¿esa fuiste tú? - Tom apareció por la puerta del restaurante y me vio recargándome en la pared. - ¿Qué te pasa? - Intentó cogerme las manos mientras me aferraba a mi propio torso para contenerme de gritar de nuevo, ni una vez antes me había pasado nada parecido. - Oye, Jo ¡Tómalo con calma! - Dijo fuerte cuando lo empujé alejándolo de mí con mis ojos cerrados.
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2. Are You Still Mine? *En Español*(Tokio Hotel/Tom Kaulitz fanfiction)
FanfictionTom ha sido amigo de Jo por tanto tiempo que parece una vida entera, pero ¿Cómo pueden un par de amigos convertirse en algo más? Tom parece estar listo para el siguiente paso, aunque ésta vez quizás sea Jo la que tiene dudas... Toma mucho trabajo du...