(VI) Decisiones

709 103 6
                                    

Mono: - Maestro Shifu. Debe probar la sopa de Po. Es realmente buena. -

Víbora: - Si, maestro. Pruebe un poco. -

Tigresa: - Debo decir que al menos la cocina se te da bien. - Po no le hizo mucho caso a Tigresa, así que se dió vuelta para ver a Shifu, pero no se veía muy alegre.

Po: - Maestro Shifu. ¿Está todo bien? ¿Por qué tiene el báculo del maestro Oogway? - Shifu suspiró profundamente, y los miró con tristeza.

Shifu: - Tai Lung escapó de la prisión de Chorh-Gom. Y no se detendrá hasta tener el rollo de Dragón y solo tú puedes detenerlo, Po. -

Po: - Ja. ¿Es un chiste? - Shifu lo miraba enfurecido. - El maestro Oogway lo podrá vencer. Lo hizo una vez, podrá de nuevo. -

Shifu: - El maestro Oogway no lo hará. Ya no pude. - Los Cinco Furiosos se impactaron al oírlo.

Víbora: - ¿Y qué vamos ha hacer? -

Tigresa: - Lo enfrentaremos. -

Shifu: - No. El Guerrero Dragón es nuestra única esperanza. - Po se mantenía sentado mirando con preocupación hacia el plato de fideos.

Tigresa: - ¿El panda? -

Shifu: - Si, el panda. - Respondió enojado.

Tigresa: - Maestro, por favor. Déjenos vencer a Tai Lung, para eso nos entrenó. - Se levantó con disgusto de su silla.

Shifu: - No. No es su destino detener a Tai Lung. Es de él. - Dijo mientras apuntaba a Po con el báculo.

Po se mantuvo en silencio. Simplemente no podía creer lo que estaba pasando. Tigresa se fue enojada de la cocina, no sin antes hacer una leve pausa al lado de Po, pero no dijo nada. Finalmente, los otros cuatro maestros se retiraron también en silencio.

Shifu, preocupado y con las orejas caídas, se acercó a la mesa y se sentó a la mesa mientras restregaba su cara con su mano, pensando en qué hacer. Po se levantó lentamente, sirvió un bol de noodles, y lo puso delante de Shifu, luego se volvió a sentar en su sitio con la mirada perdida en su comida.

Po: - Mañana a primera hora dejaré el palacio. No quiero seguir siendo una carga para ustedes. -

Shifu: - No puedes irte. Un guerrero de verdad no se rinde. - Dijo molesto.

Po: - Por favor. ¿Cómo voy a vencer a Tai Lung? Hace apenas un día tenía vendajes en todo el cuerpo y ni siquiera estamos entrenando en serio. -

Shifu: - Lo vencerás. Por que tú eres el Guerrero Dragón. - Po dejó escapar un riza satírica.

Po: - No sea cínico maestro. Ambos sabemos que usted no cree eso. Nunca lo creyó y nunca lo creerá. Se que desde el momento que llegue usted quiso deshacerse de mí. -

Shifu: - Eso quería. Pero ahora te pido que confíes en tu maestro, como yo debo confiar en el mío. -

Po: - Usted no es mi maestro. Y es obvio que no soy el Guerrero Dragón. -

Shifu: - ¿Y por qué no te rendiste? - Dijo alterado. - Sabías que quería deshacerse de ti, y te quedaste. ¿Por qué? - Po suspiró profundamente y lo miró con tristeza.

Po: - Me quedé, porque desde que era niño subía hasta aquí solo para verlos a ustedes desde la distancia cómo entrenaba. Me quedé, porque creí que estar aquí con todos ustedes no era más que una utopía. Me quedé, porque no importaba cuantos golpes me diese, o cuantos moretones tuviera, jamás iba a doler más de lo que me duele todos los días el ser yo. Me quedé, porque creí que si alguien era capaz de cambiarme. No ser... no tan yo. Era usted. El mejor maestro de Kung Fu de toda China. -

Shifu: - Pero puedo cambiarte. Pudo convertirte en el Guerrero Dragón. Y lo haré. - Po suspiró de nuevo.

Po: - Admiro su determinación, maestro. Pero... ¿cómo piensa convertirme en el Guerrero Dragón? -

Shifu se quedó en blanco. No tenía una respuesta, así que bajó la cabeza y perdió su mirada en el plato de fideos. Po tampoco dijo nada más, y continuó tomando su segunda ronda de noodle. Finalmente Shifu suspiró, y lo acompañó.

Shifu: - Mmm. No está mal. - Dijo algo deprimido, intentando romper el silencio.

Po: - Gracias. Maestro. -

Sin que se dieran cuenta, la maestra Tigresa estaba en el corredor de la cocina escuchando la conversación, pero no estaba de acuerdo con la decisión de Shifu. Subió al tejado para mirar las estrellas y aclarar su mente, pero estaba segura de lo que tenía que hacer.

Se puso de pie y miró hacia el pueblo, y antes de saltar, llegaron el resto de los Cinco Furiosos a donde ella estaba.

Tigresa: - ¿Qué hacen aquí? -

Grulla: - Sabemos lo que vas a hacer. -

Víbora: - Iremos contigo. -

Tigresa asentó con la cabeza y los cinco saltaron desde el palacio y aterrizaron perfectamente sobre los techos de las casas del pueblo, para finalmente seguir su camino para enfrentar a Tai Lung.

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora