(X) Skipdoosh

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Kai se encontraba al pie de la montaña, mirando con indiferencia la enorme pared de hielo. Cómo si se tratase de un obstáculo insignificante. Kai cargó de frente y saltó lo más alto que pudo mientras lanzaba su espadas encadenadas hacia arriba. Las hojas de jade se encajaron con fuerza en el hielo, y Kai las usó como apoyo para volverse a impulsar. Una vez pasado la mitad del muro de hielo, Kai escaló a la carrera la pared de hielo en pocos segundos, usando sus espadas como apoyos encajados en el hielo. Finalmente, dió un potente saltó y aterrizó con fuerza sobre la sólida roca, al frente de la villa de los pandas.

Su caída provocó estragos en el suelo, y un pequeño temblor sacudió la montaña. Kai se puso de pie, y vió a un peculiar panda de brazos cruzados esperándolo junto a la entrada de la villa.

Kai: - Ah. Tu debe ser el famoso Guerrero Dragón. -

Po: - Y tú, debes ser Kai. Pensé que nunca llegarías. -

Kai: - Tu, panda insolente. Por un instante pensé en perdonarte la vida, pero -

Antes que Kai pudiera terminar su frase, Po se dió vuelta y se adentró en la villa, no sin antes mirar desafiante a Kai. El mítico toro comenzó a enfurecerse ante tal falta de respeto, y de su cuerpo comenzó una miasma de color verde que rodeó su figura. Sus ojos comenzaron a brillar, y Kai tomó varias de las piedras de jade que tenía colgada sobre su cinturón.

Kai: - Mátenlos a todos. -

Le susurró a las piedras para luego lanzarlas al interior de la aldea usando una de sus espadas, la que giraba con fuerza para golpear a las piedras de jade.

Como si se tratase de una lluvia de asteroides, las piedras de jade sobrevolaron el muro de piedra que recorría a lo largo de la villa mientras dejaban una tenebrosa estela de miasma verde a sus espaldas y, poco antes de tocar el suelo, las piedras comenzaron a brillar y se transformaron en los guerreros de jade a los cuales Kai les robó su Chi.

Una por una, las estatuas de jade viviente aterrizaron con fuerza sobre el suelo. Los dos maestros tejones, junto a los maestros Cocodrilo, Gallo, Puerco Espín, Oso, Gorila, Mono, Grulla, Mantis, y finalmente, el maestro Shifu, descendieron de los cielos convertidos en piedra. Y una miasma verde aterradora emanaba de sus ojos.

Po se encontraba a unos metros de donde ellos cayeron, mirando con tristeza a los que una vez fueron sus amigos. Y tras suspirar profundamente, corrió lo más rápido que pudo para el interior de la villa. Kai pensó que se trataba de una broma, así que no le dió mucha importancia enviando a todos sus guerreros a por Po, pero él tenía un haz bajo la manga.

Po desapareció de su vista tras una esquina de la aldea, pero cuando los guerreros lo alcanzaron, se llevaron una gran sorpresa. Po los estaba esperando, con desafiante rostro y sus manos apoyadas sobre el gigantesco martillo de piedra que una vez fue de su padre, y tras de él, un largo muro de escudos hechos de bambú.

Po: - ¡Carguen! -

Al comando de Po, el muro de escudos cargó de frente contra los guerreros de jade, tomando por sorpresa a Kai que debía controlarlos uno por uno. Los pandas más grandes y fuertes estaban en la primera fila, y equipados con diferentes herramientas de trabajo, comenzaron a golpear a las estatuas con todas sus fuerzas.

Las espadas, cuchillos, o cualquier arma con filo era inútil contra las dura corteza de las estatuas de jade, pero los objetos contundentes como martillos, azadas, hachas, palas o picos eran lo suficientemente efectivas para provocar fuertes golpes sobre el jade. Golpes que Kai recibía uno por uno. Pero eso sólo fue la avanzada.

Las poderosas estatuas de los maestros Oso y Gorila, lanzaron sin mucho esfuerzo a varios pandas por los aires, desmoronando el muro de escudos, y la línea de defensa se convirtió en una batalla campal.

A pesar de sus "inusuales estilos de combate," los pandas fueron capaces de hacerles frente al ejército de jade sin apenas sufrir bajas. Desde lanzarse por los aires y caer con fuerza sobre las estatuas, hasta rodar por las colinas y embestirlos. Incluso los niños le lanzaban petardos explosivos desde la seguridad de los edificios, alejados del conflicto que se libraba en los exteriores.

Mientras las fuerzas de Kai se dispersaban por la villa, Tigresa se enfrentó con fiereza al maestro Cocodrilo a mano limpia. La maestra no titubeó ante la poderosa mordida de la mandíbula más letal del mundo, sino que evadía con gracia la enorme maza demoledora que el cocodrilo tenía en la punta de su cola. Usaba sus palmas de las manos para acertar potentes golpes al estilo de combate de sumo, y así evitar dañarse sus nudillos.

Víbora y Mei Mei enfrentaron juntas a los maestros tejones en una singular danza de golpes. Mei Mei usaba con gracias y precisión su hoz encadenada para derribar y amarrar a las estatuas mientras Víbora le acertaba potentes golpes con unos enormes nunchakus.

Por otro lado, Po se enfrentaba a varias estatuas al mismo tiempo, usando el enorme martillo de piedra que era de su padre. Sus potentes golpes creaban profundas grietas sobre el duro jade, lo cual le dió una gran ventaja en combate.

Sin embargo, justo frente a él llegó la estatua del maestro Shifu. Po quedó en shock. No podía enfrentarse a su antiguo maestro. Sin embargo, la estatua de Shifu comenzó a golpearlo sin cuartel, y Po no pudo hacer más que tratar de esquivar los golpes. Po estaba arrinconado a una pared cuando: ¡BAM! Su padre Li mandó a volar la estatua de Shifu de un sartenazo.

Li: - Descuida hijo. La caballería está aquí. - Dijo Li portando una armadura improvisada de bambú.

Po: - Pa. Ten cuidado... ¿Dónde está? -

Li: - Tranquilo. El Sr. Ping está cuidando a los niños. Tu sigue, déjame a este pequeño a mi. -

Po: - Gracias, Pa. Ten usa esto. Debo ir a buscar a Kai. -

Po le entregó el martillo a Li y trepó hacia los tejados para poder ver Kai, dejando a Li en un enfrentamiento contra el maestro Shifu. Shifu era pequeño y ágil. Podía encontrar con facilidad los huecos y puntos débiles de la armadura de Li, pero el panda no se quedaba atrás. Después de tantos años, Li se había convertido en un experto usando el enorme martillo, el cual blandía con facilidad a pesar de su gran peso y tamaño. Incluso en más de una ocasión logró acertar un golpe directo que mandó a Shifu contra la pared, pero la estatua de jade apenas se inmutaba.

La incesante lluvia de golpes que recibía cada una de las estatuas de jade se reflejaban directamente sobre Kai, quién apenas podía mantenerse de pie a las afuera de la villa. Po lo vió desde la distancia y se lanzó con fuerza hacia una pequeña pendiente nevada. Cómo había aprendido al convivir con los pandas, tornó su cuerpo en una bola que comenzó a acumular más y más nieve a medida que avanzaba colina abajo. Y sin previo aviso, una enorme esfera de más de cuatro metros de diámetro impactó directamente sobre Kai.

El toro simplemente no lo vio venir, distraído por todos los golpes que estaban recibiendo las estatuas, que no eran más que una extensión de su propio poder. Pero cuando logró recuperarse ya era demasiado tarde. Sorprendido, vió a Po junto a él, con sus dedos sujetando su mano y con la forma perfecta de la llave Dactilar Wuxi preparada para derrotarlo.

Po miró directamente a Kai con un rostro indiferente y algo enojado, aunque el toro aún no había procesado lo sucedido.

Po: - Lo siento amigo, pero debo mandarte de vuelta al mundo de los espíritus. ¡Skipdoosh! -

Po gritó con fuerza y el tiempo pareció haberse detenido. No se escuchaba nada, ni los pájaros trinando, ni la batalla que se llevaba a cabo dentro de la villa. Todo parecía estar en paz y armonía, pero algo malo había pasado.

Po miró aterrado cómo Kai aún permanecía parado frente a él, mostrando una macabra sonrisa dibujada en su rostro. Su única esperanza no había funcionado.

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora