(VIII) Traición

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Zhen: - Muy bien panda... ¿Qué tipo de broma es esta? -

Po: - Literalmente, no tengo idea de qué estás hablando. -

Zhen: - ¿Es en serio?... No tengo dinero para pagar un entrenamiento de Kung Fu... Por si no lo habías notado... - Dijo con clara ironía.

Po: - ¿De qué estás hablando? No se cobra por... Oh... Ya veo. -

No fue difícil para Po entender el asunto, pero ella tenía razón. No todos los dojos eran como el Palacio de Jade o las academias que seguían esta doctrina, como las escuelas de los antiguos Cinco Furiosos. El Kung Fu era algo que no todos se podían permitir pues, a diferencia de la doctrina creada por el maestro Oogway; una doctrina donde el prestigio se ganaba con méritos y años de entrenamiento y no por el tamaño de tus bolsillos, el resto de escuelas requerían una cuota tanto de inscripción como mensual.

(Gente, no les voy a negar. Esto de que había que pagar para entrenar Kung Fu no me convence del todo, pero me parece un mejor motivo que ¨no me dejaron entrenar por ser muy pequeña¨ Lo cual es gracioso y carente de sentido porque más pequeño que Mantis no existe en toda la saga o series.)

Po: - Bueno... Supongo que una primera clase de muestra no te hará ningún daño. -

Zhen solo miró al panda con desaprobación. Realmente no creía que Po fuese a enseñarle algo, y simplemente se estaba burlando de ella de algún modo. Pero cuando el maestro se puso en pose de combate, con su bastón de jade en mano, supo que no se trataba de ninguna artimaña.

Po: - Empecemos. -

No hubo un segundo aviso, tan pronto dió inició a la clase, Zhen no pudo hacer más que volar por los aires y caer de espaldas contra el suelo, pues lo menos que se esperaba era que Po barriese sus pies con el báculo y la hiciera perder el equilibrio.

Po: - Primera regla... Siempre estate preparada... El enemigo puede atacar cuando menos lo esperes. -

Zhen demoró unos segundos en entender lo que estaba pasando, y aunque la espalda le dolía, sus ojos se abrieron como platos ante la ilusión. Esto no era una broma... Esto no era una sátira del destino. Justo ahora el propio Guerrero Dragón estaba frente a ella, esperando y dispuesto a darle una sesión de entrenamiento en persona. Una oportunidad como esta jamás la volvería a ver en su vida.

Zhen se puso de pie, esta vez en guardia y lista para enfrentarlo, aunque realmente dudaba mucho que debía hacer. ¿Atacar?... No encontró mejor respuesta.

La zorra se lanzó de frente, tratando de conectar un directo a su estómago, aunque lo único que recibió fue un bastonazo en la mano que le acalambró todo el brazo, acompañado de una patada bastante suave, pero que la hizo retroceder por varios pasos.

Po: Segunda regla... Nunca te enfrentes a un oponente en desventaja. Si este tiene un arma, busca otra igual o mejor. -

Zhen: - ¿Un arma?... ¿Eso no es... poco ético o algo por el estilo? -

Po: - ¿Ético? Ja... tonterías. En un combate real ningún oponente peleará de forma ética. Solo hay una verdad en un enfrentamiento: ̈Todo está permitido.¨ -

Eso definitivamente era algo que Zhen no se esperaba. Si bien es cierto que algunos estilos de Kung Fu como el de los maestros Rino, Toro y Cocodrilo se basaban en el empleo de armas, los estilos desarrollados en el Valle de la Paz se caracterizaban por su lucha a mano limpia. Irónico que fuese el gran Guerrero Dragón aquel que dijera tales palabras... palabras muy ciertas.

Para nada fue una sorpresa cuando Zhen sacó de la parte trasera de su cinturón dos dagas pequeñas. Ella pensaba que Po no la había descubierto, pero el gran maestro vió como ella las tomó de la pelea en la taverna... Aunque el hecho que no las haya usado hasta que el maestro le diera permiso decía mucho al respecto. Entonces... Zhen atacó.

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora