(V) Hermano de Armas

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Po y Grulla salieron por la puerta principal del restaurante, dejando a sus preocupados padres detrás. A la carrera, Po tuvo que tener cuidado para no tropezar con los ciudadanos, los cuáles corrían aterrados en dirección opuesta al a donde ellos iban. Po finalmente llegó a la calle donde se podía escuchar a los Cinco Furiosos luchando contra un enemigo nunca antes visto; como Grulla antes dijo. Incluso la voz del maestro Shifu pudo oírse, pero ellos no estaban en las calles. Tal como sospechó Po, la batalla se libraba sobre los tejados aledaños. Así que se apresuró a escalar por los balcones, pero lo que vió simplemente lo dejó atónito.

Los seis maestros estaban luchando contra tres estatuas de jade vivientes. A los ojos de Po parecía simplemente imposible, sacados de una antigua leyenda.

Tigresa: - ¡Po! ¡Espabila! Necesitamos ayuda. - Le gritó para sacar a Po del estado de shock en que se encontraba.

Po sacudió su confundida cabeza y se les unió al instante, aunque no tenía idea de como enfrentar a tal formidable enemigo. Las estatuas además tenían buenas habilidades de Kung Fu, así como el manejo de diferentes armas. Aún así, los maestros tenían la ventaja en los números.

En una ocasión, Víbora pudo enrollar su cuerpo alrededor de una de las estatuas e inmovilizarla, lo que permitió que Tigresa le acertara un potente golpe en el rostro, sin embargo, fue Tigresa quién recibió el mayor daño sobre su puño.

Tigresa: - Son demasiado duros. - Decía mientras se apretaba sus nudillos lesionados.

Po: - ¿Qué son esas cosas? -

Tigresa: - Alguna clase de zombies... de jade. -

Po: - Un momento, reconozco a estos tipos. Esos son los maestros tejones y ese es el maestro Puerco Espín. - Decía asombrado.

Mono: - Creía que habían muerto hace años. -

Shifu: - Y lo hicieron. -

Víbora: - ¿Cómo los detendremos maestro? -

Shifu no fue capaz de encontrar una respuesta clara, así que la batalla continuó por un tiempo mientras los maestros intentaban encontrar la forma de derrotar a las estatuas de jade, pero era una carrera contra reloj.

A diferencia de los maestros, las estatuas no se quejaban del dolor ni del cansancio, algo que ya estaba comenzando a afectar a los mortales. Las estatuas, en cambio, aún poseían las habilidades de aquellos que alguna vez fueron en vida.

Los maestros tejones usaban varas de jade y se coordinaban en perfecta armonía. Cada estatua cubría la espalda de su compañero, haciendo de ambos una fuerza casi imparable que ninguno de los Cinco Furiosos era capaz de derrotar.

Por otro lado, el maestro Puerco Espín tenía una armadura de espinas impenetrable que también servía como armas si sus oponentes se acercaban demasiado, sumado a su incredible precisión con el arco de jade que portaba, con el cuál lanzaba sus propias púas que se arrancaba a gran velocidad.

El combate se extendió hasta lo suficiente hasta comenzar a hacer estragos en los cuerpos de los maestros. La mayoría comenzaba a sufrir por la fatiga, y tenías partes de su cuerpos muy adoloridas por el contacto con las duras estatuas de jade. Finalmente, dejaron los techos y el conflicto se extendió por las calles del pueblo. Hasta que.

Li: - ¡Po! ¡Toma! ¡Usa esto! -

Po se dió vuelta y vió como Li le lanzaba un enorme martillo de piedra desde la distancia. Po agarró el martillo con sus dos manos y lo miró por unos segundos, reconociendo al instante que fue el mismo martillo con que Li lo defendió de las garras de los secuaces de Shen.

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora