(VIII) El Despertar del Dragón

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Esta parte de la historia es completamente diferente a la original.

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Shifu guió a Po hasta las verdes planicies donde daría comienzo al entrenamiento. Po estaba entusiasmado, pero algo nervioso al mismo tiempo. Así que unió sus manos frente a su abdomen, a la espera de las instrucciones de su maestro.

Shifu: - Po. Cuando te enfocas en el Kung Fu, cuando te concentras das pena. - Ambos se rieron un poco. - Pero eso es culpa mía. No puedo entrenarte como he entrenado a los cinco. Ni puedo usar las herramientas que tenemos en el dojo. Por eso hemos venido hasta aquí. Para que descubras el Kung Fu, tal como el maestro Oogway lo hizo hace años. -

Po: - No sé a qué se refiere, maestro. -

Shifu: - Ya lo entenderás. Ven, acompáñame. Demos un paseo. -

Po siguió a Shifu, caminando lentamente sobre la fresca hierba mientras miraban al horizonte desde la punta de la montaña.

Shifu: - Dime, Po. ¿En qué se parece el estilo de combate de los Cinco Furiosos? -

Po: - ¿En qué se parecen? Todo es Kung Fu. ¿No? -

Shifu: - Jaja. Si, lo son. Veámoslo de otra forma. ¿Cómo es el estilo de combate de la maestra Tigresa? -

Po: - Bueno... podría decir que ella se enfoca fundamentalmente en la fuerza física, perfeccionada con la técnica y la práctica. -

Shifu: - Eso es correcto. ¿Y qué tal el maestro Mantis? -

Po: - Es muy veloz. Apenas podía ver sus movimientos cuando luché con él. -

Shifu: - Muy bien. ¿Qué piensas del resto? -

Po: - Bueno. La maestra Víbora usa cada parte de su cuerpo para derribar a sus oponentes. Tal parece como si bailara en vez de combatir. El maestro Grulla siempre aprovecha su ventaja al estar sobre su oponente. Y el maestro Mono aparte de tener gran agilidad y control de su cuerpo, puede blandir cualquier arma como si nada. Maestro Shifu, he sido fan de ellos desde que tengo memoria. ¿Por qué me pregunta eso? - Shifu dejó escapar una leve risa.

Shifu: - Y después de saber tanto de ellos, ¿a qué conclusión pudieras llegar? -

Po: - Bueno... todos son maestros de Kung Fu. Pero cada cual lo ha adaptado a su - Po se quedó atónito al entender lo que Shifu le estaba tratando de enseñar. - ¡Eso es! - Gritó de alegría. - No debo tratar de ser como ellos. Debo adaptar el Kung Fu a mi. -

Po se veía emocionado. Pero Shifu se cortó la inspiración.

Shifu: - Eh. No. - Po lo miró con cara de poker. - No... aún. Primero debes dominar todas las técnicas básica. Luego deberás dominar todas las técnicas de cada uno de los maestros. Y solo entonces, tendrás el conocimiento suficiente para adaptar el Kung Fu a ti. -

Po: - Eso suena trabajoso. -

Shifu: - En este poco tiempo que tenemos tendrás que aprender lo que los maestros han aprendido por más de veinte años. - Po suspiró profundamente.

Po: - Sin presiones ¿eh? - Shifu rio un poco

Shifu: - ¿Estás listo? - Po saludó con fuerza golpeando la palma de su mano izquierda con su puño derecho.

Po: - Estoy listo. Maestro. -

Shifu: - Muy bien. Empecemos por entrenar el cuerpo. -

Los entrenamientos eran intensivos y en muchas ocasiones Po caía desmayado al no estar acostumbrado a tanta fatiga. Movido únicamente por su deseo de convertirse en alguien digno de merecer el título de Guerrero Dragón, Po llevó su cuerpo más allá de su límite.

Por las mañanas. Corría varios kilómetros por los múltiples pasajes y corredores de la montaña, mientras esquivaba los diferentes obstáculos que aparecían en su camino. Al estar tan arriba del nivel del mar, el aire era más ligero y costaba respirar. Su cuerpo se sentía pesado, mientras el ardiente sol irradiaba sobre su pelaje.

Por las tardes. Shifu se concentraba en enseñarles las técnicas básicas del Kung Fu por varias horas. Y siempre antes de caer la noche, ambos tenían un combate a mano limpia. Shifu parecía ser cruel y un poco abrupto con Po. Pero los cientos de golpes y moretones que le dejaba sobre la piel era para que su cuerpo se adaptara a sentir el dolor.

Las noches eran frías y húmedas. Y un frío viento del norte mecía la vegetación con fuerza. En este clima hostil, Po entrenaba la mente, sometiendo su cuerpo a las duras condiciones.

Bajo el ardiente sol del día y el frío de la noche. Bajo la lluvia o el calor. Po no dejó su entrenamiento. Su cuerpo colapsó en múltiples ocasiones, pero con el paso del tiempo, esto pasó menos a menudo. Tras aprender las técnicas básicas, Shifu comenzó a enseñarle los diferentes estilos del Kung Fu uno por uno. Po hacía todos lo posible por imitarlos, pero había algunos que le resultaban especialmente difícil. Finalmente, se decantó por un estilo similar al de Tigresa, aunque más adaptado para su forma de combate. Y finalmente, llegó el último día.

Po y Shifu se encontraban frente a frente en la verde planicie sobre la montaña con la puesta del sol en el horizonte. El cuerpo de Po había cambiado. Era menos obeso, y sus músculos se había desarrollado bastantes, aunque no eran visibles dado su grueso pelaje. Tal era el caso, que tuvo que hacer un fuerte nudo a sus pantalones pues estos se le caían.

Shifu: - Panda. Hoy es el gran día. ¿Estás preparado? -

Po: - Estoy listo, maestro. -

Al decir esto, ambos se saludaron mutuamente y lentamente se pusieron en posición de combate. Se miraron mutuamente sin mover un músculo. El aire los golpeaba desde el costado, y cuando una hoja cayó en medio de ambos, empezó el combate.

Shifu atacó de frente, y Po tomó una posición defensiva. Con su entrenamiento, Po era capaz de seguir los pasos de Shifu, aunque aún tenía mucho en los que mejorar. Shifu intentó golpearlo en múltiples ocasiones y Po pudo defenderse cada vez. Cuando Shifu perdió la iniciativa, Po se lanzó al ataque.

Los ataque de Po eran poderosos, pero algo lentos para alcanzar al pequeño y ágil panda rojo. Lograba escabullirse con facilidad entre los puños de Po y acertar unos golpes en su enorme cuerpo, pero Po podía resistirlos.

Los dos estuvieron combatiendo por un buen tiempo, Shifu apenas recibió unos golpes, en comparación con todos los que Po recibió. Pero al llegar la noche, ambos se mantenían en pie. Finalmente, Shifu cargó de frente una vez más con todas sus fuerzas, y en respuesta, Po puso un pie hacia atrás, y como una montaña, bloqueó con sus manos cruzadas el mismo golpe que antes lo había mandado a volar por las escaleras del Palacio de Jade.

Shifu retrocedió y miró a Po con orgullo. Lo saludó de la misma manera que cuando comenzaron en inclinó la cabeza en señal de respeto y dando por concluida el combate. Po se demoró en reaccionar, pero finalmente se unió al saludo.

Shifu: - Muy bien hecho. Maestro Po. -

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora