(VII) Entreguerras

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A Po y los Cinco Furiosos los hicieron subir miles de escalones encadenados. El martirio les tomó poco más de unas horas, tiempo suficiente para que el sol se ocultase por el horizonte. Sus muñecas estaban enrojecidas, producto al constante roce con las cadenas de metal. Finalmente llegaron al salón principal, donde Shen esperaba sentado en su imponente trono de oro sólido.

Shen: - Bueno, bueno, bueno. ¿Y se supone que este es el panda que tanto problemas ha dado a mis hombres.? - Decía con voz cínica mirándolos desde su trono.

Los gorilas y el resto de los lobos obligaron a Po y los Cinco Furiosos a inclinarse al pie de las escaleras que daban al trono imperial, y aunque todos estaban preocupados, Po tenía una desafiante sonrisa dibujada en su rostro.

Po: - Y más problemas te daré a ti, Shen. -

Po lo miró desafiante, pero su atención se distrajo cuando una vieja cabra se acercó a él lentamente. La cabra, en sus avanzados años, se apoyaba sobre su bastón y miraba a Po de arriba a abajo con ojos caídos y cansados. Lentamente, le dio una vuelta a panda, y regresó a donde antes estaba, dejando a Po y al resto de los presentes confusos.

Mono: - Eso fue extraño. - En ese preciso momento Shen comenzó a reírse cínicamente mientras miraba a los maestros con desprecio.

Shen: - ¿De verdad cree que este es el famoso guerrero que me derrote? - Le preguntó irónicamente a la adivina.

Adivina: - No lo creo. Estoy segura. - Dijo con voz suave y calmada.

Shen se levantó del trono y comenzó a bajar los escalones lentamente.

Shen: - Míralo. Veinte años para obtener su venganza, y ahora está postrado aquí, a mis pies. -

Po: - ¿Veinte años? ¿De qué estás hablando? Sólo venimos a detenerte. -

Adivina: - ¿Estás seguro qué esa es la verdadera razón por la que estás aquí? - Po se le quedó mirando confundido. - No sabes. -

Po: - ¿Qué no sé? -

Shen: - Es más que obvio que no tiene idea. - Decía mientras se reía burlescamente de Po. - Bueno. Al menos te irás con la conciencia vacía. Disparenles. -

Al decir esto, los gorilas movieron el trono de oro y lo dejaron caer por las escaleras, dejando ver a sus espaldas una enorme pieza de metal cilíndrica con un dragón grabado en la punta. Los gorilas dieron vuelta y abrieron las puertas que daba a los balcones a espalda de Po y los cinco maestros mientras el líder lobo hacía descender la boca de cañón para apuntarles. Y, tras unos segundos de tensión:

Shen: - Fuego. - Dijo con voz tétrica.

El lobo acercó una antorcha a la mecha del cañón y esta comenzó a soltar chispas, pero cuando todo parecía estar acabado para ellos, la mecha simplemente se apagó.

Shen: - ¿Qué estas haciendo idiota? ¡Enciendo esa cosa! - Decía bien enojado.

Líder lobo: - Eso hice. - Dijo desesperado.

El líder lobo intentó encender la mecha en múltiples ocasiones, pero esta simplemente se apagaba una y otra vez. Finalmente, al último intento, el maestro Mantis salió de entre las sombras y golpeó la mano del lobo, haciendo que este soltara la antorcha.

Po: - Víbora. ¡Ahora! -

Tras el comando de Po, la maestra Víbora deslizó la punta de su cola dentro del cerrojo de las cadenas de Tigresa e irrumpió en el sencillo mecanismo de la época. Con sus manos libres y su increíble fuerza, Tigresa rompió de un golpe las cadenas de cada uno de los maestros. El plan de Po salió a la perfección. Al cambiar a Mantis por su figura de acción; una perfecta réplica, este pudo infiltrarse sin ser detectado y sabotear los planes de Shen, ganando el tiempo suficiente para que Víbora saboteara el cerrojo de la cadenas.

Con los maestros libres, los guardias de Shen no podían hacer mucho para detenerlos. Po cargó contra Shen directamente mientras Tigresa golpeaba la punta del cañón con su increíble fuerza, haciendo de este una palanca que se levantaría en el aire, para ser finalmente pateado por Mantis, desde arriba, romper el suelo a sus pies, y caer desde lo más alto de la torre.

Po trató de golpear a Shen con su puño, pero en cambio, terminó impactando contra el suelo y haciéndole un agujero. Como un mecanismo de defensa, Shen retrocedió y abrió la inmensa cola que caracteriza a los pavos reales, dejando ver decenas de dibujos similares al que llevaba el líder lobo pintado sobre su hombrera.

Al ver estos símbolos, otra oleada de recuerdos bombardeó la mente de Po. Recuerdos de su pasado, de sangre y dolor, y de un pavo real como el mensajero de la muerte. Po se quedó paralizado, una vez más, incapaz de procesar tanta información, tiempo suficiente para que Shen pudiera escapar de la torre del palacio planeando sobre sus plumas hasta un enorme edificio que se veía en la distancia. Po estuvo paralizado, congelado, hasta que Tigresa lo sacudió por la espalda.

Tigresa: - ¡Po! ¡Reacciona! ¿¡Qué te está pasando!? -

Po salió del trance en el que estaba, algo confundido y mareado, mientras que se veían el resplandor de tres proyectiles que se dirigían hacia el palacio. Pues, desde aquel otro edificio, Shen tenía a su disposición más cañones como el anterior, los cuales usó para bombardear el palacio imperial.

El primer impacto fue cerca de donde ellos estaban, lo cual loa mandó a volar al interior del palacio en llamas. Por suerte todos estaba ilesos, con excepción de grulla, dado que una astilla había atravesado su ala derecha y se la había fracturado, mientras muchas de sus plumas fueron quemadas rápidamente por el constante fuego.

Los maestros intentaron escapar, pero Po; aún mareado, tropezó y casi cae por el enorme agujero que dejó el canon sobre el suelo. De no ser por Víbora, quién estiró su cuerpo y lo agarró por el pie, Po hubiese caído al vacío.

Víbora: - Ayuda. No podré soportar mucho. -

Tigresa: - No. Déjalo caer. Usaremos las sogas para descender. -

Todos miraron abajo y se percataron de múltiples sogas ornamentadas decorando el interior del palacio que descendía hasta los pisos inferiores. Los maestros se dejaron caer usando las sogas como ropel mientras Tigresa saltaba de un balcón a otro descendiendo por el interior del palacio mientras cargaba al herido Grulla.

Sin embargo, los cañones de Shen no cesaban su constante bombardeo, haciendo que el palacio se cayera a pedazos mientras en fuego consumía la estructura de madera. Finalmente llegaron al primer piso, y era visible la salida, pero un proyectil impactó cerca, haciendo que la estructura de madera colapsara y sellara la salida. Atrapados, y rodeados por el fuego, su única opción era volver a subir por la torre y encontrar otra salida.

Los maestros subieron varios pisos mientras Shen destruía sin ningún remordimiento lo que alguna vez llamó hogar. Finalmente el fuego les cortó el paso, y no tuvieron otra alternativa que abandonar el edificio por uno de los balcones del piso en el cuál se encontraban. Pero el exterior no era más seguro que las llamas y los derrumbes.

Una vez fuera, los lobos habían formado un perímetro sobre los muros del palacio, armados con arcos y flechas de fuego. A la orden del líder lobo, cientos de flechas volaron hasta donde ellos estaban. Po rompió la puerta y la puso enfrente para evitar que las flechas les dieran, pero tuvo que soltarla rápidamente antes que la madera sucumbiera a las llamas.

No tenían tiempo, tenían que salir de ahí antes que los lobos disparasen la siguiente ronda. La maestra Tigresa miró hacia la ciudad, miró hacia arriba, y entonces tuvo una idea mientras agarraba con la palma de su mano una flecha que impactaría sobre su rostro.

Tigresa: - La única forma de salir, es hacia arriba. -

El resto se quedó atónito. Po miró hacia arriba y entendió a lo que se refería. Luego, Po tomó al resto de los maestros y los lanzó lo más alto que pudo, él y Tigresa unieron sus manos, y comenzaron a escalar a la vez. Dando una sucesión de saltos, mientras impulsaban al otro con la misma inercia, lograron llegar a los niveles superiores mientras la inmensa torre se desplomaba.

Finalmente, la maciza estructura de madera se abalanzó sobre los muros del castillo, aplastando y matando al instante a docenas de lobos que no pudieron correr para evitar su trágico final, mientras Po y los Cinco Furiosos fueron lanzados con fuerza a las aguas del río, desapareciendo bajo la lluvia de escombros y fuego que caían detrás de ellos.

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora