(V) Podredumbre en las calles de Gongmen

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Tras abandonar el puerto, Po y los Cinco Furiosos treparon al techo de uno de los edificios que daba a la plaza del mercado. Desde allí, era posible ver la inmensidad de la ciudad, con la maravillosa vista del palacio a la distancia.

Mantis: - Bueno. ¿Cuál es el plan? -

Tigresa: - Tenemos que llegar al palacio sin ser detectados. -

Mono: - Eso será complicado con todos esos lobos patrullando la ciudad. -

Víbora: - Debemos apresurarnos. -

Po: - Ustedes vayan. Usen los tejados. -

Mono: - ¿Y tú qué harás? -

Po: - Mi presencia no pasará inadvertida. Vallan. Los alcanzaré en cuanto pueda. -

Los cinco maestros recorrieron la ciudad usando los techos mientras Po tuvo una idea. Con unas telas que encontró colgadas en una de las casas y una túnica, cubrió su rostro y su enorme cuerpo y empujó un carro de manzanas haciéndose pasar por un simple vendedor que recorría las calles. Logró pasar por el lado de varios lobos sin que lo notaran, pero su suerte no duraría mucho.

Lobo: - Eh, tu, gordo. Detente ahí. -

Lo llamó uno de los guardias desde sus espaldas. Po se detuvo, nervioso. Lo habían descubierto. Cerró el puño con fuerza mientras el guardia se acercaba a él lentamente, listo para noquearlo y salir corriendo.

Lobo: - ¿Qué vende? - Dijo al acercarse mientras Po se relajaba al saber que no lo habían descubierto.

Po: - Manzanas, señor. -

Lobo: - ¿Ah sí? Pues tomaré unas. Digamos que es un impuesto especial. - Po quería golpearlo con fuerza, pero en cambio se limitó a bajar la cabeza. - Así me gusta. - Dijo el lobo mientras se retiraba con las manzanas incautadas.

Po siguió caminando intentando llegar al palacio, pero una escena llamó su atención. Otro lobo estaba amenazando a una oveja, la cual cocinaba arroz en un puesto en las calles de la ciudad.

Lobo: - Este arroz es una porquería. -

Oveja: - Ustedes nos quitaron todo el aceite. Es lo mejor que puedo hacer. - Al lobo no le importó sus justificaciones, y desenvainó su espada mientras amenazaba con cortarle el ojo derecho a la oveja.

Lobo: - Vas a cocinar mi arroz como es debido. O será lo último que verás. -

Po no pudo pasar esto por alto. Miró a todos lados y se percató que no había ningún otro lobo cerca. Se acercó al lobo por la espalda y lo tomó con su brazo izquierdo por el cuello mientras controlaba el brazo con la espada con el derecho. Po arrastró al lobo hacia el callejón, alejado de la calle principal. El lobo se resistía, pero con el antebrazo de Po presionando su garganta no podía llamar por ayuda. Finalmente, Po no tuvo más remedio que partirle el cuello de un tirón, y el lobo cayó muerto sobre el suelo.

La oveja miraba el espectáculo con terror. Po mostró su rostro y la miró seriamente.

Po: - Venimos a ayudar del Palacio de Jade. ¿Sabe algo de los maestros Cocodrilo y Buey? -

Oveja: - La última vez que se supo de ellos se los llevaron a la prisión de la ciudad. Es todo lo que sé. Lo juro. - La oveja miraba a Po claramente aterrada.

Po: - Muy bien. Vallase a su casa. Y no salga. -

La oveja se dió la vuelta y se fue sin decir una palabra, dejando su puesto de comida abandonado. Po hizo lo mismo, y se adentró en los callejones de la ciudad.

Mono: - Po. - Decía Mono quien descendía de los tejados acompañado de la maestra Víbora.

Po: - ¿Qué hacen aquí? -

Víbora: - El resto está intentando encontrar una entrada al palacio sin llamar la atención. Nosotros venimos a buscarte al ver que te demorabas tanto. -

Po: - Encontré algo de información. El maestro Cocodrilo y el maestro Buey fueron vistos por última vez entrando a prisión. No se ha visto ningún cadáver salir de allí. Así que es posible que aún estén vivos. -

Mono: - Debemos ir a revisar. Si están vivos no podrán ayudar. -

Po: - Eso haremos. En marcha. -

Los tres maestros se escabulleron por la ciudad a través de los callejones y calles poco transitadas de la ciudad. La zona alrededor de la prisión estaba prácticamente vacía, sin mucha actividad comercial, así que pudieron acercarse y ver la entrada de la prisión desde el tejado de enfrente.

Víbora: - Hay dos guardias. Debemos buscar otra manera. -

Mono: - La prisión está sellada. Esa es la única entrada o salida. -

Po: - Tengo una idea. -

Po descendió de la azotea y tomó dos pequeñas cajas y las envolvió en tela. Caminó por la calle y se acercó a los guardias de la prisión ocultando su identidad bajo las prendas que llevaba.

Lobo 1: - Detente. Esta es un área restringida. - Lo apuntó con la lanza.

Po: - Lo sé. Les traje el almuerzo. - Los lobos se miraron extrañados mientras Po se acercaba a ellos cada vez más y más.

Lobo 2: -¿Hora de almuerzo? Pero si amaneció apenas -

Antes que el lobo pudieran terminar la frase, Po cargó de frente dejando caer las pequeñas cajas envueltas en telas que parecía bentos(*), tomó la cabeza de los lobos, y las empujó contra la pared con fuerza. Los lobos cayeron inconscientes sobre el suelo, y Po se dió vuelta y les hizo una seña a Víbora y a Mono para que se acercaran.

Ocultaron los cuerpos de los guardias bajo barriles vacíos y entraron en la prisión repartiendo golpes y noqueando a cuantos guardias se cruzaran en su camino. Finalmente, con todos los guardias inconscientes, entraron al nivel inferior de la prisión y los encontraron. El maestro Cocodrilo y el maestro Buey yacían en una de las celdas. Vivos, aunque aún tenían vendas sobre las heridas que Shen les había propiciado.

(*) Caja estilo asiático que se usa para transportar comida ya preparada. (algo similar a una lonchera)

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora