(XI) Yo soy... El Guerrero Dragón

599 92 7
                                    

Advertencia: - Este capítulo contiene mucha violencia descriptiva. Recomiendo discreción.

----o----

Cuando la nube de polvo cayó, Po yacía en el suelo. Su cuerpo estaba casi destruido, aunque se aferraba con fuerza para no caer inconsciente. Sangraba por la boca y la naris. Y sus oídos sentía un fuerte pitido que lo volvía loco. Su ojo derecho le ardía por la sangre que le caía, y algunas de sus costillas parecían estar rotas. Abrió el ojo izquierdo y vió el Rollo del Dragón a pocos metros de él. Intentó alcanzarlo con la mano, pero Tai Lung le pisó los dedos en señal de burla y tomó el rollo en sus manos.

Tai: - Por fin. Después de todos estos años. El poder del Rollo del Dragón, es mío. -

Tai Lung abrió el rollo con fuerza, pero se dió la misma sorpresa que Po poco tiempo atrás. Trató de abrirlo y cerrarlo en varias ocasiones. Miró en la parte de atrás, e incluso volvió a revisar el cilindro que contenía al rollo. Pero no encontró nada.

Tai: - ¡Está en blanco! - Gritó mientras lanzaba el rollo con furia al suelo.

Po logró recuperarse un poco y se apoyó sobre una de sus rodillas mientras tosía un poco de sangre. Luego miró a Tai Lung con lamento.

Po: - No eres al primero que le pasa. - Po recogió el rollo del suelo mientras Tai Lung caminaba de un lado para el otro irritado.

Tai: - Todos estos años. Toda mi vida persiguiendo una mentira. - Po abrió el rollo y vio su reflejo sobre las fibras reflectantes al interior del rollo.

Po: - No es una mentira. Tan solo es creer. No hay un ingrediente secreto. No hay nada oculto. tan solo, eres tú. -

Al decir eso Po comenzó a sentir un alivio en el cuerpo, un leve calor recorría cada parte de su cuerpo, aceptando el hecho que siendo él mismo era todo lo necesario. Pero en cambio, Tai Lung comenzaba a perder la paciencia. Con cada paso que daba se irritaba cada vez más y más. Sus ojos se enrojecían mientras su pelaje se erizaba. Apretaba sus dientes con fuerza y su respiración comenzó a descontrolarse.

Tai Lung se abalanzó con toda su rabia contra Po. Usó tanta fuerza que bien podría romperle todos los huesos de su pecho. Pero Po agarró el puño con una mano y lo miró con enojo.

Po: - Es suficiente, Tai Lung. Se acabó. -

Tai Lung: - No mi querido amigo. - Decía con una sonrisa macabra. - Te mataré a ti, y a todos los que me han engañado. Les mostraré lo que es sentir la furia de Tai Lung. -

La cara de Tai Lung parecía haber perdido toda cordura. Po lo miró con lástima una vez más y suspiró profundamente.

Po: - Entonces, no me dejas más alternativa. -

Po golpeó a Tai Lung por el medio del pecho a una velocidad nunca antes vista. El leopardo de las nieves retrocedió por varios metros y cayó sobre una de sus rodillas, con falta de aire. Po sentía una gran fuerza dentro de él, pero más que todo, sentía una enorme confianza en sí mismo.

Tai Lung volvió a cargar contra Po, pero este se mantenía a la defensiva. Esquivaba cada patada o puño de Tai Lung, no sin antes devolverle otro de vuelta. Tras recibir varios golpes, Tai Lung se volvió salvaje. Sacó sus garras y comenzó a arañar los brazos de Po, así como su espalda y su pecho. Usó sus dientes para morder la mano izquierda del panda, pero retrocedió antes de que este lo alcanzara.

El cuerpo de Po estaba magullado, de las heridas que tenía por todo el cuerpo brotaba mucha sangre, pero no apartaba su vista por un segundo de Tai Lung.

Tai Lung: - ¡Muere! - Gritó mientras se abalanzaba sobre Po una vez más.

Po: - Suficiente. -

Tras decir esto. Po agarró la cabeza de Tai Lung y la arremetió contra el suelo. El impacto abrió otro agujero sobre la roca, y antes que pudiera levantarse, le golpeó el pecho con todas sus fuerzas. Tai Lung yacía sobre el suelo, casi agonizando. La sangre brotaba por su boca y su nariz y apenas lo dejaba respirar. El golpe de Po le había roto casi todas las costillas, y no podía moverse del dolor. Su mirada estaba perdida en el cielo azul, y una lágrima brotó de sus ojos.

Tai Lung: - Todos estos años ¿Y para qué? - Decía entre tos y atragantamientos con su propia sangre. - Sacrifiqué toda mi vida por mi ambición. Entrené como nadie antes lo había hecho. ¿Y para qué? Mírame. Agonizando a los pies de alguien que apenas sabe Kung Fu. -

Po: - ¿Te diste cuenta? -

Tai Lung: - Sé lo suficiente para saber que apenas llevas dos meses entrenando. -

Po: - De hecho apenas empecé hace un mes. - Tai Lung se rió un poco aunque le dolía.

Tai Lung: - Mátame. -

Po: - ¿Qué? -

Tai Lung: - Por favor. Te lo pido. Mátame. Ya no queda nada que me motive a seguir. -

Po: - ¿Estás seguro? -

Tai Lung: - Si. Lo estoy. -

Po: - Lo siento amigo. -

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora