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A partir de este momento la música es muy importante.

Casi toda la música pertenece a Two Steps From Hell. (Si te gusta la música épica deberías seguirlos en YouTube)

Recomiendo reproducir la banda sonora (si no lo estas leyendo en celular) a un 20% y escuchar la melodía mientras lees la historia. Es posible que la experiencia te resulte un poco más inmersiva y te resulte en una lectura mucho más agradable. 

Tal cómo lo había prometido, Po partió del Palacio de Jade antes que las campanas marcaran el comienzo del día en el Valle de la Paz. Su partida pasó inadvertida por parte de todos, menos de sus viejos amigos. Los únicos que realmente sabían lo que sucedía.

Lo primero que hizo Tigresa al escuchar las campanas fue a buscar a Víbora mientras la pequeña Lixua jugaba alegremente con Mono y Grulla alegremente en el patio del palacio. Buscó en su habitación, pero allí no estaba. Por la cocina, la sala de entrenamiento y el resto de habitaciones. Pero no la encontró. No estaba en el Salón de los Héroes, ni en aquella distante formación rocosa dónde Po solía meditar.

Tigresa siguió buscando y le llamó la atención ver las puertas de entrada del Palacio de Jade semi abiertas a tan tempranas horas de la mañana, así que fue a investigar. Pero cuando miró hacia el exterior, la encontró. La serpiente permanecía mirando el horizonte desde el último de los miles de escalones que conectaban el palacio con el resto de la ciudad. Al parecer, había permanecido allí desde que Po había partido.

Tigresa se acercó lentamente y se sentó a su lado, pero sólo se encontró a la afligida maestra quién apenas podía contener sus emociones. Tigresa abrazó a Víbora para intentar calmar su llanto, pero ella sabía perfectamente que no bastaría. Después de todo, la misma Tigresa había sufrido un evento similar no hace mucho.

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Por otro lado, Po vistió una gran túnica que ocultaba su enorme cuerpo y un gran sombrero que tapaba su rostro y abandonó la ciudad antes que los ciudadanos comenzaran su día a día. Quedaba una sola noche para que Sun Wukong fuera en su búsqueda, así que debía alejarse lo más rápido posible de la ciudad.

Po tomó una solitaria ruta que llevaba a las tierras del noroeste, unas enormes planicies donde la llevar crecía fresca y la humedad podía respirarse en el aire. No había nada a kilómetros de distancia. Ningún aldeano o comerciante en la distancia, el lugar perfecto para poder esperar su destino.

El viaje le tomó todo el día, y la noche trajo consigo una helada brisa que contrarrestó con fuerza el calor abrasador del día. Po no pudo dormir en toda la noche. Se quedó sentado frente a una hoguera improvisada la cuál usaba para calentar un poco de té. La bebida calentaba su cuerpo y aliviaba un poco el dolor de su cabeza, y en cierto modo, calmaba su espíritu.

Finalmente, el sol se asomó por el horizonte. "Hoy es el día." Pensó algo angustiado. Pero en la lejanía pudo ver algo que le desgarró el corazón. Provenientes del mismo camino que él tomó, unas siluetas se acercaban con prisa. Po no podía creerlo. No podía ser cierto. El panda se quedó paralizado mientras Víbora, Tigresa, Mono y Grulla se acercaban con prisa a dónde él estaba vistiendo capuchas que cubrían su cuerpo.

Po: - No... no... no... no. ¿¡Qué están haciendo aquí!? ¡Deben irse de inmediato! - Les ordenó muy molesto y preocupado.

Mono: - Lo siento, amigo. Pero no podemos dejarte sólo en esto. -

Grulla: - Todos estuvimos de acuerdo. -

Víbora: - Po. Por favor. Déjanos ayudarte. -

Po: - No... no pueden. Deben irse de inmediato. - Po los miró con preocupación, entonces, se giró hacia Tigresa y acudió a ella. - Tigresa, tú sabes que no deben estar aquí. Convéncelos para que se vayan. -

Kung Fu Panda Fanfic - El Ascenso de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora