TaeHyun, JungKook, MinHo, YeonJun, BangChan, HyunJin y TaeHyung son los idols Alfas, mundialmente, más populares de su empresa BH en Corea del Sur. Todos pertenecen al, nombrado por los fans de los siete, "el séptimo cielo" y son perseguidos por cie...
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Choi SooBin se encontraba en el centro del plató. A su costado izquierdo estaban dos de sus compañeros y a su derecha el más antiguo y arisco de los tres. Su cuerpo temblaba, pero como otras veces, lo disimulaba con una amplia sonrisa y hacinado su voz más aguda e infantil.
Mas supo que había llegado el momento cuando "el diablo superior", como él lo llamaba, se había cruzado de brazos a la espera. Arregló su flequillo tupido y se dirigió a la cámara que emitía en directo el programa trasmitido los lunes, miércoles y viernes a las cinco de la tarde en la televisión nacional de Corea del Sur.
-SooBin: Quisiera ofrecer unas disculpas. -Comienza mirando al fondo de la cámara, a sus compañeros entre bambalinas. Algunos orgullosos y otros apenados por el joven Omega. Todas esas personas eran conscientes del constante maltrato psicológico que sufría por sus compañeros presentadores, pero solo unos pocos estaban de su lado cuando los focos se apagaban. -En el pasado programa, en el cual tuvimos como invitados a los idols que forman el aclamado séptimo cielo, no me comporté como debía.
-Presentador1: ¿Cómo te comportaste? -Le cuestiona el diablo superior con una ceja levantada. SooBin traga saliva incómodo, sabe qué debe decir.
-SooBin: Fui muy irrespetuoso y maleducado, actuando con tanta cercanía, e incomodando con mi actitud a los miembros y a los telespectadores. -De nuevo mira la cámara y siente el nudo pesado en su garganta por lo que se abraza a sí mismo a la altura de su estómago. -Pido también disculpas por las publicaciones que hice después en mi Twitter en las que interactué con algunos de los chicos. Ya he eliminado tal publicación, pues mi deseo es no incomodar a nadie.
El silencio se hizo presente, como se odiaba por someterse así ante esos Alfas que en realidad eran unos Alfista retrógrados que lo envidiaban. La pelinegro miró sus pies inquieto, pensando que el momento desagradable ya había terminado.
Que inocente.
-Presentador1: Discúlpate. -El Omega observó confuso al más antiguo presentador, quien le señaló el suelo con la cabeza. -Correctamente.
Comenzando a notar el escozor en sus ojos, tragó el poco orgullo que le quedaba y se inclinó hasta colocarse de rodillas. Sentado sobre sus talones, e inclinando su espalda hasta tocar con su frente el suelo, mientras juntaba y frotaba las palmas de sus manos.
-Presentador3: Con esa actitud liberal con los Alfas nunca encontrarás compañero. -Arremetió el más joven de los presentadores.
-Presentador2: Nadie jamás respetará tu trabajo, simplemente a ti, si causas tanta vergüenza. Siempre haciendo el payaso. -Se quejó señalándolo con obviedad el presentador de edad intermedia.
-Presentador1: Te lo decimos porque somos tus Hyung's y queremos lo mejor para ti, eres nuestro pequeño. -El tono cariñoso gastado por el diablo superior rebotó por toda la sala dando el ambiente fraternal que los espectadores pensaba que había entre ellos cuatro.
Para ese momento, SooBin, ya estaba llorando dejando caer sus lágrimas al suelo. Su cuerpo temblaba con los sollozos contenidos y su garganta dolía por aguantar el llanto inútilmente. Mantenía sus ojos cerrados, buscaba en el fondo de su mente algo que hiciera detener su llanto y le sacara la valentía para levantarse y seguir. Pero no podía, esa táctica ya no servía.
Sin embargo una imagen nítida de YeonJun bailando absurdo. De ellos dos aquella noche en la cena tras el programa, bailando, moviendo sus caderas con las piernas abiertas y los brazos en el aire, relajó su corazón lo suficiente como para ponerse en pie.
Con el dorso de sus manos limpió las lágrimas en sus mejillas y sacó ese coraje que siempre le había caracterizado desde pequeño, ese coraje con el que mandaba a todos a la mierda por sus creencias. Hizo tres reverencias: a sus tres compañeros, a los trabajadores y a los fans del programa en dirección a la cámara. Por último miró directo a esta para decir su última frase en el programa de ese día, importándole bastante poco si no volvía jamás a pisar ese plató, y se marchó.
