Thunder Slimer

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– Ai, ¿puedes oírme? – preguntó X por el comunicador, manteniendo la voz baja para evitar atraer atención indeseada.

Fuerte y claro, X. – respondió Ai. – Huh, tomaste la iniciativa de llamarme. Usualmente es Zero quien se asegura de que mantenga un ojo sobre ti cuando estás en una misión.

X no respondió a su declaración, aunque no pudo evitar sentirse algo avergonzado por eso. – Me he encontrado una especie de barricada aquí.

Tanto Ai como Roll, estaban escuchando, y ninguna de las dos entendió del todo. – Descríbela, por favor. Necesito detalles. – le dijoAi al Hunter azul.

X observó la barrera frente a él, analizando la pared a la cual estaba pegada, junto con las otras cuatro paredes que rodeaban el obstáculo. Había una puerta masiva cerrada enfrente del Hunter, impidiéndole seguir progresando. Pero el problema no era si podría o no entrar por esa puerta, sino lo que podría estar aguardándole detrás de ella.

– Sólo es una puerta enorme. – informó X a la navegadora rubia. – ¿Está el generador localizado en este lugar? Me encuentro en un túnel al que se llega bajando por una escalera. ¿Eso ayuda?

Déjame ver. – dijo Ai, haciendo una pausa momentánea para obtener una señal. – Parece que no puedo entrar en ella. Tendrás que atravesarla tú mismo.

X estuvo a punto de responder, pero como si le leyera a la mente, escuchó un fuerte *CLICK*, y entonces, la puerta comenzó a abrirse. La cámara detrás de la ahora abierta barrera estaba totalmente a oscuras. Era enorme y estaba mayormente cubierta de baldosas, pero estaba muy lejos de sentirse acogedora.

¿Qué sucedió? – cuestionó Ai.

– Creo que ya encontré una forma de entrar. – respondió X. – Aquí voy.

Recuerda, no dudes. – le dijo Ai al Hunter azul. – Zero espera que me asegura de que regreses con vida.

...

Desde los confines del cuartel general, Ai y Roll aguardaban una al lado de la otra respirando ansiosas, y la segunda se paseaba de un lado a otro. No sólo su hermano menor podría estar a punto de meterse en problemas, sino que Chiyo ahora había desaparecido.

– Esto es terrible. – dijo. – ¡¿Qué la habrá poseído para que saliera de ese modo?!

– Zero y su escuadrón están afuera, ellos la encontrarán. – le dijo Ai a la otra rubia. – Hay un grupo de humanos que sospechamos que se dirigen hacia el faro, así que tal vez haya decidido unirse a ellos.

– Tengo que discrepar con eso. – respondió Roll, y de inmediato procedió a explicar. – Chiyo no es alguien muy sociable, incluso X dijo que la encontró sola en la carretera. Para ser honesta, los únicos con quienes tenía algún apego profundo eran Patarche y Fumiko.

– ¿Patarche? – cuestionó Ai, preguntándose qué clase de nombre era ese.

– Su perro. – le dijo Roll a la navegadora. – Lo tuvo desde que su edad era de un solo dígito.

– ¿Una de las cosas más importantes de su vida era un animal? – inqurió Ai. – ¿Acaso no iba a morir eventualmente?

– No sólo murió. – le dijo Roll. – Le dispararon cuando intentó proteger a su dueña de ese ex-Hunter, Vile.

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