Reconocimiento (1)

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Cuatro horas habían transcurrido desde que X regresó a las ruinas de Abel City, luego de la exterminación de Chill Penguin. A su llegada, todos rápidamente notaron sus mejoras, y fue enviado directamente al ala médica para ser analizadas. Aunque el reploide azul insistía en que no eran peligrosos, las órdenes vinieron de Zero en persona, así que no podían discutir. Así que ahora se encontraba aquí, situado en una cápsula mientras un sensor por encima de su cabeza escaneaba sus piernas, haciendo aparecer un diagrama de su cuerpo en la pantalla junto a él. Los ojos verdes de X observaban detenidamente las botas blancas que ahora habían reemplazado sus anteriores azules, y varias estadísticas aparecían en la pantalla alrededor de los componentes de sus piernas.

– Hm. – Uno de los miembros de la unidad Lifesaver se frotaba la barbilla, mientras sus receptores ópticos leían los hallazgos presentes en el monitor. – Muy interesante.

– ¿Qué cosa? – cuestionó X.

– Parece ser que tus mejoras son precisamente eso. – respondió el Lifesaver.

– ¿Qué quieres decir?

– Tu velocidad se ha incrementado, y también tu armadura externa ha sido reforzada. Actualmente, esta porción de tu cuerpo es más fuerte que el resto de ti.

– ¿En serio? – X se levantó, observando la pantalla. Sus ojos se enfocaron en su buster. – ¿Qué hay del chip de arma?

– Si lo que las entradas que dejó Fujiwara son ciertas, entonces creo que te conviene conservarlo, junto con cualquier otro que te encuentres. – respondió el Lifesaver.

– ¿Entradas?

– Trinity te lo explicará. – Fue en ese momento que X se dio cuenta que alguien más había ingresado al cuarto. – Me alegra que hayas vuelto en una pieza, X.

– Zero.

El rubio de armadura roja, ahora comandante, estaba de pie en la puerta con los brazos cruzados y sus ojos azules fijos en X. – ¿Qué noticias hay? – preguntó al Lifesaver.

El reploide más alto se giró para dirigirse a su comandante. – Hasta ahora, los sistemas de X están en buenas condiciones, dado que su calefacción interna tuvo que ponerse al límite para mantenerlo caliente y en movimiento.

– Sí. Quedar atrapado en un bloque de hielo te hará eso. – Zero asintió. X vio la mirada de su amigo; no parecía enfadado, pero sí decepcionado. El reploide azul suspiró, sabiendo que pronto iba a recibir otra "charla". Zero dirigió su atención de vuelta al Lifesaver. – ¿Ya está en condiciones de moverse de nuevo?

– Oh sí. – respondió el médico verde y blanco. – Todo está en perfecto orden.

Zero miró a X, esperando a que se levantara de la cápsula. – Ya sabías que esto iba a suceder. Ven conmigo.

Una vez que X se puso de pie, siguió a Zero hasta una sala pequeña y aislada al final del corredor. En la habitación había algunas cápsulas de reserva por si acaso eran necesarias. Una vez que estuvieron los dos adentro, Zero cerró la puerta y se giró para encarar a X.

– Entonces, escuché que tuviste éxito en tu misión. Y que gracias a ti hemos logrado asegurar la base arriba de las montañas. En este momento, es uno de los territorios que hemos logrado recuperar de las manos de Sigma.

X se sacudió un poco donde estaba, presintiendo que, pese a las noticias positivas, Zero no estaba muy complacido con él. – Qué bien, eso es bueno.

– En efecto. Es una cosa que va a nuestro favor. – asintió Zero. – Aunque... escuché que hubo muchas cosas que no salieron a tu favor en relación a tu desempeño.

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