Merecido

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Apenas eran las diez de la mañana, LEN había llegado a casa muy estresado. Siempre que llegaba así trataba mal a RIN y eso no le gustaba. Antes de verla, se fue a su cuarto a librarse del estrés con un poco de música. Pero de repente escuchó unos sonidos que no le gustaron. Le sorprendieron porque no tenía esa clase de vídeo en su teléfono. Al tomarlo, el pervertido de su amigo KAITO le había enviado vídeos sucios y como tenía la descarga automática ya era tarde para cancelarla. Acudió al llamado que RIN le hizo para que le ayudara con la compra. Tras regresar se tiró encima del sofá exhausto, aunque resaba porque KAITO no le mandara más vídeos. Al percatarse que no tenía su celular arriba, lo buscó con desespero hasta que volvió a escuchar aquellos gemidos. RIN sentada en la escalera lo miraba fulminante con el vídeo reproduciéndose.

-KAITO me los mandó, no le pedí nada-dijo LEN en autodefensa, pero RIN no cambiaba su mirada-Dame mi teléfono para borrar esa mierda.

-Ahora ya sé de dónde sacas todas las cosas que haces conmigo. Cuando me sorprendiste en el baño, cuando me empujaste en la mesa, en cuatro en la sala; LEN eres un cerdo.

-A ti te ha gustado todas esas cosas y no es de allí donde saco ideas.

-¿Ah no? ¿Y de dónde?

-Esos son secretos propios. Lo importante es que he sabido variar nuestras formas de tener sexo.

-Lo que tu digas.

RIN subió sin darle el móvil a LEN, y aunque este lo intentó, no consiguió nada. Maldecía a KAITO una y otra vez por esos malditos vídeos. Sin embargo, no esperó que RIN tomara riendas en el asunto.

-Hola KAITO, soy RIN-le habló con el teléfono de LEN en llamada.

-Hola RIN, ¿cómo estás?

-Peleada con LEN por tu culpa. Necesito que me dejes de enviar esos vídeos o te bloqueo.

-¿Como que a ti? Yo sé los envío a LEN.

-Porque hicimos un cambio de línea y todas tus cochinadas me llegan a mí en el contacto de LEN.

-Perdona RIN. No volverá a pasar.

-Eso espero. Adiós.

-¿Qué hiciste?-LEN le quitó el celular a RIN de la mano encarandola.

-Hacer lo que tú debiste de haber hecho hace tiempo.

Obviamente RIN estaba molesta, pero no creía que el asunto de los vídeos fuera el motivo principal. Sentado en la cama se dispuso de buscar que había hecho mal para que estuviera enojada.

A la mañana siguiente LEN llegó al trabajo con los ojos por el piso. Dormir no había sido nada fácil. Cuando la veía quería abrazarla y besarla, pero RIN no se lo permitía ya que lo había mandando a dormir para el sofá.

-Gumiya, mi vida no es fácil-se quejó agotado.

-¿Problemas de pareja? -le preguntó su amigo de cabello verde al verlo tan deprimido.

-No sé porque RIN está molesta. Es cierto que KAITO volvió a hacer de las suyas, pero no era suficiente para que me mandara al sofá.

-¿Has olvidado una fecha importante? ¿Cumpleaños? ¿Aniversario?

-Nuestro aniversario lo celebramos hace un mes y su cumpleaños, pues es el mismo dia que el mío.

-Amigo, felicidades, hoy es tu cumpleaños.

-¿Qué? ¿En serio? (0.0)

-Sí. ¿Lo habías olvidado?

-Con tanto trabajo se me pasó. Tengo que comprarle un presente a RIN. Algo que le guste.

Mientras tanto, RIN estaba en su oficina con sus amigas caminando de un lado a otro por el mismo asunto.

-Hoy es su cumpleaños, ¿qué le hago? ¡Chicas hablen!

-Primero relájate. Tienes todo el día para planearlo-le habló la fiel compañera, MAYU.

-¿Y si le haces una cena?-La novia de GUMIYA se encontraba con el teléfono en la mano.

-¿Una cena GUMI? Yo no sé cocinar muy bien y odiaría tener que hacer pedidos.

-Te ayudaremos amiga. Iremos a casa y prepararemos la cena mientras tú te arreglas. Pelo, uñas, interior y piernas-MAYU esbozó una sonrisa pícara.

-Supongo que podré usar una lencería-RIN rió ante su propio comentario.

-Entonces le diré a GUMIYA que entretenga al tonto de tu novio.

-Gracias GUMI.

Para la tarde todo estaba perfectamente terminado. LEN esperaba que con su regalo y el ramo de flores a RIN se le bajara el enojo. Sin embargo, sospechó cuando MAYU y GUMI se despidieron de él en la entrada de su casa. Entró encontrando todas las luces apagadas. Encendió las bombillas pero era un apagón. Con la linterna de su celular se acercó al comedor donde estaba RIN sentada con su teléfono en la mano.

-RIN, ya llegué-le dijo en tono suave, aunque los nervios lo mataban.

-Bienvenido LEN.

-¿Desde cuándo no hay luz?

-Desde hace unos minutos. Estoy segura que pronto volverá.

Palabra santa, pues las luces de las bombillas se encendieron dejando que LEN se deleitara la vista viendo a una RIN completamente diferente. Usaba el vestido negro que tanto a él gustaba. Pero lo más hermoso no era el maquillaje ni el peinado, sino que llevaba el collar que le regaló en su primera cita. Sonrió y dejó las flores encima de la mesa. Con algo de miedo, pero seguro, se acercó y agarró el collar con dos de sus dedos.

-Te queda hermoso.

-Gracias.

-Estas preciosa RIN. Feliz cumpleaños mi linda.

-Lo recordaste-RIN cubrió su boca sorprendida por el ramo de flores que LEN le entregó.

-No podía olvidarme de este día. Te compré esto-sacó de su bolsillo una cajita negra-Recordé que el anillo que te regalé se te perdió y te compré otro.

-Gracias-RIN agarró el anillo de adentro de la caja-¿Me lo pones?

-Por supuesto. ¿Y mi regalo?

-Pues, es está cena-señaló a la mesa.

-Creo que tienes encima mi regalo-la acorraló con suavidad a la pared-Ese vestido no puede usarse con ropa interior normal, sino con lencería-susurró con sexualidad en su voz-¿No estás molesta conmigo?

-Ayer un poco porque creí que me hablarías sobre hoy, pero ya entiendo porque te comportabas así.

LEN tuvo que ser muy fuerte para no derrumbarse por el alivio que sintió. Apenas RIN le llamó de nuevo, se apresuró a besarla con el fuego de una pareja enamorada. Y vaya que le costó recobrar el ánimo cuando logró en su habitación quitarle el vestido y verla en ese traje negro tan sexy. Los deseos reprimidos con los que soñó dormido en el sofá, los hizo manifestar en la mejor noche de su vida. El mejor regalo de cumpleaños era tener a su princesa a su lado.

-Te amo RIN, feliz cumpleaños.

-Felicidades a ti también LEN. Te amo.

Cuentos Para DormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora