Apenas cayó la tarde del primer viernes del mes de diciembre. Aquel mes solo traía festividades bonitas como navidad y fin de año. Era natural que todos pensaran en como pasarse los siguientes días, sin embargo, KAGAMINE LEN que iba por la calle como un zombi, pensaba que hacer para desestresarse. Ensayar, ensayar y ensayar era lo único que hacia durante el día completo. Su cabeza repasaba la melodía y parecía que alguien cantaba en su oído. Llegar a casa debería de darle felicidad, más, con su compañera de cuarto, KAGAMINE RIN, y su tristeza sin motivo; descansar se le hacía imposible. Cuando cruzó el umbral de la puerta, suspiró al verla sentada en la ventana viendo los copos de nieve caer. De alguna forma le irritaba el silencio, se conocían hace mucho y era la primera vez que ella no le contaba lo que pasaba por su mente. La RIN abierta y alegre, la que le recibía con una sonrisa en su rostro, la que usaba juegos pervertidos que le sonrojaban; esa chica, no era la RIN que veía hace un mes. Esta nueva versión era callada, seria, de sonrisa falsa y ganas de llorar retenidas.
Sin embargo, no era culpa de RIN estar así. Tener que decidir si decirle el mayor secreto de su vida a su amigo o guardar silencio hasta decir “una nueva imagen”, era lo que le tenía indecisa. Miraba sus manos, sus piernas, y buscaba en el frío de la brisa no llorar. Desde que MEIKO le había dado la noticia, RIN estaba consciente que un día dejaría ser así. No podía seguir ensayando, no podía ya casi caminar, incluso estar de pie le molestaba. Odió que LEN llegara el momento donde había decidido ir a su cuarto a descansar. Le saludó con una sonrisa, pero al bajarse de la ventana sus piernas fallaron. Un golpe en seco en las rodillas le causó dolor, aunque LEN se movió rápido para evitar la caída, no llegó a tiempo.– ¿Estás bien RIN?
–Sí, solo me caí.
–Deja que te ayude.
LEN levantó a RIN como una princesa dejándola en el sofá de la sala. Iba a inspeccionar las rodillas de su amiga, pero RIN no le dejó al ver el agujero en una de ellas. Esa mirada que solo él sabía poner cuando no le dejaban trabajar era un claro mensaje para ella, pero aun así, se las ideó para que no le revisara la pierna.
– ¡RIN! –LEN pronunció su nombre con fuerza para captar su atención– ¿Qué te pasa? ¿Te acabas de caer y no quieres que te revise?
–Te dije que estoy bien–volvió a insistir–Muchas gracias, pero no necesito una revisión. Solo estoy agotada.
–No me creo tu cuento. Hablemos sobre lo que tienes hace días.
– ¿A qué te refieres? –tragó saliva.
–Hablo de tu comportamiento. ¿Por qué no quieres contarme lo que te pasa?
–Perdona, pero he estado presionada para creer una nueva canción para el concierto.
–Mientes. Habla–la presionó un poco.
–Oblígame–le retó.
Un cruce de miradas filoso conllevó a que LEN usara esa provocación en su contra. El rubio sonrió mientras se levantaba como si le diera la victoria a la otra. RIN le siguió con la vista, había algo que no encajaba en esa personalidad. Verle dirigirse a recoger su mochila en la entrada, se apresuró a levantarse y subir las escaleras. Sin pensar en el truco, RIN se vió atrapada por la pared y el cuerpo de LEN al subir el último escalón.
– ¿Me vas a decir que tienes? –LEN dejó que su aliento enfriara el sudor en el cuello de la chica.
– ¿Y esta pose? Al menos mis pechos no te tocan.
–Pero en cualquier momento puedo hacer esto.
La presión del cuerpo masculino contra el suyo le hizo ahogar un quejido del dolor en su pierna. Debía de entrar a su cuarto, pero LEN se lo impedía presionando mucho más fuerte. Un trato cursi a veces se volvía mutuo por las canciones románticas, e incluso llegaban un poco de intimidad. LEN la volteó de frente observando en los ojos azules de su amiga la súplica. Había callado mucho, le había dado suficiente espacio a solas como un buen amigo hace; ahora tocaba calmar esa preocupación. RIN al ver que sus rezos internos no funcionaron, antes que volviera a mencionar otra palabra que le implicara hablar, lo atrajo hasta que sus cuerpos se pegaron.
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Cuentos Para Dormir
Proză scurtăVariedades de cuentos cortos y relatos para el gusto del lector. Muchos incluso pueden considerarlo como novelitas cortas.