En medio de aquel salón lleno de vestidos incandescentes y ropa opaca, las puertas volvieron a abrirse. Las miradas se posaron en el Cenicienta de vestido rojo. Las mujeres envidiosas criticaban la perfección con que la princesa bajaba los escalones. El broche con la flor Dalia silenció las voces de fondo. No era una princesa lo que caminaba directo al trono, sino una futura reina. Arrodillada frente a su padre, sonreía de felicidad de que sea él quien colocara la corona. A pesar de no pertenecer a la realeza, aceptó ser quién devolviera el estatus más alto a su hija. Los aplausos más valiosos provenían del fondo. Aquellos invitados eran quienes importaban. Sus amigos, su familia, Susana estaba contenta de volver a portar su nombre. La vista sentada desde el trono era misteriosa. Un salón sin vida lleno de rostros pálidos, como los caminos por donde solía transitar hace tres años. Aquella vida era agua pasada, pero la intuición de quién la iría a lastimar fue lo único que se atrevió a conservar. Los peligros se acercaban apenas y la ceremonia formal había concluido. El mensajero llegó con una carta de emergencia. Susana ejerciendo su papel de reina la tomó en sus manos para leerla en su habitación. Le debía de devolver aquella grosería a cierto principito despechado, pero eso sería después un preámbulo elegante. Por encima de cualquier problema debía de permanecer firme y elegante. Le ordenó al mensajero que llevara su carta al mismo remitente. Susana llevaba una gran carga sobre los hombros. Ser reina sería estar sola y acuciada por deudas ajenas. Tanto dinero malgastado, tantas personas por hacer feliz. Para liberar su rabieta comenzó a sacudir la cama antes que su esposo llegara. Más calmada, salió a pasear en camisón por el jardín. Si amaba algo de su mansión era ver la nieve caer sobre el césped. Sentada en aquel pasto con la noche sobre sus hombros, tuvo una idea digna de su mente criminal. Se levantó y salió corriendo al interior de la casa para poner en práctica algo que solo a Muñeca se le ocurriría. Sería la última vez que usaría esa personalidad.
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Cuentos Para Dormir
Short StoryVariedades de cuentos cortos y relatos para el gusto del lector. Muchos incluso pueden considerarlo como novelitas cortas.