LOS HERMANOS ANABEL

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Ana

-¿Qué estás haciendo?-me preguntó el tarado de mi novio que me ha pegado los cuernos-¡Desatame ahora!

-¿Por qué?-le pregunté juguetona-Te ves muy lindo atado. De hecho haré unas fotos y las subiremos como el mejor disfraz de nuestras vidas.

-¿Estás loca?-me pregunta tratando de zafarse-Podemos hablarlo Ana.

-¿No es un poco tarde para eso?-le cuestioné.

-Ana ya llegué-me dice mi hermano desde el pasillo.

-¡Cuñado ayudame! ¡Me tienen atado!

-Estoy en la cocina Abel-le grité para que supiera donde me encuentro.

-Compré mante...-Abel, mi hermano menor se ha quedado sin palabras de ver a mi novio atado y a mi sacándole fotos-Ustedes si que aman Halloween-se burla dejando la bolsa de la compra encima de la mesa.

-¿De qué te vas a disfrazar?-le pregunté curiosa.

-De muerto viviente. De hecho, mañana vengo a comer y a pasarme una temporada en casa antes de empezar desde cero.

-Serás siempre bienvenido-le digo feliz de escuchar que tendré a mi hermano de vuelta.

-Nos vemos Ana.

-Hasta mañana Abel.

El reloj marcaba las once, debía de prepararme para salir. Subí a mi cuarto en busca de un vestido negro muy sexy y unas botas altas del mismo color. Me solté el cabello, un poco de maquillaje y mis guantes, aunque sabía que iba a tener que cambiarme antes de llegar. Bajé con pasos lentos mostrándole a mi exnovio la belleza de mujer que soy. Feliz de que mi hermano vuelva mañana, observé el reloj. Falta media hora, quizás pueda ir limpiando la carne.
Tomé el cuchillo más afilado, la carne no iba a desprenderse tan fácilmente. Me acerqué a mi exnovio viendo sus ojitos abrirse ante la idea que seguro se le pasó por la cabeza.

-No pensaras matarme. ¿Verdad?-me dice temblando.

-Claro que no, solo quiero probar el cuchillo con alguna parte de tu cuerpo-le dije analizando que parte cortar para no estropear mi vestido-¿Te sirve un pie? ¿O prefieres que te castre?

Tocaron a la puerta, justo cuando iba a divertirme convirtiendo la amenaza de toda mujer en realidad. Abrí la puerta, era el equipo de limpieza que había contratado para esta noche. Vi la hora, llegaron antes de lo acordado. Dejé que pasaran, son profesionales y no sé a que hora mi hermano va a venir. Cuando me señalaron a mi exnovio atado les dije que era parte de la basura. Decidí salir a comprar algunas cosas que me iban a hacer falta para la bienvenida, mi casa está en buenas manos. Una vez regresé de hacer la compra, los vi sacando la basura, más, los detuve cuando vi las bolsas gotear.

-¿Las pueden dejar en las puertas del cementerio?

Asintieron, y una vez ellos se fueron, me subí a mi auto y me fui con ellos. Las bolsas fueron dejadas justo como yo lo quería, hubo uno de los hombres que se ofreció a ayudarme por mi bonita vestimenta, acepté encantada. Caminé un poco pidiendo que dejaran las bolsas encima de una tumba. Antes de que se fuera, le pedí que abriera las bolsas y sacara toda la carne y la hechara adentro de la tumba que estaba al lado. Mi trabajo ya está hecho. Volví a casa, aún no he preparado la cena.
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Las manecillas marcaron las doce en punto, las campanas al ser un reloj antiguo comenzaron a sonar, y la puerta se abrió. No me inquieta, lo esperaba. Manos suaves me abrazan, aunque el olor es repugnante logro soportarlo. Volteo viendo a mi hermano con su tez pálida y sus ojos rojos, cumplió con su disfraz.

-Gracias por revivirme-me abraza con fuerza.

-Descansa en paz. ¿Saboreaste la carne del imbécil que te mató?

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⏰ Última actualización: Oct 31 ⏰

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