Amore

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Tengo un secreto que se ha vuelto mi visita diaria. Mis amigos inventan que estoy saliendo con alguien cuando en verdad, voy a la playa a leer. Un lugar con espacio abierto con un fondo musical sonoro precioso. ¿A que sirena no le gusta escuchar la melodía de las olas? Desde que descubrí un maravilloso libro en un naufragio estancado en la playa, me he emocionado con cada una de sus aventuras. Siendo sirena es raro que pueda entender el idioma, sin embargo, es libro ilustrado. Reí con una graciosa escena, aunque en ese momento me di cuenta que necesitaba un lugar más cómodo para leer. Estar en la arena acostada es agradable, lo que no soporto es el sol. Tuve una idea en cuanto vi un largo palo oculto entre hojas de palmeras. ¿Cómo llegó hasta allí? Al quedarme un tanto lejos, tuve que arrastrarme hasta poder tener alcanzarlos con un brazo estirado. Pasé horas bajo el sol atando cada hoja entre sí y algunas ropas que encontré uniéndolas al palo, sin embargo, mi invento funcionó. Clavé el palo en la arena, las hojas me daban la sombra que necesitaba. Suspiré, el sol ya no quemaría mi espalda. Para no tener que ir y volver, siempre que salgo a leer me llevo mis ricos purés de alga con atún. Dejé de comer, hay algo que me molesta. Pedir que se presentara no dió resultado, por eso, cree una burbuja de agua que me protegería de cualquiera. Tras unos minutos, pude sentir un impacto. Me siento orgullosa por conocer una magia única, no todas las sirenas nacemos con poderes. A quiénes se atrevan a molestarme en mi espacio, se llevan su merecido. Volví a sentir el impacto, que insistente. Miré para ver qué era, los ojos se me iluminaron cuando vi a un chico de dos piernas con el vestuario del pirata de la portada. Pero no tenía tiempo para admirarlo, por su culpa no pude saber si la protagonista se iba a quedar con el muchacho. Entrecerré los ojos, convertí mi gran burbuja en un cañón de agua. Chorros a alta presión lo lanzaron a una distancia perfecta para que no moleste. Justo cuando iba a pasar a la página de la mejor escena, regresó. ¿Qué le pasa? Después del quinto intento deshice la burbuja.

-¿Por qué no me dejas llegar al final de este capítulo?-le reclamé, me tenía harta la curiosidad de saber que pasaría.

-Perdona señorita-este chico estaba enojado-Sería tan amable de devolverme mi ropa que tiene el techo de su sombrilla.

Tuve que echarme reír, por suerte el ocaso ocultó al sol. Le devolví su ropa para que estuviera tranquilo. Al final, creo que fue más divertido haberle prestado atención que haber leído. El maravilloso libro pasará a ser una obra más del mar. Lo lancé a un abismo profundo cuando regresé a mi casa porque la protagonista no se quedó con quien yo quería. Espero que el próximo libro cumpla mis respectivas con el romance.

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