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La falsa pareja llevaba varios minutos caminando en una sola dirección, hasta ese momento no había ningún desacuerdo entre ellos, aunque tampoco se dirigían la palabra. Tanto uno como el otro solo daba la mano, ni siquiera se inmutaban a pensar en el pequeño gusto de sentir otra piel junto a la suya. Deteniéndose un momento para comer después de haberse marchado del campamento sin desayunar, fue la primera vez que se soltaron. Lance sintió la ausencia de la mano de Natalie, mientras que ella, solo seguía buscando en su bolsa un pequeño aperitivo. Lance instintivamente miró a la pelirroja buscando alguna señal de eso mismo que sentía él, no obstante, se decepcionó de no ver nada. Como un chico ajeno a todo lo que tuviera que ver con el romance o lo que fuese más allá de las armas, observó sus manos y a su compañera con la duda en el rostro. Tragó en seco, no era capaz de expresar esa inquietud de tantos pensamientos buscando el error de que Natalie no reaccionara como él pensó cuando le propuso actuar. Por su parte, Natalie comía algo preocupada por sus amigos, aunque el mayor pensamiento era el beso en la mejilla. Tocando su rostro como si buscase una razón para encariñarse con aquel gesto, solo soltó un suspiro de cansancio ante sus recuerdos más profundos. Bebiendo de su jugo, casi se atraganta por la cantidad de pensamientos que se le pasaban por la cabeza.
– ¿Te encuentras bien? –Lance le daba algunas palmadas en la espalda ayudándola a dejar de toser.
–Sí, se fue por el camino viejo–le agradeció limpiándose la boca con un pañuelo.
–Necesitaremos otra estrategia si queremos que esto funcione–dijo Lance buscando en su compañera la información que a él le faltaba–Algo que les llame la atención. La aldea normalmente se revela para celebrar la unión de una pareja.
– ¿Unión?
–Ya sabes, algo que hacen las parejas.
– ¡Ni muerta! –Natalie se levantó indignada–No te dejé en la celda y ahora mucho menos lo haré.
– ¿De qué hablas? –Lance ahora se mostraba más confuso.
–No te hagas el santo que sabes muy bien lo que estoy diciendo.
–A mí no me molestaría. Después de todo, eres mi pareja ahora.
Esa mirada pervertida en el rostro del pelirrojo y a la vez con un aura de maldad era lo que le ponía la piel de gallina a la chica. Sin saber si estaba hablando en serio o jugando, Natalie prefirió ignorarlo, pero sus ojos se dirigieron hacia su bastón. En cualquier momento pudiera usarlo, sin embargo, su mente la traicionó. Por su cabeza pasaban preguntas que negaba con la cabeza, nunca iba a permitirse tal humillación. Suspiró calmando sus pensamientos, sin embargo, recordando las novelas románticas que solía leer, se asombró de sí misma cuando malinterpretó aquellas palabras. Dándose un fuerte regaño a si misma internamente, pensó en todas las cosas pequeñas que pudiera crear un ambiente engañoso, pero a la vez romántico. Por un momento, su mente se trasladó a su etapa cuando hablaba con sus amigas de la universidad sobre chicos y el tipo de experiencia que quisiera compartir con una pareja. No era de las que se aprovechaba de la situación, sin embargo, darse un capricho y disfrutar de la venganza de ver a Lance hacer lo que ella le pidiera, era como un premio. Acercándose a su compañero con la mirada en el suelo, se detuvo cuando sus botas estuvieron cerca de Lance. Alzó la cabeza mostrando una mirada coqueta, seductora, y con una sonrisa pequeña que le iluminaba el rostro. Lance ante ese encanto de mujer sintió que le iba a dar un ataque o un paro respiratorio por la agitación del pecho. El deseo que lo conllevó a sostener su mano, ahora incluso más fuerte, sin embargo, paralizado en el lugar era incapaz de conectar su cerebro con su cuerpo.
– ¿Hacer cosas de parejas? –jugó Natalie repitiendo las palabras de su compañero– ¿Sabes qué significa?
–Claro que sí–dijo con fuerza, más, lo delataba la intranquilidad que las pupilas de Natalie sobre sus ojos le producían–Es hacer cosas juntos, como…–hizo una pausa desviando la mirada, más, volvió a buscar la mirada de la pelirroja– ¿Decirse códigos claves?
Natalie soltó una carcajada ante esa respuesta. No pudo parar ya que esperaba por un segundo que Lance supiera acerca del amor o cosas de parejas. Lo más gracioso fue recordar con que madurez le propuso ser una pareja falsa para rescatar a sus amigos, y no tuviese idea de lo que eso significase. Lance cruzó sus brazos molesto de la burla por su falta de conocimiento, bueno, nadie podía culparlo. Irritado de que Natalie soltara todo su estrés en esa risa tan escandalosa, la sostuvo de los hombros de forma brusca volteándola hacia él.
–Me alisté al ejército desde los doce años, ¿de acuerdo? –Lance reveló aquello como si buscara una justificación a su desamor–Éramos todos hombres, no tuve mucho contacto con mujeres. Me gané mi título cuando cumplí los quince y he sido hasta hoy lo que todos ven.
Natalie seguía algo risueña, con un poco de falta de aire, pero ante la revelación de aquello, disimuló un poco. Aparte de dar en el clavo en su cabeza, comprendía el mundo del que provenía Lance. Respiró hondo más recuperada, no era capaz de culparlo, aunque pensaba sobre la estadía en la celda. Mirándolo con extrañeza, se puso algo seria queriendo comprender como un chico que no conocía el amor era capaz de tener pensamientos lujuriosos. Tampoco el sexo fuese algo que se aprende en la escuela y más imaginándose que a su alrededor solo hubo momentos de tensión y muerte. Poniéndose en sus pies, no era capaz de recrear al cien por ciento un escenario tan devastador donde las veces que estuvo con una mujer fue para recordarse que era vivir, o uno de los tantos placeres de la vida.
¿Hacer cosas de parejas?
Natalie sabía que Lance no era capaz de hablar de él mismo, y si interpretaba la confesión como la estrategia, muchas escenas parecidas a este momento llegaban a su mente, y sin evitarlo, el corazón mandó esta vez las ordenes. Lance se quedó impactado de recibir un abrazo por parte de la pelirroja. Temblando de forma involuntaria, se quedó quieto sin atreverse a tocarla. Volvió a tragar en seco, aunque pasado unos minutos donde el impacto fue disminuyendo, las manos de Lance que pretendían acomodarse un poco sobre la espalda, se detuvieron en cuando Natalie le quitó el gorro dejándolo descubierto.
Otro choque eléctrico de que su cabello fuese acariciado, y el mayor de todos fue verla separarse con delicadeza con una mirada completamente diferente. Aquellos tres gestos marearon al pelirrojo casi haciéndole perder el equilibrio, más, Natalie se atrevió a tocarle la mejilla a Lance mientras que en silencio le expresaba lo que quería decir.
–Debió de ser muy duro para ti. No es que sea capaz de entender tu vida, pero estoy segura que fuiste un buen líder.
– ¿Un buen líder?
–A veces tomas el liderazgo del grupo llevándonos a la salida del problema. Eres bueno creando estrategias para las peleas. Si seguimos vivos es gracias a tu experiencia. Incluso ahora, eres capaz de guiarme bajo tus planes buscando la seguridad de ambos.
–Parece que se va a desmayar–le comentaba divertida Ana a Matt que con un pañuelo en la boca silenciaba la risa de ver a su amigo en esa fase.
–Lance no puede contra Natalie–dijo Matt respirando unos momentos al quitarse el pañuelo de la boca–Fue una buena idea, aunque sigo pensando que pueden descubrirnos.
–No lo harán–Ana le daba un codazo a Matt de forma amistosa–El bosque es tupido, y con mi magia no van a saber que estamos ocultos entre los arbustos observando su buen desarrollo. Menos mal que Romeo no está aquí para apreciar esta escena.
–A estas alturas quizás volvieron al campamento creyendo que nos fuimos sin ellos.
– ¿He perdido la esencia, Matt? –Ana veía a su compañero evaluando su control con la magia.
–Para nada. Es más, me alegra que decidieran unirse al grupo. No sé de lo que hubiera sido este viaje sin ustedes.
–Es verdad. Hemos vivido muchas aventuras.
–Y las que nos faltan.
–Será mejor apresurarnos, se ve que el encanto va a romperse.
–Me aseguraré de recordar estos momentos para molestar a Lance.
Tanto Ana como Matt dejaron a Lance y a Natalie en ese ambiente donde sus miradas no se desviaron y la armonía acogía a sus corazones. Desde afuera podía verse un corazón lleno de vendas que lloraba por la tristeza y la inseguridad, más, a su lado había un corazón con algunas ranuras brindándole su consuelo. Después de todo, Natalie también poseía vendas en su alma de heridas que ocultaba como mismo Lance ocultaba su otro lado.
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Cuentos Para Dormir
Short StoryVariedades de cuentos cortos y relatos para el gusto del lector. Muchos incluso pueden considerarlo como novelitas cortas.