Solo quiero su felicidad

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Lo que vi aquel día no fue nada comparado con lo vivido. Aquella chica de cabellos rubios y piel negra estaba abrazada a la sombra del pianista. Aunque sus ojos fueran tan blancos incapaces de distinguir el color, podía verse tristeza. Aquel muchacho de traje gris le levantó el rostro sin dejar de abrazarla. Eso era amor de verdad, estar junto a tu pareja aunque haya dificultades. Seguí mirando, quería ver que más había entre ellos.

-Algún día espero que encuentres a una persona que me sustituya-le habló la sombra.

-No, no quiero que nadie te reemplace. Te amo pianista.

-XIANET, debes de entender que yo también te amo, pero no puedo estar a tu lado.

-Tampoco me dejes.

-No lo haré, siempre estaré contigo desde las sombras.

El beso que compartieron, me hizo llorar. No quería arruinar el momento delatando mi presencia, por eso guardé en secreto a que ellos terminaran de besarse. Un beso que parecía infinito, sin embargo, estoy segura que era ella quien quería dejarle claro cuánto lo quería. Después de separarse, una criada llegó desesperada con una noticia. A los se le iluminaron los ojos y salieron del cuarto para ir a ver el cuerpo que habían conseguido. Yo salí también, quería ver como era el cuerpo donde el pianista albergaría. Cuando sacaron el cuerpo del ataúd, aunque yo sea hombre debo de admitir que el muchacho era lindo de rostro y fuertesito. Ese conjuro iba a necesitar de mi magia, XIANET confía en mí para hacer el círculo mágico. Esa misma noche bajo la luna llena me puse a dibujar en el suelo del patio aquel círculo satánico. Esto de despertar a los muertos me emociona.

-KIYO-XIANET me llamó vistiendo su vestido negro completo con su sombrero de bruja-¿Está todo listo?

Estaba nerviosa y emocionada. Para relajarle le pinte la cara con mis manos llenas de tizas. Ella se limpió las mejillas, aunque después agarró la tiza y me pintó el cabello. Los criados dejaron el cuerpo en el centro donde les indique. XIANET agarró la daga, hizo una cortada en su mano para escribir el nombre que el pianista tendría al entrar en ese cuerpo.

-¿En serio se va a llamar Ilidio?

-Ambos decidimos ese nombre.

-Para gusto los colores. ¿Preparada?

-Lista.

Para empezar este tipo de rituales primero tienes que eliminar el alma. Las sombras como el pianista no son espíritus vengativos, son únicamente poderes buscando un cuerpo al cual servir. No me hizo necesario agarrar el libro, me sabia los conjuros de memoria. Entre XIANET y yo invocamos a las otras sombras para que den su opinión sobre el cuerpo. Afortunadamente todas dieron su aprobación, eso facilita el trabajo. Un poco de música para alegrar el ambiente mientras recito el conjuro como si fuese una canción. Una vez terminada la sinfonía del violín y el arpa, solo quedaba que el alma apareciera. Una vez presente como un alma en pena lo encerré adentro de mi juego de cartas favorito. Ahora sí podíamos pasar a la segunda parte, un poco más sucia que la primera. Encajé la daga arriba de la cabeza del muchacho. Dejé caer cenizas frescas por sus brazos y piernas para que vistiera igual.

-No sabía que para este ritual tenías que cubrir los ojos con cera de vela-XIANET me pasaba todas las velas que le pedía.

-Pues sí, o cuando el pianista llegue vera la luz al final del túnel. Después le colgaremos boca abajo.

-¿Para qué?

-Para que la sangre le llegue al cerebro.

-Esta bien, tú eres el que sabe.

Quise decirle cuantas ganas tenía que su novio se diera un buen sopapo cuando despertara. Lo colgamos y volvimos a lo nuestro. Coloqué las teclas del piano alrededor del árbol y solo tuve que enfocarme en el conjuro. Pronuncié las palabras exactas sin equivocación. Cuando terminé, el pianista se estaba quejando que no podía ver. Me reí y di media vuelta antes que supiera que fue idea mía. Preocupado por como reaccionaría ante XIANET, volteé y solté un suspiro de alivio para pronunciar en un susurro "Les irá bien, como hasta ahora".

Cuentos Para DormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora