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Draco y Hermione caminaban por las calles parisinas admirando la belleza de los años setenta, Severus iba junto a ellos, sus ropas eran elegantes y llamativas. Algunas mujeres miraban a Draco por mucho más tiempo del necesario, él era simplemente atractivo.

— Entonces, ya que estamos completos con las residencias, cuentas de banco y negocios ¿volveremos o iremos a otro lugar? — Severus preguntó.

Llevaba un elegante traje azul marino que lo hacía ver noble y atractivo, su cuerpo era larguirucho, pero ya no era un esqueleto andante, sus ocho meses en casa de sus abuelos con su nueva vida habían hecho cambios agradables.

Su cuerpo estaba más lleno en los lugares adecuados para su edad, su cabello estaba perfectamente cuidado y caía sedoso en finos mechones negros, su cabello era corto y bien arreglado, él hacía mucho ejercicio así que para Hermione era una dicha ver cuán bonito era el cuerpo de su novio.

Porque según palabras de Draco eran una joven pareja precoz a sus ojos.

Hermione en cambio era igual de femenina que su versión mayor, con curvas sutiles en su cuerpo infantil, ella a penas se estaba desarrollando —de nueva cuenta— y agradecía que su melena antes indómita ahora estuviera mucho más manejable.

— Ya hemos resuelto Alemania, incluso expandiste el Emporio de Pociones Prince ahí — Draco acuso no dispuesto a dejarse mandar por su padrino de diez años.

Era raro e incómodo a veces, pero Draco podía ver en los ojos negros a su padrino de su misma dimensión en este hombre, solo que este era mucho más sarcástico y con humor ácido de lo que él mismo daba crédito.

Miró a su ahora hermana y sonrió, la niña era como su amiga, era brillante, hermosa y poderosa, Severus no tenía idea de cuan malditamente afortunado era que ella lo escogiera en esta dimensión.

Severus se rió entre dientes — Negocios son negocios — le guiño un ojo a Mione quien se rió divertida — además, prometí poner el mundo de rodillas ante Mione — sonrió orgulloso — planeo cumplirlo — aseguró.

Draco se rió, no porque creyera que era una tontería, sino porque había una certeza de que aquello sería así.

— Bueno, quizás Orión y tú luchen por eso — Hermione tarareo divertida.

Ambos hombres se rieron porque sabían que la menor tenía la razón, el propio Lord Black estaba luchando para gobernar en ámbitos de negocios, era implacable incluso con sus amigos de toda la vida y todo para ser digno de Eris. Claro que la ventaja estaba en que Orión ya dominaba el mundo de los bienes raíces y los hoteles lujosos de toda Europa con extensión a América Latina, no solo en el mundo mágico sino también en el muggle.

— Él tiene la ventaja por ahora — Severus hizo una mueca.

Draco rodo los ojos. — No llores — le laco la lengua en gesto infantil.

Ꭱꭼꭰꭼɴꮯꮖꮻ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora