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El tren finalmente se detuvo en la plataforma, uno a uno los estudiantes fueron bajando con sus uniformes ya puestos, Hagrid se acercó a los que parecían niños perdidos dándoles una mirada amable, todos los primeros años eran asustadizos por lo nuevo.

— Bienvenidos — Hagrid saludo — Soy Rubeus Hagrid, el guardián de las llaves y los campos de Hogwarts — sonrió afable.

Hermione dio un paso adelante y sonrió con mucho cariño al semigigante
— Es un placer conocerte, Hagrid — ella saludo — Soy Hermione Fontaine — se presentó con una reverencia muy elegante y digna.

Sus amigos dieron un paso al frente y la imitaron.

—Severus Prince — le siguió el ex profesor con seriedad. Su tono era suave y educado dejando atrás su anterior desagrado con el hombre que una vez lo había ayudado a salvar a Hermione en su pasado.

— Remus Lupin — el joven lobo se presentó con mucha cordialidad haciendo gala de los impecables modales que se le habían inculcado en el último año.

— Frank Longbottom — sonrió amable el muchacho, su tono era cordial, su postura era adecuada, siguió el ejemplo de sus amigos teniendo la sospecha de que ser amigo de Hagrid representaba a grandes aventuras.

— Sirius Black, bebé — se rió el rebelde muchacho, era el único que no se presentó con pomposos modales como el resto de sus amigos, por el contrario su aire de "hago lo que quiera" le dijeron a Hagrid que representaría un gran reto.

— James Potter — saludo el último de los niños que parecían formar una pandilla, este tenía el pelo negro alborotado y dos grandes lentes que empujaba sobre el puente de su nariz de vez en cuando. Pareció seguir el ejemplo de Sirius, pues su saludo fue menos que cordial y mucho más revoltoso de lo que llego a dar crédito.

Hagrid sonrió con entusiasmo, ya que se sintió por primera vez en años respetado y querido por los estudiantes del primer año, miró con cariño al grupo de primeros años y luego miro a una indecisa pelirroja que lo miraba entre confusa y asustada un poco atrás del grupo.

Él no dijo nada, pero se encargó de guiar a todos hasta el lago, en donde transportó a los alumnos de primero en un pequeño bote hasta el castillo que se levantaba majestuoso en lo alto de una montaña, era ya de noche y las estrellas y la luna solo lo hacían lucir mucho más mágico.

Lily parloteó algo sobre el libro de la historia de Hogwarts, manteniendo entretenidos a algunos en el bote que prestaron atención a sus palabras.

Hermione y su grupo miraban el imponente y regio castillo que sería su hogar por siete largos años, ellos estaban muy avanzados, e intentarían aprender más allá de lo que enseñaban en casa, si Hogwarts no tenía lo que querían entonces se asegurarían de conseguir lo que buscaban.

El castillo era impresionante, con sus escaleras movedizas y sus cuadros parlantes, Lily jamás se había sentido tan especial, tan parte de algo y aquello le hizo feliz, pues sus discusiones con su hermana la hacían quedar como una "anormal" y ahora estaba con un grupo de personas que eran igual a ella, que podían entender lo que era ser diferente y aceptarla.