La oportunidad de Snape para vivir realmente se presenta en el mismo momento de su muerte.
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˚→Esta historia me pertenece, sin embargo, sus personajes así como los escenarios en los que se desarrolla son totalmente obra de...
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Cuando llegaron al Ministerio de Magia, cuatro dragones comenzaron a incendiar algunas partes, pronto los Inferís salieron buscando devorar la fuente mágica, Draco envió algunos hechizos junto a Eris y después de un rato toda la sala principal frente al Ministerio estaba llena de Inferís, seguían saliendo buscando devorar a su presa, los dragones comenzaron a consumir con sus llamas a los inferís, para cuando el último pareció dejar de moverse los dragones descendieron.
El trío se bajó despacio agradeciendo a los dragones que los habían cuidado, estos resoplaron y se hicieron un poco más pequeños de tamaño, cuando fueron tan pequeños que dejaron sorprendidos a los tres cada uno se subió al hombro de uno de ellos, el de Draco era tan blanco que la nieve misma se avergonzaría, sus ojos eran de un azul como el del cielo, el de Eris de un verde oscuro con hermosos ojos de plata y el de Mione era de un negro como la noche misma, sus ojos eran de un dorado fascinante como el oro fundido, el cuarto dragón era negro con el lomo teñido de escamas azules más claras sus ojos eran de un azul eléctrico precioso, este se aferró a Mione tal como el dragón negro.
Se adentraron sin darle tantas vueltas al asunto, su cautela les valió un movimiento rápido cuando algunos zombis aparecieron del lado del pasillo de criaturas mágicas, ellos se desviaron con rapidez impidiendo el paso de los muertos errantes con su respectiva barrera. Se adentraron en los pasillos de los ministerios siendo tan cautelosos como podían, sus advertencias eran los gruñidos de los pequeños dragones para indicar sobre el peligro existente detrás de cada puerta.
— No recuerdo este pasillo — Draco murmuro confuso.
Eris miro a su alrededor confusa, todo era diferente de como ella lo recordaba. Mione en cambio entrecerró sus ojos, a diferencia de los dos adultos, ella había estado en las entrañas del departamento de Misterios y en su defecto lo habían destruido con su horrible batalla.
— Estamos en el departamento de Misterios — susurro mirando a su alrededor, una enorme puerta metálica en el pasillo de la izquierda llamo su atención, luego miro el pasillo de la derecha con la puerta de ladrillos móviles y suspiro — la puerta metálica lleva hacia el salón del tiempo, la puerta de ladrillos a la sala de las profecías — señalo cada una mientras explicaba.
— ¿Y la puerta del centro, esa que tiene una forma circular? — Eris señalo mirando hacia el centro.
Mione miro sorprendida y confusa, esa puerta nunca la había visto, frunció el ceño tratando de pensar si alguna vez la vio, pero nada apareció en su mente.
Draco dio un paso al frente maravillado con la forma en la que resultaban las cosas. — Esa mis ladys — sonrió — es la sala de las dimensiones — terminando sus palabras escucharon los gruñidos de los dragones, le gruñían a la puerta de ladrillos.
Todos se quedaron rígidos ante el hedor de carne putrefacta inundo la zona, la puerta comenzó a moverse y el horrible alarido de los muertos errantes rompió el silencio de forma escalofriante, los dragones gruñeron y comenzaron a calentar sus cuerpos brevemente en su exterior listos para enviar olas de fuego draconiano dispuestos a consumir esos oscuros seres.