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Marcus había estado conteniendo su risa, nunca había visto a una joven bruja tan celosa como la pequeña Hermione Fontaine, era divertido y adorable hasta que sintió una oleada de su magia, eso lo mareo.

Todos se sorprendieron.

Marcus mismo supo que no importaba que tantas varitas le entregaran a ella, ninguna sería la correcta, miró al joven Prince y sintió que él tampoco encajaba con las varitas normales, tal parecía que ellos necesitaban algo más especial, acorde al poder y consistencia de su magia.

—Me temo que ninguna de estas varitas es adecuada — Marcus suspiró mirando a ambos niños con pesar.

Severus alzó una ceja al igual que Mione al mismo tiempo que causó una sonrisa en el pelirrojo.

— ¿Por qué lo dices? — Mione pregunto curiosa.

— Porque su demostración de contención de magia fue lo que terminó de confirmar que ninguna de estas — señaló a su alrededor — podrá canalizar de forma correcta su magia — los miró para asegurarse de que habían entendido.

Severus se encogió de hombros — ¿Qué sugieres entonces? — preguntó con calma.

— Llevarlos con el señor Ollivander — inclinó la cabeza de forma respetuosa.

Ambos niños asintieron y siguieron al joven mago pelirrojo, este explicó la situación a Garrick y este sonrió satisfecho, su récord de dar una varita mágica a magos y brujas poderosas estaría intacto con este par.

— Tomen asiento, iré a buscar lo que necesitan — sonrió, y a su mente acudiendo las imágenes de dos varitas gemelas guardadas con cariño.

Al volver regreso con dos cajas elegantemente confeccionadas de color negro con un listón blanco e inscripciones talladas en runas se dejó ver.

Todos miraron las cajas, Remus, Sirius, Frank y James ahora sentados en los cómodos sofás con sus propias varitas estaban atentos a los movimientos del viejo Ollivander.

— Estas han sido el mayor orgullo de mi padre — Garrick comenzó mirando a todos.

Eris y Draco se sorprendieron por aquello, si bien Garrick hacia las varitas actuales, de donde venían era muy difícil encontrar varitas del anterior patriarca de Ollivander.

— Puedo decir que fueron su último trabajo y las hizo con tanto esmero que me dijo que tras su forja había un gran secreto — sonrió con aire misterioso.

— ¿Cuál es el secreto? — Sirius y James pidieron el jugoso chisme de inmediato, ambos se miraron con diversión.

Orión y Fleamont se rieron de sus hijos.

Garrick se rió — Mi padre dijo que mientras las creaba el ser del cual fue hecho su núcleo apareció ante él — el misterio tenía a todos envueltos en la historia — se dice que estos seres son tan poderosos que pueden saber quién está más allá de la capacidad de un mago normal — miró de reojo a los Fontaine quienes a sus ojos eran magos extraordinario — y esta criatura decidió que los poseedores de esta varita serían quienes cambiarán al mundo — sonrió con orgullo.