⏃ 31

965 127 13
                                    

;v Advertencia: Este capitulo contiene escenas fuertes, leer bajo discreción

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

;v Advertencia: Este capitulo contiene escenas fuertes, leer bajo discreción.

— Eris — una voz tenebrosa llamo susurrante.

La joven se removió con inquietud sintiendo su cuerpo pesado, una opresión en su pecho le hacía sentir como si alguien estuviera presionando su cuerpo, sentado sobre ella. Sus parpados revolotearon mientras se obligaba a sí misma a abrir los ojos.

Entonces lo hizo. Sus ojos se abrieron con sus pupilas temblorosas.

La tenue luz iluminaba la habitación, el sonido de pitidos que salían de un aparato muggle donde se reflejaban líneas extrañas, que bien podrían ser atribuidas al ritmo cardiaco de ella, la confundieron, el lugar era completamente blanco, tanto que por un instante la aturdió, se levantó de la cama como si aquello fuera lo correcto y escaneo todo el lugar con cautela.

No sabía dónde estaba, solo lo intuía, miro a su alrededor preguntándose qué hacía en ese lugar, deambulo por los pasillos mirando con curiosidad, confirmando que estaba en un hospital, uno parecido al muggle que alguna vez visito, sin embargo, los rastros de magia en el área no podían ser ignorados; había aparatos eléctricos de última generación en cada rincón que miraba, los pasillos estaban pulcramente pulidos, incluso las paredes estaban bellamente decoradas, suspiró encantada, esperando que todo se mantuviera de esa forma.

El graznido de un ave atrajo su atención llevándola a una puerta de madera de color marrón clara con una inscripción tallada en una placa metálica, en ella se leía "Dr. Petrov Dogwen", Subdirector Médico. Ella frunció el ceño, ese nombre no le sonaba de nada, nunca había conocido a nadie con ese nombre o apellido, incluso ahora, junto a su hermano mayor que tenían muchas alianzas mágicas importantes, no había un Dogwen entre ellos, ni ella misma conocía ese apellido entre su gente.

El graznido se hizo más fuerte dándole un escalofrío aterrador que baño en sudor frío su delicado cuerpo. Era la misma sensación de peligro que tenía cada vez que algo malo pasaría, no estaba segura de sí abrir esa puerta era la idea más brillante, pero de todos modos lo hizo.

Eris frunció el ceño, mirando la extraña piscina en el centro de lo que parecía ser una gran oficina, era de un tamaño considerable, algo profundo, de agua cristalina con un fondo celeste, pero no fue eso lo que provocó que Eris frunciera el ceño. Ella se quedó aturdida cuando dos criaturas cuyo cuerpo parecía ser el de una nube de algodón blanca y esponjosa, la miraron de vuelta con ojos de color violeta tan invasivos que pusieron sus vellos de punta. Algo dentro de su cuerpo se removió con miedo.

Eran dos y sus cuerpos parecían flotar de forma que ni siquiera tocaban el agua debajo del algodonado cuerpo logró ver con sus agudos ojos marrones la forma en la que las extremidades estaban enrolladas, de un color amarillo opaco con rayas naranjas igual de pálidas, parecían desgastados y enfermizos.

Ella no se acercó, su instinto le gritaba que estaba ante un cazador peligroso, mucho más peligroso que una acromantula e incluso, un basilisco.

Entonces cuando hubo examinado el cuerpo y extremidades de la criatura más distante que tenía — sin perder de vista la que parecía hacerle gracia en el borde cerca de ella instándole a acercarse — se permitió ver lo que sostenía sobre su esponjoso cuerpo, era un cuello ligeramente largo y grueso, si la dejaran comparar a esta criatura con algún animal conocido podría fácilmente decir que era como un ganso gigante y aterrador, entrecerró sus ojos al ver los anillos oscuros en los cuellos cubiertos de aparente pelaje en forma de algodón que había en el cuello, pero eso no fue lo que realmente le preocupo.

Ꭱꭼꭰꭼɴꮯꮖꮻ́ɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora