JINETE DE DRAGON

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DRAGON STONE 157 D.C.

Daena Targaryen se caminaba hacia la orilla de un risco observando como el sol se ocultaba en el oeste y a su paso pintaba el cielo en colores violeta, naranja y poco de rojo. Era un hermoso atardecer, el viento llevaba la brisa del mar y alejaba el olor a quemado. Daena se sentó en césped cerca de la orilla del risco, cruzo sus piernas y sobre estas puso espada "Shadow" cuya hoja estaba manchada de sangre. Ozai paso sobrevolando el risco mientras chillaba.

Aemond llego hasta a Daena agitado, pero se sentó al lado de su esposa para descansar. Ambos portaban armaduras, estaban cubiertos en cenizas y sangre, habían ganado la batalla de los invasores que se atrevieron a poner pie en su casa, pero aun así estaban conscientes de que iban a perder Roca Dragon.

- ¿Sabes que estoy pensando? – Daena sonrió a su esposo.

Aemond rio para sus adentros.

- Si tuviera tal poder créeme que mi vida sería más sencilla – dijo Aemond y Daena sonrió.

- Estoy pensando en nuestra boda – agrego Daena con la vista en el horizonte.

- ¿En la noche de bodas? – susurro Aemond al oído de Daena.

- Si en parte – contesto la princesa sonriente y comenzó a quitarse las botas– pero también pienso en la ceremonia, lucias tan guapo con el cabello largo y vistiendo de verde... - Daena llevo su mano derecha a la mejilla de Aemond y luego le quito el parche – ahora tienes arrugas.

Aemond abrazo a Daena por la cintura.

- Ya estamos viejos – Aemond beso la mejilla de Daena – ya somos abuelos.

Daena rio.

- Puedo imaginarme ese rostro – dijo Daena respecto al futuro bebé de Rhaegar.

La sonrisa de ambos se borró cuando se empezaron avistar otra flota de barcos acercándose a la isla, los enemigos tomarían Dragon Stone a como diera lugar y Aemond, Daena y sus hijos no serían suficiente para defender el castillo, pues ya habían perdido a sus hombres.

- Tenemos que irnos – dijo Aemond tomando la mano de Daena.

- Así es – agrego Daena y volteo hacia atrás y vio a Ozai descender cerca del castillo en llamas – pero no iremos en la misma dirección.

Aemond se puso serio y frunció el ceño.

- ¿A que te refieres? – pregunto Aemond.

Daena volteo a su izquierda y vio a Baelon a lomos de Khorra quemando a los hombres que estaban en la playa, el príncipe y su dragona esquivaban los proyectiles de escorpión y luego llego Rhaegar en Silverfyre para ayudar a su hermano.

- Daena – insistió Aemond.

La princesa sonrió a su esposo con mucha paz en su rostro, Aemond bajo la mirada y vio como Daena se tocaba el abdomen y las manos se le manchaban de sangre. Aemond se preocupo al ver la herida de Daena y miro a todos lados en busca de ayuda.

- No, no, no – dijo Aemond llevando sus manos a las de Daena.

- Calma, calma – agrego Daena con una dulce voz.

- Iré por el maestre – dijo Aemond tratando de levantarse.

Pero Daena lo jalo del brazo y lo hizo que permanecería a su lado.

- Estas sangrando Daena – insistió Aemond al borde del llanto.

- Está bien.

- Eso no luce bien – Aemond elevo su tono de voz.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora