CONSEJO NEGRO

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Solo había dos personas en la Fortaleza Roja que podían dejar lo ocurrido fuera de sus mentes, que podían despertar con una sonrisa en el rostro, sintiéndose afortunados de haber llegado a ese momento que anhelaron por años: esos dos eran Laenys y Loreon. Los recién casados estaban en su habitación, desnudos y debajo de las sabanas. La princesa fue la primera que abrió los ojos tan pronto sintió los rayos del sol entrar por la ventana, Laenys sonrio sentándose en la cama, estiro los brazos mientras bostezaba y volteo a su izquierda vio a su esposo dormido.

Ella queria seguir ignorando el caos que había en el reino, merecían sentirse ajenos a la situación por lo menos unos instantes más, por lo que Laenys subio sobre su esposo y comenzó a besarle la frente, mejillas y labios para despertarlo. Cosa que funciono, pues Loreon poco a poco abrió los ojos correspondiendo los besos y llevo sus manos a la cintura de su mujer.

-          ¿No es muy temprano Señora Lannister? – murmurro Loreon.

-          Sera mejor que te acostumbres, esposo – sonrio Laenys entre besos.

-          Bueno – Loreon comenzó a besar el cuello de Laenys y llevo sus manos a lo senos de la princesa – aprovechemos que aun es temprano ¿Dónde nos quedamos anoche?

Laenys sonrio pícaramente, uno que otro gemido se le escapo a la princesa y luego se mordia los labios. Loreon se excitaba bastante cada que Laenys se mordia los labios en placer, lo caliente que se ponía su piel y sus gemidos.

La euforia del momento fue interrumpida cuando las puertas de la habitación se abrieron sin aviso y entro Lady Cerelle muy apresurada. Loreon rápidamente jalo las sabanas para cubrirse tanto a el como Laenys, la princesa solo rió permaneciendo sobre su esposo.

-          ¡Cerelle! – grito Loreon disgustado.

-          Lo lamento, lo lamento – dijo la chica tapándose los ojos – pensé que estaban dormidos.

-          Acabamos de casarnos ¿Qué crees que hacen los recién casados? – continuo Loreon.

-          Buen no es como que han perdido el tiempo ¿cierto? En fin, el consejo se reunirá en una hora... ambos deben de estar ahí, nos vemos en el salón del trono.

-          ¿El salón del trono? – Laenys pregunto confundida.

Cerelle se descubrió y asintió en respuesta a su cuñada, para después retirarse cerrando las puertas de la habitación detrás de ella. Loreon y Laenys no tuvieron más remedio que levantarse, vestirse y desayunar a prisa para asistir al consejo de guerra o consejo negro, ahora que el partido había resurgido.

Loreon, Laenys y Cerelle entraron al mismo tiempo al salón del trono. Ahí ya se encontraba los Velaryon, los consejeros del rey, la reina Helaena y sus hijos (Jaehaera y Baeron) y otros cortesanos importantes. Laenys pronto se dirgio a su padre, Aemond estaba parado alejado de todos mientras bebia te.

-          Padre – dijo la princesa tomando a Aemond del brazo – ¿Cómo estas?

Laenys estaba preocupada por Aemond, la muerte de Daena era muy reciente y la princesa sabia lo mucho que sus padres se habían amado, a este punto le sorprendia todavía que Aemond no hubiese perdido la cordura. Aemond sonrio levemente y acaricio la mejilla de su hija.

-          Tú luces feliz, eso me hace feliz – dijo Aemond.

Laenys se paro de puntitas y abrazo a su padre con fuerza, Aemond hizo un gran intento por reprimir el llanto, sabia que todos sus hijos estaban pasando por momentos difíciles: la muerte de su madre, Rhaegar separado de Sarra y Baela, Daeron aun adolorido por la muerte de su melliza y Baelon preocupado por Visenya.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora