LA CALMA ANTES DE LA TORMENTA

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Cinco días despues de que Laenys despertara la princesa ya se encontraba de pie caminando un poco adolorida, tres días despues subio a lomos de Sunfyre para hacer un "vuelo de prueba". Obviamente la princesa no regresaría a Mantarys, al menos no por un tiempo... estaria de regreso en casa y su fiel amiga Nozomi la acompañaría.

Daena le pidió al príncipe Viserys que regresara a casa, a su hogar en Poniente, incluso le ofrecio un lugar en Roca Dragon para el, su esposa e hijos, trato de motivarlo diciendole que sus hijos crecerian junto a Aegar, Aemma y Baela, pero el principe se nego de buena manera argumentando que ya tenia una vida hecha y Lys era su hogar.

Sunfyre, Khorra y Ozai volaron a Pentos donde pasaron la noche y a la luz del alba retomaron vuelvo a Roca Dragon. Laenys estaba un tan emocionada por regresar a casa, ver a sus hermanos, sobrinos, a su querido padre, pero la princesa no tenia intención de volar mas al oeste... aun seguía lastimada por su ruptura con Loreon Lannister, asi que lo mejor seria evitar la corte todo el tiempo posible.

Para el atardecer los dragones ya había arrivado a la Isla, el príncipe Rhaegar y Daeron estaban ahí para recibirlos. Aemond abrazo a su hija en cuanto la vio, beso su cabello e incluso se le escaparon unas lagrimas, el también tuvo miedo de que Laenys muriera y mas cuando Daena le habia enviado una carta diciendole la gravedad de su estado, pero los Dioses habían dejado que su ultima hija viviese.

Por motivo del regreso de Laenys y sobre todo por su recuperación, Lord Aemond ofrecio una cena para su familia – y su invitada Nozomi – todos se reunieron en el Gran Salon y se sentaron a convivir y disfrutar de la noche.

Daeron se puso nervioso ante las miradas que le echaba Nozomi – pues ya habían tenido algo hace años – pero el príncipe evito a la joven. Daeron no sabia como sentirse respecto a Cerelle, era una joven hermosa de la que disfrutaba su compañía y hablaba con bastante libertad, pero Alicent aun vivía en su memoria, en su corazón y veia a su hermana en los ojos del pequeño Aegar, Daeron seguía amando a Alicent.

- ¿Eso es acero valyrio? – pregunto Baelon a su hermana.

- Aja – Laenys sonrio y saco la daga del cinturón mostrándosela a su hermano – ¿Qué te parece?

Baelon sonreía como un chiquillo cuando tomo la daga en sus manos.

- Es hermosa – Baelon volteo a ver a Laenys – ¿Qué mas tienes? ¿Una espada? ¿Alguna armadura?

- Solo eso – dijo Nozomi al otro lado de la mesa – eso es lo único de valor que ha conservado tu hermana.

- ¿En serio? – pregunto Aemond a su hija.

Laenys solo sonrio y se alzo de hombros.

- La parte del botin que le toca lo reparte entre los pobres de los alrededores – continuo Nozomi – la gente la adora.

Las miradas de Daena y Laenys se encontraron, Daena reflejaba mucho orgullo por su hija, por fin habia encontrado el "propósito" que tanto busco en su vida, la satisfacción de ayudar a quien lo necesitase y los actos desinteresados.

- ¿Cómo es la Antigua Valyria? – pregunto Rhaegar mientras cortaba su carne.

- Peligrosa – contesto Laenys pasando bocado – pero hermosa, los edificios que no han caido de verdad que son una belleza arquitectónica, de tan solo imaginármela en sus mejores años se me enchina la piel.

- ¿Y que criaturas han visto? – pregunto Daeron.

- Mayormente gusanos de fuego – contesto Nozomi – son lentos, pero donde atrape uno ten por seguro que tendrás una muerte dolorosa.

La plática siguió amenamente, Aemond y Daena se miraron felices mientras vieron a sus hijos conviviendo, riendo y chocando copas, hubieran deseado que Aemon estuviera ahí, pero el caballero ya tenía su lugar en la guardia real. Los cuatro hermanos y Nozomi se embriagaron, corrieron a la playa a bañarse en la orilla bajo la luz de la luna, pero eventualmente regresaron a sus habitaciones a descansar.

El lord y lady de Roca Dragon salieron a caminar a los acantilados de la isla, iluminados por la luz de la luna llena. Daena se abrazaba al brazo de Aemond y sus dragones sobrevolaban en las alturas.

- Estoy feliz que este en casa – dijo Aemond sobre Laenys – y también me alegra todo lo que ha hecho estos últimos meses, espero que el accidente no la frene.

Daena se detuvo y tomo a Aemond de la mano, el príncipe volteo a ver a su esposa.

- Quiero que sepas que la muerte de Alicent no fue culpa tuya... - dijo Daena.

Aemond suspiro afligido.

- Se que los has llegado a pensar, pero no es asi – Daena se acerco a su esposo y lo miro al ojo – al final fue su decisión casarse, se que ella no se arrepentía de ese matrimonio porque de eso nacio Aegar.

- Al menos nos dejo un recuerdo de ella ¿no?

Daena asintió.

- Daena – dijo Aemond suavemente y el ojo se le cristalizo reprimiendo el llanto – estoy feliz por la vida que tenemos... se que un tiempo ambicione màs y...

- No hables de cosas del pasado – le interrumpio la princesa.

- Escucha – Aemond llevo sus manos a las mejillas de su esposa – se que mi hermano menor era mejor hombre de lo que yo fui en mi juventud, posiblemente si viviera seria mejor hombre de lo que actualmente soy, el era el mejor de todos nostros, mejor que Aegon, mejor que yo.

Daena tenía un nudo en la garganta al recordar a su amado Daeron, el caballero negro.

- El te merecía más que yo...

- Pero yo te amo a ti – Daena sonrio – siempre te he amado, desde que eramos niños, aun cuando el mar angosto nos separaba, aun cuando una guerra nos separo... tu siempre has sido la razón de mi existencia.

Aemond sonrio, Daena y èl unieron sus frentes mientras tenían los ojos cerrados.

- ¿Puedes ver lo feliz que estoy te estar compartiendo mis atardeceres contigo? – Daena hablo en alto valyrio, haciendo referencia a lo que le dijo a Aemond el dia que se comprometieron en matrimonio

Aemond rio entre dientes recordando aquel momento, aun podía recordar lo nerviosa que estaba Daena despues de hablar con el rey Viserys y su madre la reina Alicent, la primera vez que lo llevo a la Isla, las miradas que compartieron en la sala del consejo privado y la ovacion de la corte cuando anunciaron su compromiso en el salón del trono.

Aemond también habia amado a Daena desde que eran niños, sostuvo la mano de la princesa cuando el cuerpo de su padre (Aegon el libre) era consumido en la pira funeraria, vivió varios años con la esperanza de ver a Ozai regresar desde Pentos y cuando la vio toda hecha una "mujer" quedo atrapado por su belleza, espontaneidad y corazón desinteresado. Sus peores días fueron los de la guerra cuando estuvieron separados, pero su corazón se iluminaba de solo recordar cuando eran un par de recién casados haciendo el amor en todos lados, volando juntos, cazando juntos, entrenando juntos y cuando los niños nacieron. Aun podía sentir a Rhaegar recién nacido entre sus brazos, asi como a Maella y Araena.

Esa noche, al regresara sus aposentos hicieron el amor de la manera mas dulce y placentera, fue como si sus miradas se magnetizaran, fue como si tuvieran veinte años menos y las sensaciones de sus cuerpos aun fueran las misma de aquella primera vez en Pentos.

Lo que ninguno de los dos príncipes, ni nadie tanto en Driftmark como en Roca Dragon se imaginaban es que la Segunda Danza de Dragones estaba a la vuelta, amenzando a ser tan sangrienta como la primera.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora