EL ÚLTIMO SALTO

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Justo como el principe Daeron había encontrado una distracción y alivio a sus perdidas en la construcción de la Flota Lannister, la princesa Laenys lo había hecho en las fronteras de la Antigua Valyria. Dedicada al cien por ciento en su propósito de encontrar tesoros perdidos en la vieja civilización, se negaba a pensar en todo lo que había dejado atrás – de nuevo – en Poniente.

Laenys vivía en un pequeño pueblo al sur de Mantarys, que era de los más cercanos a Valyria, cercanos decir medio dia a lomos de Sunfyre, pues nadie era tan estúpido para vivir tan cerca de la "ciudad maltida". Laenys partia cada semana con un grupo de veinte personas, pero lamentablemente solo volvia menos de la mitad, la princesa y su amiga de Nozomi de Jinqi iban a lomos de Sunfyre en todas las excursiones y cuando tenían que descender el dragon dorado las seguía a donde fueran, pero casi siempre tenían que salir huyendo ante los incontables peligros: guasanos de fuego, animales extraños, los hombres de piedra, entre otras cosas.

Quienes salían vivos, salían ricos cargados de oro, piedras preciosas y acero valyrio. Y aunque Laenys toda su vida soño con una espada de acero valyrio, no queria cualquier espada, queria Shadow la espada de su madre, pero la princesa si se hizo con una daga de acero valyrio, con el mango adornado de oro y en la punta un dragon rugiendo. Todo el oro y piedras preciosas que Laenys ganaba los donaba a las familias mas necesitadas y en ocasiones lo usaba para pagar arreglos de los pueblos pobres que visitaba o pagar a un curandero para que asistiera a una comunidad durante cierto tiempo.

Laenys no era hábil en el arte de las curaciones como su madre o su hermano Aemon, pero queria ayudar. Cuando vio a la gente feliz, esperanzada y emocionada ante su ayuda entendio porque su madre por muchos años se dedico a cuidar de la gente que más lo necesitaba.

En si la princesa no se quedaba con las manos vacias, el único "tesoro" con el cual se quedaban eran con pergaminos, libros y adornos, todos bastante maltratados y podridos, pero trataba de rescatar los que no se desbarataban al contacto.

Cada mes arribaban cartas desde Poniente para la princesa, cartas del principe Aemond, Visenya, Daena y sobre todo de Daeron. Laenys estaba bien enterada de todo lo que pasaba con su familia: Baela, Aemma y Aegar creciendo cada mes, Sarra estaba embarazada de nuevo y había viajado a Invernalia porque deseaba que su bebé naciera en su primer hogar, sobre todo queria que Baela conociera a su familia en el norte. Visenya estaba en Roca Dragon cada dos semanas para ver Aemma, Daena y Aemond seguían encantados con sus nietos, había eclosionado el huevo de Aegar y también de otros huevos que estaban en Monte Dragón. Daeron viajaba con frecuencia a Lannisport, había hecho buenos amigos cuando trabajo en la construcción de los navios, y sus viajes al oeste eran lo único que lo hacían distraerse de la muerte de Alicent.

Habia pasado un año y dos lunas desde la muerte de Lynesse, la separación de Loreon y Laenys, y la partida de la princesa. Y ella jamas había recibido noticias de él, ni si quiera su familia lo mencionaba entre las líneas de sus cartas, y Laenys pensaba que era lo mejor. Loreon había tomado su decisión y era mejor que cada uno siguiera su camino. La princesa pasaba sus días muy ocupada para mirar al pasado, y por las noches caia rendida a dormir, pero si había días, tardes, noches, atardeceres o vientos que le recordaban al caballero y se daba cuenta que todavía lo amaba.

- ¿No hay carta para mí esta vez? – pregunto Laenys al entrar a la choza donde vivian ella y Nozomi.

- Aun no, posiblemente apenas la enviaran de Pentos – contesto Nozomi sin voltear a la ver la princesa, estaba muy concentrada haciendo la cena.

Nozomi y Laenys se conocieron en el primer viaje de la princesa a Jinqi, y la joven había tenido una pequeña aventura con el principe Daeron. Nozomi era un par de años mayor que Laenys, pero era la mejor arquera que la princesa había visto, su padre era un mercenario y su madre había muerto cuando ella era pequeña. Practicamente Nozomi se hizo cargo de sus hermanos ella sola, su padre viajaba todo el tiempo y sin su madre toda la responsabilidad recaía en ella. Nozomi tenía los rasgos orientales de los habitantes de Yi Ti, su cabello era negro como la noche y quebradizo, tenia pecas en las mejillas y un par de ojos verde-azulados.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora