TORMENTA

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Aemond estaba por salir a buscar a su hijo para hacerlo regresar a Invernalia, pues Sarra Stark al final habia accedido a casarse con el joven príncipe. Pero Cregan recibió la noticia que esa noche llegaría una tormenta de nieve, por lo que le prohibio a su hija salir del castillo hasta nuevo aviso, Aemond calmo a la joven diciendole que el mismo volaría a Puerto Blanco en la mañana para hacer que Rhaegar regresara y que lo mejor era pasar la tormenta en el interior del castillo.

Todos comenzaron a prepararse para la tormenta, ataban las cosas sueltas, bajaron las banderas con el escudo del lobo huargo y Aemond refugio a Canibal en unos establos viejos para que pasara la noche.

Sarra daba vueltas en su habitación mientras se mordia las uñas desesperada, se sentía una tonta por haber rechazado a Rhaegar sin si quiera darle un segundo pensamiento ¿Qué si Rhaegar decidia de ultimo momento irse directo a Dragon Stone? ¿O si la tormenta lo alcanzaba en el camino?

Para la media noche el castillo estaba en silencio: los nobles dormían, los guardias mantenían su posición en el interior y el único sonido era el del viento soplando con fuerza haciendo que las ventanas y puertas se tambalearan.

Sarra, como su madre, era testadura, aventurera y rebelde. "A fin de cuentas es solo viento" se dijo la joven al decidir salir a buscar a Rhaegar. Sarra se vistio con la ropa mas calida que tenia, se escabullio entre los pasillos burlando a los guardias y llego a los establos tomando el caballo de su hermano Rickon y salió a galope en dirección al sur.

Sarra era joven y estaba muy sentimental en esos momentos, tanto que el corazón le habia nublado el juicio y no pensó las consecuencias de lo que hizo. Le tomaría días llegar a Puerto Blanco, aun con un buen clima, podía morir de hipotermia – por mas acostumbrada que estuviera al frio – y su caballo se cansaría mas de lo usual.

El frio le calaba hasta los huesos a la joven, la nieve y viento le imposibilitaban ver, y cada vez su caballo se rehusaba a seguir. Hasta que relincho parándose sobre los cuartos traseros, haciendo que Sarra se soltara y cayera al suelo. El caballo siguió galopando sin jinete, y Sarra permaneció en el suelo sintiendo un terrible dolor en su pierna derecha, ahora que estaba inmóvil la sensación del frio se intesifico.

Por poco perdia la esperanza hasta que a lo lejos escucho un chillido singular, y solo entrecerrando los ojos vio las alas de un dragón: era Silverfyre.

- ¡¿Rhaegar?! – grito Sarra.

Las botas de Rhaegar hacían ruido sobre la nieve, el joven príncipe no dijo nada para no descubrise la cara evitando el frio, pero levanto a Sarra entre sus brazos y la joven paso su brazo por el cuello del príncipe.

Rhaegar permaneció parado mirando a su alrededor, el aire se veia mas intenso en dirección a Invernalia y Silverfyre no podría volar con ese clima, sobre todo ya estaban al sur del Castillo Cerwyn, por lo que era mejor regresar a la posada en la que se hospedo el príncipe en Puerto Blanco.

*

Sarra despertó sintiendo el calor del fuego de la chimenea, las pieles sobre la cama que le cubrían y usando únicamente el camison que llevaba debajo de su traje. El viento se escuchaba menos violento en el sur, se podría decir que la tormenta si apenas toco Puerto Blanco.

Frente a la cama – sobre una alfombra – y cubierto en pieles, estaba Rhaegar sentado junto a la chimenea vigilando que el fuego no se apagara. Pero conforme se movia Sarra crujia la madera de la vieja cama y Rhaegar volteo a verla.

Sarra tenía las mejillas rojas pues habia recuperado el calor de su cuerpo, cosa que tranquilizaba al príncipe. Rhaegar se puso de pie y camino hasta la cama.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora