VALONQAR (DAERON Y ALICENT)

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Los momentos perfectos no perduran, sobre todo para los Targaryen. Tan solo habían pasado siete días desde el nacimiento de la pequeña Baela, siete días de absoluto goce, la familia quería pasar todo el dia en la habitacion observando a la pequeña dormir, llorar y comer. El príncipe Rhaegar tuvo la intención de amarrarla a su pecho y llevarla a montar en Silverfyre – tal y como lo habia hecho su bisabuela la princesa Alyssa – pero tanto Sarra Stark como la princesa Daena se opusieron a la idea.

Aemond visitaba a su nieta todas las noches despues de la cena, se quedaba aproximadamente media hora abrazando a la pequeña y cantándole cerca de la ventana. Daena la visitaba por cualquier cosa, e incluso inventaba excusas para verla. A pesar de Aegar era el primer nieto, el príncipe habia nacido en Kings Landing y no lo tenían ahí todos los días, asi que la emoción por la llegada de Baela era algo "nuevo".

Cregan Stark ya se encontraba de camino a Roca Dragon para conocer a su nieta, y consigo llevaba la noticia del segundo embarazo de la princesa Viserra. Pero tal y como se habia dicho, los momentos perfectos no duran para siempre...

No era una noche lluviosa o vientosa, a decir verdad, era una noche hermosa: el cielo despegado, la luz de la luna y las estrellas brillaban por todo lo ancho. La princesa Jaehaera monto sobre su dragón Morghul a la mitad de la noche con una inquietante noticia para el príncipe Aemond y su esposa.

El señor y la señora de Roca Dragon fueron despertados por uno de sus guardias, quien le dio la noticia de que su hija – la princesa Alicent – habia sufrido un accidente y estaba gravemente herida. Ninguno de los dos fue avisar al resto de sus hijos de lo ocurrido, solo se cambiaron al instante y montaron sobre sus dragones para ir directo a Kings Landing.

Canibal y Ozai descendieron en los jardines de la Fortaleza Roja, ninguno de los príncipes tuvo la paciencia para ir hasta el Pozo del Dragon. Entraron corriendo al castillo, subiendo escaleras y atravesando pasillos hasta llegar al cuarto de Alicent, todo esto mientras sus corazones latian con rapidez preocupados por su hijita.

En la puerta estaban el rey y la reina con su ropa para dormir, Sir Aemon Targaryen al otro lado del pasillo tratando de controlar la respiración mientras recargaba sus manos en el barandal del balcon. El pequeño príncipe Aegar lloraba en los brazos de su abuela Helaena.

Aemond y Daena ni si quiera hicieron reverencia o saludaron a sus gobernantes, se abrieron paso entre ellos pues todo lo que les importaba era ver a su hija.

Daena Targaryen cayó sobre sus rodillas estallando en llanto y gritos cuando vio a las hermanas silenciosas tapar el cuerpo sin vida de su "dulce niña". El príncipe Aemond se recargo en la puerta, pues por un momento pensó que se desmayaría.

Una vez mas, Daena habia perdido a otro de sus hijos.

- No, no, no – gritaba la princesa desconsoladamente – era mi niña, mi dulce y delicada princesa.

Daena se levanto y se subio a la cama descubriendo a Alicent y abrazándola mientras seguía llorando desconsoladamente. Con el nacimiento de Baela, los recuerdos de los partos de Daena estaban a flote y Daena solo podía pensar en la primera vez que abrazo a Alicent. Era una bebé pequeña, Daena temia que fuera "romperla", lloraba con mucha fuerza, pero en cuanto la pego a su pecho la princesita se quedo callada.

Pero ahora habia muerto, una muerte que habia tomado a todo mundo por sopresa: Alicent ya estaba recuperada de su último parto, no sufría de ninguna enfermedad, no hacia estupideces y era excelente jinete de dragón, no habia razón para esa repentina muerte.

Aemond se acerco a su esposa y trato de alejarla del cuerpo de Alicent, pero Daena se solto y siguió aferrada abrazar a su hija. Alicent tenia el cráneo abierto por la parte de atrás.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora