EL PRIMOGENITO

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Terminado el festejo de bodas los invitados presentaron sus agradecimientos a la reina y cada uno se embarcó a su destino, a excepción de los Stark que – como máximo – estarían tres días más en la capital para que la princesa Viserra se despidiera de su familia y posteriormente regresar al norte. Los Targaryen de Roca Dragon montaron en sus dragones y regresaron a casa, a excepción de la princesa Alicent quien decidió ir a Driftmark a pasar unos días con su prima Maella (hija de Joffrey) y su nueva amiga Sarra Stark. Aemond y Daena accedieron a tal cosa, creían que estar rodeada de sus amigas le vendría bien para animarla, ya sería hasta pasando la boda de Corlys y Alaena que comenzarían a planear con Helaena lo la boda de Alicent y Baeron.

Una vez de regreso en Roca Dragon, Daena y Aemond hicieron las paces, pero la princesa le advirtió a su esposo que no tomaría parte de los preparativos de una boda que no apoyaba, Aemond accedió sabía que su hermana Helaena se haría cargo de todo y la ayuda de Daena no sería tan necesaria.

Laenys también regreso a Roca Dragon, y extrañamente no hubo peros por parte de su padre, sabía que se debía a que Laenor se quedaría unos días en la corte y el que la princesa regresara a su casa pondría distancia entre ambos. A la princesa le encantaba Roca Dragon, el lugar donde había nacido, crecido y experimentado todo por primera vez, le gustaba el frio de la isla, la humedad, las aldeas colina abajo, buscar huevos con sus hermanos y ver a los dragones salvajes a lo lejos.

A Sunfyre también le gustaba Roca Dragon, había ganado tamaño desde que Laenys le reclamo y lo llevo a la Isla donde podía andar en libertad, sin cadenas, sin fosas, donde podía refugiarse entre los montes humeantes y convivir con otros dragones. En Kings Landing, Laenys y Sunfyre volaban una vez al día, podía ser por la mañana o por la noche, pero Dragon Stones era más de una vez al día.

El hermoso drago dorado y su jinete regresaban a la colina después de un vuelvo a la Isla Zarpa y de regreso. Sunfyre descendió y se inclinó hacia el frente para que Laenys pudiera bajar de él en un solo brinco. La princesa acariciaba el cuello de su dragón mientras admiraba sus escamas brillar en dorado por el sol y el reflejo de sus membranas color rosa.

- ¿Sabías que pertenecía a tu tío Aegon? – resonó la voz de Aemond acercándose – lo consideraban el dragón más hermoso visto en el mundo, claro antes de las cicatrices.

Laenys palmeo el cuello de Sunfyre y dio unos pasos hacia atrás permitiéndole al dragón estirar las alas y alejarse a las montañas para descansar.

- Sigue siendo hermoso – dijo Laenys admirando el vuelo de su dragón – y si sabía que fue de Aegon.

- Muchos de tu generación no pudieron unirse a un dragón en la cuna, muchos huevos no eclosionaron, así que tuvieron que encontrar su vínculo con dragones adultos o crías de bebés que no lograron sobrevivir– Aemond también observaba a Sunfyre – nadie lo quería, por la misma razón de que un día le perteneció a mi hermano "el usurpador" – Aemond volteo a ver a su hija – ¿Por qué lo elegiste?

- Yo no lo escogí – Laenys volteo a ver a su padre – el me escogió a mí... madre quería que me uniera a Caraxes o Kharr, pero todo me llevo a Sunfyre, cuando menos lo pensé ya había bajado su cuello a mí.

- Estabas muy emocionada ese día – Aemond sonrió.

Aemond rio entre dientes.

- ¿Extrañas a Vhagar? – pregunto Laenys.

Aemond asintió mientras se le borraba la sonrisa.

- Pero debo admitir que mi conexión con Caníbal es mucho más fuerte, me obedece, a veces no hay necesidad de darle ordenes, es como si fuéramos uno – Aemond volteo a ver a su hija – pero Vhagar era una inmensidad, muchos recuerdos buenos y malos, pero si la extraño.

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora