MOVIMIENTO INICIAL

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Una armadura y una espada de acero valyrio, todo lo que Laenys había soñado desde que levanto una espada de madera para entrenar. De niña le gustaba ir a la biblioteca admirar la armadura de sus padres, pero se quedaba deslumbrada ante la armadura que un dia pertenecio a la reina Visenya Targaryen y después a su madre Daena Targaryen, Laenys le encantaba escuchabar las historias de batalla de su mamá, su favorita era la de la batalla de Saltpans donde sus dos padres se enfrentaron en sus dragones y luego en el campo de batalla.

Ahora la armadura era suya y la espada también, siempre imagino que su propia madre la pondría en sus manos cuando sintiera ya no poder pelear en batalla, nunca imagino que tales cosas llegarían a su posesión por la muerte de su madre, nunca imagino que su madre moriría tan pronto.

Laenys permanecia frente al espejo mientras se admiraba portando la armadura – que le quedaba a la perfeccion – y colgada a la espalda llevaba Shadow. Toda la pinta de una guerrera, todo un reflejo de lo que un dia fue la gran princesa Daena.

Antes del atardecer todos ya estaban cumpliendo sus cometidos. Algunos jinetes ya estaban en el Pozo del Dragón y otros ya estaban en camino a sus destinos. El príncipe Joffrey el príncipe Baeron tomaron el primer turno para la guardia de la ciudad, pero después le seguirían el príncipe Aegon y la princesa Jaehaera. Anny Velaryon al medio día había partido al nido de Aguilas, la joven partia con lagrimas en los ojos aun llorando la traición de su hermana mayor, Maella.

Respecto a la reina Helaena, era una confusión todo su sentir. Estaba feliz de saber que su hijo Maelor estaba vivo, pero al mismo tiempo le dolia bastante saber que el era la mente principal detrás de toda esta guerra. Helaena no sabia que era lo que le dolia más: que Maelor tendría que morir para que concluyera la guerra o que el príncipe sintiera un irracional odio hacia ella.

Cuando Laenys y Loreon llegaron al patio exterior del Pozo del dragón. Rhaegar, Baelon, Aemon, Daeron y Laenor se encontraban ahí preparando a sus dragones para salir cada uno a su destino.

-Es como una vista al pasado – dijo Aemond al ver a Laenys portando la armadura de Daena – me gusta la capa.

Laenys se lanzo abrazar a su padre con fuerza, Aemond reprirmia el llanto al ver que Laenys se parecía bastante a su madre. Laenys había quitado la capa azul de la casa Velaryon y la sustituyo por una rojo opaco para honrar tanto a la casa Targaryen como a la casa Lannister.

-¿Te importa si te la robo un segundo? – pregunto Aemond a Loreon.

-Adelante señor – agrego Loreon alejándose de Sunfyre para seguir descargando el resto de cosas del carruaje.

Aemond y Laenys caminaron a la mitad del pasillo, el resto de muchachos se percato de la llegada de su padre por lo que se acercaron para despedirse. Una vez reunidos formaron un circulo para todos mirarse a la cara.

-Despues de la batalla sobre el ojo de Dioses su madre me llevo a Roca Dragón para cura mis heridas – agrego Aemond mientras también hacia señas – hablamos de muchas cosas, especialmente lo tontos que fuimos cuando eramos joven y nos emocionaba la promesa de una guerra – Aemond hizo una pausa y dio una mirada seria a todos sus hijos – hay gloria en batalla, de eso no hay duda. Pero también hay muerte, heridas, hambre y traiciones. Quisiera ir con ustedes, pero mi momento llegara... mientras quiero recordarles que no hacemos esto solo por el rey, lo hacemos por su madre ¿Entendido?

-Si – contestaron la mayoría.

-Regresen todos a mí – dijo Aemond con un nudo en la garganta.

Rhaegar fue el primero se en acercarse a su padre y lo abrazo con fuerza para hacerle saber que todo estaría bien. Uno a uno se despedidio del príncipe Aemond y después se dirigio a su dragón, el ultimo fue Baelon.

-Quiero pedirte un favor – dijo Baelon un poco nervioso.

Aemond no contesto, miro a su hijo a los ojos y asintió para que continuara.

-Mi hijo... Thomas, esta en el Dominio y...

-Baelon – Aemond lo interrumpio – Thomas no esta en el Dominio

Baelon abrió los ojos en sopresa, aun no sabia que lo desconcertaba más que su padre ya supiera de Thomas o que el niño no estuviera donde planeaba.

-Esta de camino a Kings Landing – continuo Aemond – el y su madre, no te preocupes, estarán a salvo aquí.

Baelon no dijo nada más abrazo a su padre con mucha fuerza. Baelon y Aemond eran bastante parecidos en caracte, ninguno se le daba muy bien demostrar su amor, pero en ese momento dejaron todo de lado y se abrazaron con mucho sentimiento. Cuando Baelon se separo y miro a su padre al ojo, Aemond noto que unas lagrimas se le escapaban al joven príncipe. Baelon dio media vuelta y fue corriendo hasta Khorra donde le esperaba la nana y Aemma en brazos.

Aemma ya era una niña de un año y pasadito, su cabello plateado brillaba en el sol, sus ojos violetas resaltaban en donde sea, las pecas le hinundaban las mejillas, era toda una belleza Targaryen, bastarda o no. Y Baelon la adoraba, el príncipe amaba a sus dos hijos por igual, pero con Aemma las cosas eran diferentes, pues a ella la tenia todos los días, todo el día, había más recuerdos y experiencias entre padre e hija. Cuando Visenya estaba de visita, a Baelon – secretamente – le gustaba imaginar que si se habían casado, que vivian felices en Roca Dragón y que si podían gritar a los cuatro vientos que Aemma era hija de ambos.

Con lagrimas en los ojos, Baelon se inclino a besar la frente de su niña, Aemma estiro la manita hasta la barba de su papá y solto una carcajada al sentir la comezón de su mano con la barba. Baelon sonrio y acomodo los mechones de Aemma.

-Traere de regreso a tu madre, pequeña princesa – susurro Baelon con un nudo en la garganta.

Para cuando el príncipe se acomodo en la montura de su dragona sus hermanos ya estaban listo sobre sus dragones. Primero ascendieron Blackfyre y Greenfyre y se dirigieron al norte en dirección a Harrenhal. Despues le siguió Laenys y Loreon sobre Sunfyre y Laenor sobre Syrax hacia el Oeste, específicamente a Lannisport. Por ultimo Baelon sobre Khorra y Rhaegar y Addam Velaryon sobre Silverfyre.

Addam Velaryon, cuñado de Royce Baratheon, seria el comandante de las fuerzas del señor de la tormenta, pues Royce tenía que permanecer en su puesto de consejero de edictos en el consejo del rey Jacaerys.

*

"Mi amada esposa.

La distancia entre nosotros comienza a pesarme y aun más sabiendo que me dirigiré más al sur, aun más alejado de ti y nuestra hija. Cuando todo esto empezó, mis pensamientos fueron demasiado egoístas pensando que no debi dejarlas ir, me hubiera gustado que sostuvieras mis manos en estos momentos difíciles... pero nada me alegra tanto como saber que Baela y tu están fuerta de peligro.

Pasare un par de semanas en Bastion de Tormentas y después me dirigiré al sur para avanzar en Dorne... supongo que Silverfyre estará feliz de sentir el calor del desierto. Antes que te preocupes de más, porque te conozco muy bien, déjame recordarte que tu esposo es un gran espadachín y tiene un dragón adulto que lo protege, además de mi loco hermano que volara a mi lado.

Te amo Sarra, reza a tus Dioses, a los mios, a los que quieras, que todo pase rápido y este a tu lado al momento que des a luz, porque en verdad quiero estar ahí, quiero estar con Bae... solo quiero estar en un mundo donde ustedes estén bien.

Con amor, Rhaegar Targaryen".

THE BLOOD OF OLD VALYRIA II (LAENYS TARGARYEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora